¿Cuál es el MUNCHIES más monchoso de tu vida?

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¿Cuál es el MUNCHIES más monchoso de tu vida?

Le preguntamos a algunos chefs y restauranteros cuál ha sido el MUNCHIES más monchoso que han hecho o comido bajo los efectos de la mariguana.

Le preguntamos a algunos chefs y restauranteros cuál ha sido el MUNCHIES más monchoso que han hecho o comido bajo los efectos de la mariguana. Las repuestas nos llegaron de varios lugares de México…

Javier Rodríguez, propietario de La Panga del Impostor (Guadalajara, Jalisco)
Han habido varias historias alrededor del MUNCHIES, pero no puedo contarlas del todo por obvias razones (jajaja). Aunque si hay uno súper monchoso que es recurrente y que tiene que ver con unos brownies receta de mi madre; no llevan harina, se hacen nieve de Lucky Charms, galletas y expresso, todo revuelto.

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Aunque ahora estoy recordando que en L.A. un amigo me hizo de comer dos blueberrys (moras) con chocolate de mota "medicinal" súper fuertes que nos pusieron hasta las manitas (la dosis era solo un chocolate). Teníamos una cena en un thai buenísimo Night+Market & Song con Toño y Tomás (del restaurante La Docena)… Llegamos space out, y creo que ha sido ¡el moncho salado más bueno y divertido que he tenido!

Alfonso Cadena, chef y propietario de La Leche y Hueso (Puerto Vallarta y Guadalajara, Jalisco, respectivamente)
El plato más monchoso sin duda fue el plato cardiaco. Tortilla de manteca de Sonora, con una base de frijoles refritos con piloncillo, carnitas de cerdo confitadas, tuétano, cebollas caramelizadas, salsa de higos y chile chipotle y crudité de zanahorias, y jícamas curtidas en vinagre de Jerez. ¡Ups y se corona con cacao picado!

¡El nombre del taco es en honor a un paro cardiaco de grasa y sabor!

Pablo Salas, chef y propietario de Amaranta (Toluca, Estado de México)
Me acuerdo de dos bastante especiales. La primera fue ir a los 'Taquitos de Tránsito', unos tacos famosos en Toluca que llevan mucho tiempo y hacen un taco especial "el revolcado", es de carnitas y le estrellan un huevo en la plancha, luego lo revuelcan todo con salsa verde y después te preparan los tacos, es uno de mis tacos favoritos. Esa vez estaba sirviendo una cena y en un pequeño descanso fuimos a munchear. Después regresamos a servir y todo salió muy bien.

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La segunda fue cuando con el MUNCHIES inventé, por así decirlo, la receta de las tripas de leche que tenemos en Amaranta y que ahorita ya tienen su fama. Son tripas de ternera muy joven que sólo se ha alimentado de leche y las limpiamos perfectamente, las doramos muy bien y llevan un puré de frijol como base, rábano, cilantro y mousse de aguacate para taquear con tortillas azules que hacemos también en Amaranta.

Oso Campos, chef y propietario de Kokopeli y Tras / Horizonte (Tijuana, Baja California)
Lo más monchoso y más raro que he hecho bajo los efectos de la mota fue una vez que andaba de mochilazo por el pueblo de San José del Pacífico, en Oaxaca. Llegué a dormir a un hostal y solamente estaban dos personas: el encargado y un señor, ambos jugaban ajedrez. Me senté al lado de ellos a esperar ser la reta, cuando comenzaron a hablar sobre cómo extraer el THC de la mota para hacer mantequilla. El encargado del hostal dijo que no tenía idea. Yo sí sabía cómo porque ya antes había cocinado panqués y palomitas de maíz para mis amigos de la preparatoria; en alguna ocasión me llegaron a dar un susto cuando se quedaban "tronados" en la explanada de la escuela. Total que le dije al señor que yo sabía preparar mantequilla con mariguana y me dijo: "Ten cincuenta pesos, compra mantequilla y hacemos una prueba". Supuse que era poca la mariguana que tendría que cocinar. Cuando regresé de la tienda con la mantequilla el señor ya tenía un kilo de mariguana junto a la tabla de ajedrez.

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Me dejaron solo y preparé lo que pude. Al otro día regresó el señor, probó la mantequilla y le gustó. Propuso hacer más y le contesté que sería más fácil utilizando aceite. "Está bien, solamente que tendremos que cocinar en mi casa", me respondió. Esta vez no fue uno, sino 15 kilos de mariguana los que tuve que cocinar durante un día, utilizando una estufa eléctrica dentro de un cuarto de adobe de 2X3 metros, sin mucha ventilación. Cuando estaba cocinando llegó el señor y comimos, obviamente, con ese aceite. Tomamos mezcal con hachís —que el señor preparaba— y mientras continuaba cocinando me platicó sus teorías sobre una conspiración universal.

Todo lo hice por la aventura, pero al final me pagó con 20 gramos de hachís del premium.

Resultó que cultivaba mariguana. Y como iba a la costa de Mazunte, pensaba que sería más fácil llevársela convertida en aceite para después hacer brownies. Terminé muy horneado. Salí muy viajado de esa cocina.

Jorge Sotomayor, tostador de Café Estelar y copropietario de Palreal (Guadalajara, Jalisco)
No he encontrado sabor más placentero y abundante que el de la mostaza estando pacheco, en cualquier versión su intensidad, acidez y brillo me es inigualable. He probado la mostaza con casi todo, a cucharazos, directo del sobresito, con galletas, pan, queso y hasta mezclando diferentes mostazas, es una belleza… cálenle cuando puedan.

Viva el moncho. ¡Feliz 4:20!

¡Muchas gracias a todos los chefs y restauranteros que respondieron a nuestro llamado mariguano!