Curacrudas: Chilaquiles gratinados con chilorio

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Curacrudas: Chilaquiles gratinados con chilorio

En México hay tantas recetas de chilaquiles como Oxxos; y de entre todas, la de nuestro amigo Cuitláhuac, dueño del food truck El Precioso en la Ciudad de México, merece un monumento.
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Si entramos en materia de chilaquiles podríamos pasar horas discutiendo grandes dilemas como: ¿son mejores los chilaquiles aguados o crujientes?, ¿los de salsa roja o los de la verde?, o ¿quién inventó la famosa torta de chilaquiles? (y de los tecolotes mejor ni hablamos); pero lo que nunca pondremos en tela de juicio es el hecho de que los chilaquiles hacen magia para curar la cruda —sobre todo cuando son picantes, se sirven con un huevo estrellado arriba y se acompañan con una chela—.

En México hay tantas recetas de chilaquiles como Oxxos —y eso que cada ocho horas abre uno—; y de entre todas, la de nuestro amigo Cuitláhuac, dueño del food truck El Precioso en la Ciudad de México, merece un monumento. ¿Por qué? Porque Cuitláhuac tuvo a bien inventarse una modalidad en la que la salsa roja de los chilaquiles reposa con chilorio —carne de puerco desmenuzada, adobada y refrita— queso Manchego y totopos horneados. Así, la salsa adquiere la esencia del cuino, el queso se derrite y los totopos quedan justo en su punto: ni muy aguados ni muy crujientes, no demasiado caldosos y no horriblemente secos. Para remachar, Cuitláhuac sirve un huevito estrellado encima, un poco de aguacate, cebolla morada fresca y una quenelle de crema agria. Ya solo falta la chela.

En serio, pocos almuerzos tan gloriosos —tengas o no cruda—.

HAZLO: Chilaquiles gratinados con chilorio y huevo frito