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Comida

Hay que comer solo cuando tengamos hambre

El eterno debate sobre si debemos comer tres comidas al día (más o menos) está por terminar. Debemos comer cuando nuestro cuerpo lo pida.
Hilary Pollack
Los Angeles, US

Antes se pensaba que cada día debía comenzar con un gran vaso de leche o que el pan debería ser la base de nuestra pirámide de alimentación. Pero con los años, y a pesar de la larga tradición de estas creencias, nos dimos cuenta de que no todo lo que nuestra madre nos ha dicho es el góspel de la salud. De la misma forma, el horario común del desayuno, del almuerzo y de la cena ha estado establecido por tanto tiempo en nuestra sociedad occidental que ya no recordamos cuándo surgió.

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Aún más decisivas son las ideas sobre lo que deberías de comer en cada una de estas comidas. Los platos de huevos y cereales son escasos fuera del desayuno, mientras que el espagueti y la sopa parecen casi obligados para el mediodía. Pero más y más expertos piensan que este régimen casi militar de tres comidas puede que no nos esté haciendo ningún favor. En realidad, hubo un tiempo definitivo en la historia en el que teníamos otras ideas de cómo manejar nuestro consumo alimenticio.

Desde el surgimiento de los movimientos slow food y la dieta paleolítica, se han renovado nuestros intereses en comer como lo hacían nuestros ancestros. La mayoría de los antiguos egipcios comían sólo dos comidas por día: un desayuno o 'plato de la mañana' que consistía en pan y cerveza, y un plato por la noche que incluía carne, vegetales y más carne. (Las élites típicamente comían más frecuentemente y sus menús incluían vino y lácteos.) Los romanos también tenían un horario que se basaba en dos comidas diarias: un desayuno pequeño cerca del amanecer y la cena como comida principal, que empezaba a mitad de la tarde y continuaba hasta la noche.

Los antiguos griegos, por otro lado, comían generalmente cuatro comidas por día y hasta tenían una palabra especial para su cuarta comida al estilo Taco Bell: deilinon No fue hasta la Revolución Industrial del siglo XIX cuando muchas de las industrias empezaron a adherirse a horarios más rígidos. Entonces las tres comidas por día se convirtieron en una norma indiscutible. El único problema es que no hay ninguna evidencia concreta que afirme que este hábito sea mejor a otros que incluyen más comidas al día.

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Por años, hubo una conversación entusiasta sobre las cinco o seis comidas pequeñas al día, que se promovían como un eficiente régimen para perder de peso. Pero un estudio del año pasado encontró que el plan de cinco comidas diarias no quema grasas o regula el metabolismo en ninguna forma medible, aunque puede que ayude a prevenir que comas más al reducir la posibilidad de que te mueras de hambre luego de un largo tiempo sin comer.

El azúcar en la sangre empieza a caer luego de tres horas sin comida y tu última comida ha sido digerida en su totalidad luego de cuatro. Si pasan cinco horas entres comidas es más probable que te comas cualquier cosa que se te ponga enfrente en vez de comer de forma consciente. Eso no quiere decir que comer menos de tres comidas por día esté mal. Un estudio del 2007 hecho por el Instituto Nacional de Envejecimiento reportó algunos beneficios de comer solo una gran comida en la tarde-noche y ayunar el resto del tiempo. Saltarse comidas, aunque se ha visto con mala cara históricamente para las abuelas en todo el mundo, puede ayudar a la regulación de la glucosa (aunque solo cuando corresponde con comer menos calorías en total).

El ayuno leve también ha probado ser bueno contra enfermedades crónicas y aumentar la duración de la vida en general. Pero eso no evita que no te enojes cuando lleguen las 4:30 de la tarde y tu barriga esté haciendo ruidos. Pero en general, poniendo el hambre de lado, no hay mucha más ciencia detrás de las tres comidas por día que la que hay detrás de cuatro o cinco.

En 2004, en el Diario Escandinavo de Nutrición, el experto en comportamiento alimenticio France Bellisle escribió: "No se ha documentado ninguna diferencia en el procesamiento de energía total diaria según el número de comidas". Hay un argumento recientemente publicado en Mother Jones que dice que la tradición de las tres comidas es "anti-ciencia" o "racista" debido a la implementación de este hábito por parte de los colonos europeos en Norteamérica. Pero dada la reciente controversia infructuosa alrededor de la "mejor" frecuencia en la alimentación diaria, es posible que haya más datos científicos que contradigan que sea "anti-ciencia".

Desayuno, almuerzo y cena son subproductos de los horarios de trabajo que hemos elegido.

La mejor apuesta para hacerle bien a tu cuerpo es simplemente comer cuando tu estómago te lo pida y cortar las calorías en todas tus comidas si estás intentando perder peso. Pero nuestras tres comidas estándares, tan discutidas como han sido, son aún menos controversiales que el brunch.