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Batman está defendiendo al tequila y al mezcal en México

Batman está haciendo grandes cosas para la industria tequilera y mezcalera en México. Salvó a los murciélagos de la extinción (sin ellos no tendríamos ese elixir en nuestros caballitos).

¿Qué relación puede tener un murciélago, esa criatura monstruosa chupasangre que vive en los cuentos de terror, con nuestro querido tequila? No, no estamos pensando en Batman emborrachándose con shots tequileros en Dawn of Justice; de hecho el pequeño animalillo incomprendido hace posible que el tequila exista, pues es uno de los principales polinizadores del agave azul.

Así es, los murciélagos vuelan cada noche para cargarse de energía y alimentar a sus crías, y durante sus viajes polinizan la planta del agave, es decir, riegan semillas que permiten dar vida a nuevos agaves. Nuevos agaves = más shots de tequila para nosotros. Suena a que la naturaleza nos ha puesto todo sobre una bandeja de plata, ¿no? Pues no.

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Los tequileros mexicanos llevan años despreciando este hermoso ciclo de vida natural, pues el proceso tarda mucho más tiempo del que sus carteras están dispuestas a esperar. Los productores industriales prefieren la reproducción por bulbillo, es decir: cosechan el agave antes de que florezca y trasplantan los hijuelos que brotan de la raíz de la planta (quiotes), que luego se convertirán en agaves maduros listos para dar aguamiel. Esto ahorra mucho tiempo, pero trae consigo la pérdida de la diversidad genética del agave, y esto significa que los agaves cosechados son menos resistentes a las plagas y los hongos, sobre todo al TMA (Tristeza y Muerte del Agave), uno de los principales conjuntos de plagas.

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Murciélago polinizando una planta de agave.

La ecuación es fácil: si no hay diversidad genética, el agave se vuelve susceptible a bacterias y hongos que lo matan. En cambio, la acción polinizadora del murciélago (que ocurre cuando el agave florece) genera una combinación de genes que aumentan el rendimiento y la resistencia de los agaves ante las plagas.

Conclusión: los murciélagos son maravillosos y los amamos porque nos permiten tener más y mejores agaves productores de tequila y mezcal. Lo malo: a nadie le importa.

En México tenemos aproximadamente 138 especies de murciélagos y cerca de 250 variantes de agave son nativas de nuestro país. El murciélago magueyero menor o si prefieren llamarlo por su nombre científico, Leptonycteris yerbabuenae, posee una lengua tan larga como su cuerpo que le permite alimentarse del néctar de las flores de agave durante su migración, polinizando y esparciendo semillas para la reproducción de esta planta centenaria.

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¿Que cómo hemos vivido sin estar enterados de esto? Pues porque los murciélagos son mal vistos —algunos incluso creen que son del diablo— y los tequileros saben que no son exclusivamente necesarios para llenar esos caballitos.

La principal problemática es que la industria tequilera, mezcalera y pulquera no permite el total desarrollo del agave con tal de potencializar su producción, por lo tanto perjudican la fuente de alimento de los murciélagos, lo que hizo que hace unos años este animalito estuviera en peligro de extinción —este hecho sumado a la destrucción masiva de sus cuevas por la mala creencia que se tiene de ellos: son horribles bestias que transmiten enfermedades—.

Afortunadamente nuestros amigos agaveros están en las mejores manos: las de Batman. Sí, Batman, aunque no hablamos de Bruce Wayne, sino de Rodrigo Medellín, biólogo investigador del Departamento de Ecología de la Biodiversidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Él fue quien, después de arduos 20 años de trabajo, en 2013 logró sacar al murciélago magueyero de la lista de especies en peligro de extinción. Por esto ganó el Whitley Gold Award, premio que reconoce a grandes investigadores dedicados a la conservación de la naturaleza (algo así como como un "Green Oscar"). El prestigioso científico David Attenvoroug, lo nombró "El Batman de México" en un documental, estrenado en la BBC, que narra la pasión de este embajador de murciélagos como uno de los principales conservadores de especies en México.

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Medellín defiende a estos animales como inofensivos y pretende darlos a conocer como proveedores de servicios ambientales, no solo como principales polinizadores del agave azul sino como dispersores de semillas y controladores de plagas agrícolas. Se registra que un solo murciélago puede comerse en una hora más de mil mosquitos y otros insectos. ¿Quién podría temerles a estos repelentes naturales?

"Durante los últimos 50 años los campos tequileros han sido sembrados y resembrados con los clones de agave que crecen de la planta madre y no con semillas, por eso a los industriales tequileros no les interesa que el murciélago funcione como el polinizador que es", me cuenta Medellín.

Digamos que la industria está cavando su propia tumba y nos deja con un futuro incierto para el agave.

Pero en la batalla, Batman no está solo. La bióloga mexicana Angélica Mencheca, también dedicada a la conservación de especies, está llevando a cabo un experimento en el cual se estudie la variabilidad genética del agave. "Estoy estudiando los genes asociados con la migración. Mediante la combinación de información genética y ambiental voy a entender qué genes están regulando la migración en los murciélagos y qué condiciones ambientales afectan a este fenómeno. Este conocimiento constituye un elemento esencial para la planificación de la conservación", explica.

Sin embargo, el camino no será nada fácil, ya que la migración no es para todos los murciélagos, solamente algunas hembras son capaces de realizar este viaje. El experimento pretende proteger las áreas clave que favorezcan la migración del murciélago hembra y trazar estas rutas para posteriormente diseñar un plan de conservación apropiado para el murciélago magueyero. De esta manera se asegura la polinización del agave, su diversidad y con esto la producción sostenible de tequila, pulque y mezcal. ¡Yei!

Afortunadamente contamos con un excelente equipo de investigadores superhéroes que sudarán la gota gorda para llegar al equilibrio del ecosistema; pero la responsabilidad no queda solo en ellos, también se busca convencer a los campesinos de que dejen florecer un porcentaje de agaves para que los murciélagos lo polinicen y de esta forma mantener su diversidad a largo plazo fomentando la coevolución.

Según Medellín, los productores de tequila ya no están dispuestos a escuchar razones, pero los nuevos productores de mezcal sí. Quizás porque la industria mezcalera, a pesar de su reciente crecimiento exponencial, está más interesada en controlar el impacto ambiental de su sobreproducción. Quizás en unos años encontraremos botellas de tequila o mezcal que digan: somos amigables con los murciélagos. O, quizás, una marca de mezcal llamada Batman. ¡Idea millonaria, mezcaleros!

¡Levantemos los vasos! Repitan después de mi: ¡Larga vida al murciélago magueyero! ¡ Y a Bat Man!