Los eventos gastronómicos sacan lo peor de la gente

Curar y organizar eventos gastronómicos es un arte.

Un bloguero con complejo de superioridad me ha amenazado por los restaurantes con los que trabajo porque declaró que "le pertenecían" luego de haber escrito sobre ellos. Un cantinero ebrio estuvo a punto de golpearme después de echarlo de un evento donde atendía la barra por ser poco profesional. Y algunos asistentes me han maldecido porque no pudieron comprender el concepto de degustación.

Todo por tratar de organizar y encargarme del mejor maldito evento gastronómico posible.

Estas son algunas de las cosas con las que he tenido que lidiar después de organizar 13 eventos gastronómicos en Los Ángeles, lugar donde vivo hace cinco años. Quedé atrapada en la organización de eventos al mudarme aquí desde Portland, Oregón. Ahí trabajé en Food Innovation Center creando recetas, pero rápidamente me di cuenta de que la escena gastronómica de L.A. era mucho más implacable que la de Portland.

La gente aquí quiere gratificaciones instantáneas en lo que a comida se refiere y están dispuestos a gastar más de $100 dólares solo para llenarse y beber sin sentido durante unas cuantas horas. Combina eso con clima soleado casi todos los días del año y voilà: tienes el fenómeno de eventos gastronómicos en Los Ángeles. Hay docenas de ellos a lo largo del año y la mayor parte usualmente están llenos de gente que parece estar pasándola bien.

Sin embargo, algunas cosas en esos eventos en ocasiones me han hecho cuestionar a la humanidad.

He visto personas sin vergüenza alguna que traen enormes 'Tupperware', los guardan en sus grandes bolsos, algunos incluso traen mochilas para llenarlas de comida para comer después. Las he visto acercarse a los proveedores para hacerles peticiones como esta: "Estoy con un grupo de diez personas, ¿puedo tomar suficiente para todos ellos?" Y luego ponen la comida en sus recipientes y los esconden en sus bolsas. ¿Qué chingados? Tengo que decir que este tipo de gente va a los restaurantes una vez, los publicitan o los destrozan, y luego pasan a la siguiente tendencia.

Intento trabajar solo con platos y utensilios biodegradables, y le digo a los chefs que si necesitan un tenedor o una cuchara para sus degustaciones del tamaño de una mordida, pero de cualquier forma sirven porciones demasiado grandes. Es lo mínimo que puedo hacer. Me altera la gran cantidad de basura que los humanos pueden producir en unas pocas horas.

Trabajar con chefs sobre temas de logística también puede ser un gran dolor de cabeza. Afortunadamente para mí, soy una persona extremadamente organizada de tipo A, así que no me importa ser el cerebro izquierdo para los chefs en esos momentos, incluso si eso significa saber que el mayor intercambio de correos electrónicos será después de medianoche o antes de mediodía, o si no nada estará listo. Después de todo, son el talento de los eventos gastronómicos y sin ellos su éxito no existiría. He trabajado en la industria alimenticia también, así que mi pasión por la comida siempre ha prevalecido ante todo.

Sin embargo, la oscura verdad que ninguna persona dedicada a esto se atreverá a decirte, es como los eventos gastronómicos se aprovechan de los restaurantes pequeños. Este tipo de sucesos suelen ser extremadamente lucrativos, así que no hay excusa para los organizadores para no reembolsar a los restauranteros participantes por el costo de su comida, por lo menos. Me hace enfurecer cuando escucho que no les regresarán el dinero, además lo esconden bajo la excusa de "obtendrás publicidad para tu restaurante". Esto me duele, porque he llegado a conocer a muchos de estos chefs en Los Ángeles a un nivel muy personal y se lo duro que trabajan.

Los Ángeles está llena de pequeños restaurantes maravillosos propiedad de chefs con pocos o ningún inversor, así que muchos simplemente no pueden pagar su participación. Por eso, siempre le digo a todos los chefs que tengan cuidado y sean extremadamente selectivos respecto a los eventos gastronómicos en los que participan y en los que no.

Pero resulta que todas estas razones son por las que definitivamente deberías asistir a los eventos gastronómicos, son como si fuera la fiesta lujosa que desearías poder hacer tú algún día. Y por lo menos es una buena manera de probar muchos restaurantes aunque sea en una sola ocasión, especialmente en una ciudad tan grande como Los Ángeles, donde podría llevarte la vida entera visitar todos. Además posiblemente podrás conocer al chef detrás de tu comida, eso es una experiencia invaluable como comensal. Aún así, si puedes, es mejor ir a los restaurantes originales en algún momento, porque nunca es buena idea juzgarlos por las pruebas que ofrecen en los eventos. (Cada restaurante hace pequeños milagros al cocinar para miles en una cocina instalada al aire libre).

Por último, ¿a quién no le gusta tener una excusa para ser glotón y que nadie te juzgue por ello?

Como fue contado a Javier Cabral

Paola Briseño es la directora ejecutiva de The Taste of Mexico Association, productora de eventos con The International Association of Culinary Professionals y para el Hollywood Forever's Day of the Dead. Para más información sobre sus costumbres éticas y correctas para organizar eventos, síguela aquí.