Curacrudas: Ceviches y clamatos para revivir en 'La Secina'

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Curacrudas: Ceviches y clamatos para revivir en 'La Secina'

La cecina es esa carne deliciosa y delgadita que siempre imaginamos en un taco, pero "La Secina" es un restaurante que la transformó en un súper monchoso ceviche.

Ana, Diego y Alex Regens nunca imaginaron que su pasión por viajar en moto y comer cecina a la orilla de carretera durante sus viajes, los llevaría a abrir, a finales de 2014, uno de los mejores restaurantes para rendirle honor a dicho corte de carne, en la Ciudad de México: La Secina.

La especialidad en La Secina se sobrentiende. Sin embargo, la buena noticia es que si además de ser fan de esta carne —que es lomo o pierna de res curada con sal— tienes una cruda que te ha hecho reflexionar sobre dios y el perdón, acá tienes la cura para tu terrible mal: un ceviche de cecina que, en serio, no vas a encontrar en otra parte.

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Foto de Ollin Velasco.

Ceviche de cecina con tostadas recién salidas del comal y un clamato preparado con cerveza. Todas las fotos de la autora.

Se trata de un monumento curtido en limón, con 110 gramos de cecina de Yecapixtla, Morelos —el lugar donde se dice, se hace la mejor cenina de México—, dos camas de aguacate, cilantro, cebolla, aceite de olivo, rábano, una pizca de sal y, para acompañar, tostadas recién salidas del comal.

Alex, autor del platillo, nos contó que la idea surgió un día que estaba solo, jugando con diferentes ingredientes. Pues además de las motos y la velocidad, la cocina es otra de sus pasiones y aquella vez todo se alineó para que su original ceviche saliera a la luz.

Para los propietarios de 'La Secina' comerse el corte de carne lo más natural posible es lo mejor. No obstante, tienen más opciones, que podrían ser inventos anticruda o simplemente opciones muy monchosas para levantar incluso a muertos 3 metros bajo tierra.

Foto de Ollin Velasco.

Varias opciones curacrudas y por supuesto cerveza helada.

De la cocina salieron un par de órdenes de chilaquiles verdes y rojos muy bien servidos: espolvoreados con cuadritos de cecina, aguacate, cebolla y acompañados de una cazuela de frijoles charros; un caldo de hongos ligeramente picoso; un hermoso clamato de un litro y una cubeta de cervezas (por si quieres transformar la resaca en otra fiesta).

Si después de este festín sigues sufriendo los estragos de la noche anterior, es porque la cruda moral no se soluciona con nada.

Foto de Ollin Velasco.

Chilaquiles verdes con cecina y de frijoles de la olla.

No obstante, con que paren los temblores y el dolor de cabeza para muchos es suficiente. Y en La Secina siempre encontrarás un buen trozo de carne, tortillas recién hechas a mano y cervezas heladas.

Foto de Ollin Velasco.

Frijoles de la olla y tortillas recién hechas a manos.

Tampoco te vayas sin probar sus tlayudas y sus cuatro distintas salsas picantes, pero sobre todo no olvides comer ceviche como nunca lo hiciste: de cecina.


'La Secina' está en la colonia Narvarte, en la Ciudad de México.
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