Curacrudas: Molletes con tuétano de Cantina Fina

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Curacrudas: Molletes con tuétano de Cantina Fina

El tuétano es un gran ejemplo de que “de lo bueno, poco”, así que no pidas este plato para compartir y cómetelo rápido antes de que se enfríe. Devóralo sin cordura.

Que lo que unió el alcohol, no lo separe la cruda.

La cantina, el refugio de nuestra sed del viernes, el lugar que calma nuestros males de amores entre tequilas, botanas y partidos de futbol, es también una gran fonda —pero con alcohol— donde comemos tan rico y tan abundante que se podemos pasar todo el día ahí dentro. Así que no hay falla: las cantinas son una de las mejores opciones para curarse una cruda; ahí siempre puedes pedir un menudo, un pozole, unos tacos de barbacoa o unos molletes con tuétano.

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Bueno, los molletes con tuétano no se encuentran en todos lados, sólo en una cantina, que se dice a sí misma "fina", el nuevo proyecto del chef Juan Cabrera —el mismo a cargo de la cocina de Fonda Fina—.

Cantina Fina se une a la tendencia de las nuevos restaurantes inspirados en la tradición de los centros botaneros mexicanos, pero imprimiéndoles toda la comodidad, la elegancia y la modernidad que sea posible, pero con la intención de conservar el saborcito de las cantinas tradicionales.

Juan Cabrera piensa que en las cantinas se comen muy buenas versiones de platillos emblemáticos de México, así que en su carta hay caldo de camarón, chamorro a la cerveza, tártara, tacos de asada, panuchos, etc. Sin embargo, el centro de atención, hasta ahora, son los molletes de tuétano. No es un platillo típico cantinero, pero está tan rico —qué platillo con tuétano no es rico— que podría convertirse en clásico.

El tuétano es un gran ejemplo de que "de lo bueno, poco", así que no pidas este plato para compartir y cómetelo rápido antes de que se enfríe. Devóralo sin cordura. La textura casi cremosa del tuétano con lo crujiente del pan te hace olvidar el bienestar de tus arterias y te hace sentir orgullosamente carnívoro.

Acompáñalo con una chela, para conectarla, y chance te quedas hasta la cena, así pruebas más cositas del menú.

En Cantina Fina se comen hasta los huesos, ya sea por el gusto a emborracharnos o por comer, el sazón de este lugar es una celebración a los clásicos de México.