El precio por comer atún aleta azul es un futuro sin peces

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El precio por comer atún aleta azul es un futuro sin peces

La pesca masiva de atún aleta azul tiene esta especie al borde la extinción. Piensa en eso la próxima vez que pidas sashimi, sushi y tiradito de atún.

El precio por comer atún aleta azul es un futuro sin peces.

Quiero empezar este texto con tres afirmaciones: la primera es que soy un amante del sushi, la segunda me encanta Japón y tercera no soy ambientalista. Pareciera que con estos tres elementos sería imposible que alguien como yo escribiera un artículo sobre el peligro de extinción del atún aleta azul.

Sin embargo, confío en que mi primera declaración sostiene mi deseo de decirles que si seguimos comiendo sushi de la forma en la que lo hacemos, dentro de poco dejará de haber sashimi de atún aleta azul y, sin exageraciones, si ésto sucede, simple y llanamente dejaremos de comer cualquier tipo de pescados y mariscos.

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El sushi y el sashimi fueron platillos creados para un público pequeño y elitista en Tokio a partir del período Edo (Japón Feudal), pero su consumo se fue expandiendo por todo Japón después de la Segunda Guerra Mundial. El proceso de popularización fue creando una demanda cada vez superior, la pesca ribereña fue opacada por la pesca comercial.

En relación al atún, la industria transnacional se fue desarrollando fuertemente y tiene como base de operaciones el mercado de peces y mariscos Tsukiji en Tokio (el más grande del mundo especializado en productos del mar). Ahí por medio de una serie de subastas se surte la demanda de atún aleta azul y aleta roja a todo Japón, Taiwán, China, India, Estados Unidos, Rusia, Europa, Brasil y México. Tsukiji es como una especie de Wall Street, pero en vez de acciones, mueve atún, y con esto genera utilidades de cientos de millones de dólares.

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Es importante mencionar que todo este desastre natural es principalmente causado por una moda gastronómica, la del sashimi y del atún.

En 1960 el atún era considerado fuera de Japón como comida para gatos, pero se comenzó a generar un consumo masivo en todo el mundo gracias a un evento y con ello se detonó una amenaza latente de lo que podría ser la desaparición de uno de los peces principales en la cadena alimenticia en los océanos. Este evento estuvo basado en la logística de Cargo de Japan Airlines, en 1971.

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La aerolínea japonesa se dio cuenta de que los aviones que transportaban material industrial japonés a todo el mundo regresaban vacíos, la alternativa para hacer más rentable el negocio de la logística fue que los aviones regresaran cargados de atún de otros países para surtir al mercado de Tsukiji y a todo Japón. Con el exceso de aleta azul había que darle un giro masivo e internacional a ese mercado, que a partir de ese momento ha tenido incrementos de utilidades y rendimientos sin precedentes cada año.

Este cambio de estrategia en logística ha hecho que ahora desde Japón hasta Tuxpan –y casi todas las esquinas del mundo– se consuma sashimi de atún aleta azul.

Cuando uno viaja a Tokio, la constante son fotografías del mercado de Tsukiji y los cientos de atunes subastados y vendidos para que nosotros lo disfrutemos y le tomemos unas fotos para presumir en Instagram.

Las subastas de atún han alcanzado niveles tan grandes que en el año 2013 Kiyoshi Kimura, propietario de una cadena de restaurantes de sushi, pagó más de 555 millones de yenes (más de un millón y medio de dólares) por el primer aleta azul que abrió la venta en Tsukiji en 2016. Pesaba 222 kilogramos. Este hecho —que para muchos ambientalistas es considerado como un alarde— es parte de una parafernalia en torno al deseo y la demanda existente por este pez con un consumo sin precedentes.

Greenpeace Japón tiene en el primer lugar de su "Lista Roja" al atún de aleta azul y desde el 2010 ha realizado una campaña de información. La ONG quiere que la gente se entere del fuerte impacto que tiene el consumo masivo de atún. Basta decir que el 80 por ciento de la población de esta especie está siendo sobre explotada.

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En paralelo, hay medidas alternativas para intentar crear consciencia, como un movimiento de consumo de sushi responsable o Guilt-Free Sushi, el cual consiste en poner una leyenda en las cartas de los restaurantes de sushi y sashimi que informe a los comensales de que la comida está libre de atún de aleta azul. Parte de esta iniciativa se lleva a cabo por el Monterrey Bay Aquarium, y promueve una serie de alternativas de consumo donde no se incluya esta especie, que hoy se encuentra en una posición muy vulnerable.

Este tipo de medidas es insuficiente, pues muy pocos restaurantes tienen los menús alternativos y el desconocimiento de la problemática de extinción persiste tanto en Japón, como en el resto del mundo.

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Comer atún de aleta azul es considerado también un equivalente de status, y la situación ocasiona que cada vez haya más gente con ganas de consumir este pez. Basta con poner en Instagram el hashtag de tuna, sashimi o en japonés シーチキン (curiosamente los kanji se asemejan a un atún), para ver a los miles de usuarios que consideran que comer este pez es como si fuese un honor paralelo al de subir el mismísimo Monte Fuji.

En Asia hay una preocupación latente, no sólo de los ambientalistas, sino de los propios comerciantes del atún, debido al creciente interés por consumir este pez de los habitantes de China y de la India. Si ahora vemos un consumo desproporcionado por parte de Japón, con una población de 127.3 millones de personas, el consumo regular y masivo de China (1,357 miles de millones) e India (1,252 miles de millones) es definitivamente insostenible.

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Ante esta situación, Clean Seas Tuna Limited, un centro de acuacultura en Australia, ha pensado en una posible solución. El lugar ha producido con éxito miles de lotes de atún aleta azul que ahora mismo están siendo distribuidos en Tsukiji y varios restaurantes alrededor del mundo. La acuacultura parece ser una de las alternativas, pero no será suficiente si continúan las pescas masivas de los buques comerciales de Japón y Estados Unidos (principalmente).

¿Qué pasaría si el océano se queda sin atún aleta azul? Pongámoslo de la siguiente forma: el atún es el pez más grande en la cadena alimenticia en los mares, éste se alimenta de los peces medianos, los que a su vez se alimentan de los peces pequeños. Su extinción, al ser el atún la parte superior del triángulo de la cadena alimenticia, ocasionaría una sobrepoblación de peces medianos en los océanos, que se necesitarían muchos más peces pequeños para alimentarse, esto eventualmente conllevaría a que los peces pequeños desaparezcan también, por consecuencia los peces medianos también… Así sí, ya se jodió la cosa.

Nos quedaremos sin sushi, sin sashimi, sin mariscos y sin pescados, y con suerte lo único que podamos encontrar en los océanos es la materia prima para disfrutar una rica hamburguesa de sargazo.

Más allá de lo terrible que sería no volver a comer atún aleta azul, es una verdadera tristeza ser tan depredadores y estar dispuestos a dejar desiertos los océanos por un bocado.

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