McDonald’s apenas se da cuenta de que el payaso Ronald es un poco siniestro

Han pasado menos de dos meses desde que esta modita de los payasos empezó, solo ocho semanas desde que un par de tarados con un poco de maquillaje extra trató de atraer a los niños al bosque en Carolina del Sur. Desde entonces, ha habido una cantidad enorme de avistamientos de payasos en ciudades y suburbios de todo Estados Unidos y se están extendiendo a otros países.

Cuando estos idiotas finalmente se quiten el maquillaje y seamos capaces de contemplar de manera objetiva este periodo de paranoia colectiva, podremos reconocer el peor momento de toda esta situación. No fue cuando arrestaron a un hombre en Carolina del Norte por hacer una denuncia falsa contra un payaso. No fue cuando alguien de Arizona trato de viralizar el hashtag #ClownLivesMatter. No, en realidad fue cuando McDonald's tuvo que anunciar que reducirían el número de apariciones de Ronald McDonald, porque no querían que su propio payaso, siniestro también, se confundiera con los otros payasos malos.

"McDonald's y las franquicias en comercios locales están conscientes del ambiente actual que rodea a los payasos en la comunidad y, por lo tanto, serán cuidadosos respecto a la participación de Ronald McDonald en eventos de la comunidad por el momento", la vocera de McDonald's, Terri Hickey, comentó a NBC News. (Entonces, probablemente Hickey hundió la cara en el escritorio, contó hasta cien y se preguntó en qué se había convertido su vida). MUNCHIES contactó a McDonald's en busca de algún comentario al respecto, pero no ha recibido respuesta.

Pero parece que Ronald debería estar exento de tales acusaciones. Hemos visto su rostro —o variaciones— durante más de 50 años y parece incapaz de hacer algo más peligroso que darle diabetes a tus hijos. (Está bien, hagamos memoria…). Hasta que Ronald sea liberado de la ubicación clasificada en McDonaldlandia donde lo tienen encerrado, miremos algunos comerciales clásicos que demuestran por qué no hay que temerle.

Bueno, puede que haya sido un mal ejemplo. Aparece Willard Scott con los ojos desorbitados y un vaso de papel en la nariz, insistiendo que le gusta hacer "todo lo que a los niños y niñas les encanta" y, honestamente, lo primero que pensé no fue "¡SÍ, HAMBURGUESAS!".

Sí, ése tampoco es bueno. Si tus padres no están en casa, no permitas que Ronald y su amigo cleptómano se metan a tu armario o a la cómoda.

El intento fallido de Ronald por hacer beatbox es un crimen de guerra.

De hecho, quizá McDonald's debió hacer esto hace mucho tiempo. De alguna manera, esos payasos bañados en sangre que salen por las calles no parecen tan malos ahora.