Conoce a los recolectores que se drogan con artemisias
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Conoce a los recolectores que se drogan con artemisias

Me uní a Richard Osmond en la búsqueda de la artemisia, responsable de la creación de la absenta. Que puede provocar un subidón con sueños bastante absurdos.
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Hertforshire, en el campo inglés. Todas las fotos son del autor.

"Solía pensar que era una lástima haber perdido los lobos, bandidos y demás seres que frecuentaban los bosques, pero los límites de la sociedad siguen estando en el bosque".

Estoy caminando por el oscuro y profundo Hertfordshire con George Fredenham y Richard Osmond, conocidos como The Foragers (Los recolectores). Hemos venido a buscar artemisias comunes, una hierba perenne, y un "subidón salvaje". Desprovistos de nuestra presa, la conversación ha adquirido un tono bastante deprimente y empecé a preguntar al par cuáles eran las cosas más extrañas que habían encontrado entre los árboles, comestible o no.

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"Una vez encontré un par de calzones de Penelope Pitstop de Hanna-Barbera", dice Osmond. "Claramente habían sido manchados por un hombre adulto".

Dirigí la conversación de regreso a la hierba.

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Lo más probable es que hayas escuchado hablar de la "artemisia vulgaris" antes, no se trata de una planta extraña. Sin embargo, raramente honra con su presencia los comedores de las islas británicas, a pesar de ser utilizada en la cocina japonesa (donde la llaman yomogi) y, de manera más familiar, se usa como sazonador en el ganso tradicional servido en San Martín, en Alemania.

No que la falta de tradición culinaria detenga a los Foragers. Primero que nada, todo se trata de la comida: desde manzanas caídas hasta venado salvaje, servido en su autoproclamado "pub de comida salvaje", The Verulam Arms cerca de St. Albans.

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Pub de "comida salvaje" de 'The Foragers' llamado The Verulam Arms, en St. Albans.

Pero si buscas más allá de la superficie, encontrarás un elemento folclórico en sus platillos. Mientras recorremos el bosque, todo tiene una historia que contar, una que puede ser contada a través del sabor.

Encontramos un árbol roto, derrotado por una tormenta que desgarró a Inglaterra. Osmond acaricia sus entrañas amarillo pálido y lame la savia en sus dedos. Yo hago lo mismo. Es dulce y persistente.

Nos encontramos con una acetosa asomándose por entre el pasto mojado. Osmond nos cuenta que por lo regular la planta se conoce como "Alleluia", porque típicamente florece entre Pascua y Pentecostés. La probamos —tiene un toque como a limón— y tomamos unas cuantas hojas para acompañar el platillo con pescado y artemisia que Fredenham cocinará más tarde.

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Hablamos sobre aquella vez que Osmond creó papel a partir de una especie de hongo particularmente fibrosa, o cuando Fredenham hizo una hamburguesa de res siguiendo una receta romana con granos de pimienta verde encurtidos y semillas de perejil gigante.

El folclore y el sabor son el centro de todo lo que hace el par.

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Richard Osmond (izquierda) y George Fredenham.

Osmond cree que los rituales y el folclore, en cuanto a las hierbas, es una reminiscencia de cómo las antiguas civilizaciones aprendían las plantas y enseñaban a cada nueva generación cómo reconocerlas. El par retoma esta filosofía en sus platillos.

"Si ofreces historias y experiencias a las personas, inmediatamente recuerdan el momento en que vieron la planta en estado salvaje. Es una forma de preservar instantáneamente el conocimiento de lo que es bueno comer, lo que es venenoso, lo que es medicinal y todo ese tipo de cosas", dice Osmond. "Usamos el folclore para construir una historia para nuestros clientes, y entre más emocionante puedas hacer la historia, mejor sabrá la comida".

Es esta relación simbiótica lo que hace que ambos sean la pareja ideal para explorar no solo el potencial alucinógeno de una planta salvaje como la artemisia común, sino también el factor culinario; no podrían hacerlo de otra forma. La filosofía recolectora del equipo yace entre un estilo silvestre como Bear Grylls ("forzarte a comer algo que sabe horrible") y la moda "hipsterizada" de añadir un elemento recolectado como adorno, más que incorporarlo al platillo. Los Foragers solo juegan con las cosas que saben bien, es lo primero que hay que notar.

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Eventualmente encontramos la artemisia común, pero es una planta muerta (las artemisias crecen en verano, maduran en otoño y comienzan a morir en invierno, explica Osmond).

"Todavía podemos contar con esto", dice arrancando un manojo. "Es bueno tener brotes secos para fumar".

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De regreso en el pub, Osmond exalta las virtudes de la artemisia común. Es una enciclopedia ambulante de medicina folclórica y conocimientos herbales, y pronto me entero de que la artemisia común es una de las nueve plantas sagradas de la Inglaterra anglosajona, un miembro más de la familia de las artemisias y pariente cercana del ajenjo, el "agente saborizante" de la absenta.

De hecho, las dos artemisias comparten la misma propiedad: inducir sueños extraños y vívidos. Estamos tratando de meter tanto como sea posible en nuestros cuerpos para lograr exactamente eso: visiones para dormir.

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Filete de lubina con papas, vegetales y un poco de absenta.

Mientras Osmond vierte un poco de Foragers' Absinthe (su propia infusión casera saborizada con ajenjo silvestre, hinojo y perifollo oloroso, endulzada con jarabe de asperilla con extra artemisia común), Fredenham me muestra cómo las plantas alucinógenas silvestres saben bien incluso para las personas que no están interesadas en "cosas de chamanes".

Está preparando un filete de robalo con papas nuevas, hinojo, tomates, cebolla roja, ajo y mantequilla de hongos, todo envuelto en aluminio con un toque de absenta y algunas ramitas de artemisia común secas para arrancar la experiencia.

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"Mucha de la cocina del sur de Francia usa el sabor del anís —Pernod o Pastis— que marida bien con pescado, especialmente pescado blanco", dice Fredenham. "Usamos la artemisia común de manera similar para conseguir esas notas amargas".

El platillo va acompañado de una salsa cremosa encima —preparada en una fogata– de cebolla, hojas de laurel, jugos del pescado y, por supuesto, más absenta rica en ajenjo. También añadimos algunas de las hojas de acetosa que recogimos antes.

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Listos para comer. Considerando que es un platillo hecho en el patio de un pub, encima de una mesa para picnic y una fogata, se ve sorprendemente bueno. Y el sabor es igualmente sorpresivo. Es un encuentro cremoso y decadente, el pescado aceitoso nadando entre la artemisia común amarga, acariciada por el dulce del tomate. Puedo ver por qué el platillo fue todo un éxito cuando estaba en el menú, en 2014.

Osmond regresó con dos bastones grandes: uno de artemisia común seca y el otro de ajenjo seco. Mientras las sostiene, parece que estuviera agarrando a un caimán bebé. Entonces prende un encendedor y anuncia que fumará ambas plantas.

Pronto, estamos cazando las coronas místicas de humo con pipas parecidas a laudes (fabricadas con tallos de cicuta). Tragar la aspereza es un acto que me recuerda a fumar mota con ayuda de cuchillos cuando era adolescente.

Tenemos que trabajar en cada inhalación, pero cuando lo logras, la sensación es como fumar pasto y pronto estoy envuelto en una neblina suave, transportado en el tiempo antes de las combinaciones de marihuana y las hidropónicas industrializadas, cuando podía contestar el teléfono mientras fumaba un porro y no mirar fijamente el "número desconocido" como si estuviera atestiguando un ataque de animales.

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Ahumando artemisia.

"La artemisia común era conocida como el 'tabaco de los marineros' porque a menudo los marineros paraban en la costa y usaban la planta. Es muy buena para revivir a los viajeros. Si estás en medio de un largo viaje, pon unas cuantas hojas de artemisia común en tus zapatos", dice Osmond, los listones de humo se enlazan alrededor de su rostro, dando a sus palabras una cualidad druídica. "Y en épocas modernas, Gwyneth Paltrow ha usado agua infusionada con artemisia común para vaporizar su vagina".

Las risas atraen la atención del pub, los cliente mirando con sorpresa a través de las ventanas hacia patio trasero eclipsado por el humo.

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Continuamos con la absenta, una bebida popular entre los lugareños, quienes lo beben en lugar de Jägermeister, está "llena de folclore aunque ha sido vendida como algo claramente diferente".

Similar al pescado, es decadente, dulce y amarga. Si hay algo que me provocará sueños vívidos, será esto.

"Hay un dicho cultural que dice que la gente que bebe absenta todo el tiempo tiene visiones, pero realmente no sabemos por qué. Mi teoría es que la tujona, misma que puede causar arrebatos y ataques, también puede provocar un sueño trastornado", explica Osmond. "La gente que tiene problemas de sonambulismo o terrores nocturnos a menudo entran en ese ciclo por algo que trastornó su sueño, como apretar los dientes o algún ruido. Mi teoría es que debe haber algo aquí dentro que te mantiene en un estado de sueño más superficial".

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Esa noche antes de dormir, sumergí mis pies dentro de la mitología acuosa del hada verde o la fée verte. Aparentemente, Verlaine le disparó a Rimbaud cuando estaba ebrio con absenta y algunos dicen que Van Gogh se cortó la oreja mientras estaba bajo sus efectos. Todos sabemos qué fue lo que Mary Shelley creó gracias a una visión durante un sueño lúcido atribuido a una noche de historias de fantasmas alrededor de una fogata, pipas de opio y absenta.

A la mañana siguiente, intercambiamos los diarios de sueño. Corazones se vieron extraídos de los cuerpos con picos en forma de cigarros; hubo fantasías tipo Inception y el agua roja habló sobre los miedos conquistados.

Mi propia "visión" fue más vergonzosa. La artemisia común me había drogado y definitivamente experimenté un "nivel más superficial" de sueño, pero está claro que no fue un momento de inspiración como el que generó a Frankenstein.

En vez de algo así, soñé que estaba flotando a capricho de los elementos. Mirando hacia abajo, noté que me acercaba a un panda gigante de porcelana, esquivando las nubes y yendo directamente hacia él… Bueno, solo digamos que estuve feliz de haber despertado.

Parece que es mejor no tener algunas visiones.

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Este artículo apareció originalmente en MUNCHIES, en enero de 2016.