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Cómo abrir una champaña con una espada sin cortarse el brazo

Abrir una botella de champán con una espada es más fácil de lo que parece. No se trata de fuerza, sino de confianza. Sigue estos pasos para lograrlo sin cortarte el brazo y sorprende a todos.

Escribo sobre bebidas para ganarme la vida. He pasado muchos años sermoneando a la gente sobre lo importante que es el hielo y el limón en los tragos, que el vermut se guarde en la nevera, que las fiestas deben comenzar a las 7 de la noche con luces tenues para que todo mundo luzca bien, y que siempre se deben usar copas para servir el vino (no vasos).

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Bueno, me arrepiento de todo eso. Todo lo que se necesita para pasarla bien en una fiesta es una botella de champán y una espada. No importa si estás en la playa, en una parrilla o en una cena formal, nada hace más exitosa una fiesta que un fino toque de sabrage.

El heroico arte de abrir una botella de champán con una espada supuestamente fue inventado por la caballería de Napoleón para impresionar a la viuda "Veuve" Clicquot. Y la verdad, es más fácil de llevar a cabo de lo que parece.

De hecho, ni siquiera se necesita una espada para hacer el sabrage. Se puede lograr con un cuchillo de mantequilla, una navaja plana o incluso con la base de una copa champañera. Lo importante no es la fuerza, sino el swing. Si se hace bien no se necesita más que un golpe seco para sacar el corcho, y el vidrio que lo rodea, con un corte limpio y sin derramar una sola gota.

sabrage

Reuní y publiqué los secretos del sabrage en mi libro Diez cocteles: el arte de beber socialmente, pero como soy muy buena onda, se los cuento a ustedes, queridos lectores de MUNCHIES. Gratis. De nada.

  • Toma una botella de champán, quítale el alambre y todo el papel metálico.
  • Con cuidado coloca la botella en tu mano abierta, con el corcho apuntando lejos de cualquier ventana, amigo, mascota o jarrón valioso. Asegúrate de que la línea de unión de la botella esté mirando hacia arriba, ya que por ahí vas a pasar la espada.
  • Toma tu espada con la otra mano y colócala sobre el lado plano en ángulo con la línea de unión de la botella. El filo obviamente está hacia afuera.
  • Relájate, respira, y luego pasa la espada en un movimiento largo y fluido a lo largo de la línea de la botella hasta que el filo se tope con el pico (el punto más débil de la botella). En este punto, la parte de arriba de la botella debe quebrarse de una sola vez y limpiamente.

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Las reglas físicas son simples y aún así cada vez que lo hago (y lo he hecho muchas veces, hasta en mi propia boda), me encuentro ante un público temeroso. Pero una vez que dejan de admirar el corcho decapitado con asombro, todos piden intentarlo ellos mismos. En ese momento hasta el más macho de los hombres comienza a sentir presión. Sus manos tiemblan, sus hombros se ponen tensos y su voz se vuelve aguda cuando se pregunta en voz alta si de verdad podrá hacerlo. Y entonces, alguna chica siempre entra en escena, toma la espada y la botella y con un elegante y decidido golpe hace que el corcho haga ¡toc! Todo el mundo enloquece y empieza a saltar con su copa en la mano. Esa escena siempre me parece salida de la película 8 Mile, pero con champán. Y espadas.

Se puede hacer sabrage con prosecco y cava también. Solo hay que asegurarse de que la botella esté bien fría porque eso va a aumentar las posibilidades de que salga bien. Ah, y por muy grande que sea la tentación de beber directamente de la botella recién cortada, hay que evitarlo a toda costa —con la emoción del momento puede parecer una buena idea, pero es la forma más segura de que todos los dientes se rompan—.

Mi próximo reto es abrir una botella de champán al estilo de la caballería. Es decir, montada en un caballo. Ya veremos cómo nos va.

Este artículo se publicó originalmente en julio de 2015.