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Comida

La regla de los 5 segundos probada por la ciencia

Todos lo hemos hecho, recoger una rica dona después de haber caído al piso ¿pero de verdad no besa el diablo tu comida?
Photo via Flickr user Johnath

Algunas reglas son simplemente reglas, y otras son, pues construcciones autojustificadas que nadie cree de verdad; pero la gente las sigue de todas maneras con cierta complicidad social. En la primera posición de esta segunda categoría se encuentra la llamada "regla de los cinco segundos". Ya sabes, la que te permite comer cualquier cosa que haya caído al suelo sin vergüenza.

La regla dicta algo muy parecido a esto: la comida se cae. Realizas una evaluación de medio segundo al área sobre la cual cayó. ¿No es una fosa séptica? ¡Excelente! Recoges la comida y pa' dentro. Al fin y al cabo no pasó el límite de los cinco segundos.

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Si alguien más está contigo, debes gritar: "¡No lo ha besado el Diablo!" antes de comer para evitar la pena o como advertencia de que no quieres escuchar sermones. No obstante, nadie cree realmente que comer algo del suelo pueda ser bueno, ¿o sí?

Aún así, la regla pervive.

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Hemos hecho reportajes antes acerca de la agencia gubernamental, el Consejo de Información sobre Seguridad Alimentaria en Australia, que emitió una opinión oficial respecto a la regla de los cinco segundos. ¿Su consejo? No comas basura del suelo, especialmente comida húmeda que cae sobre superficies sucias.

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Pero ahora un equipo de investigadores de la Universidad Rutgers está dispuesto a demostrar —usando una metodología científica— que la regla de los cinco segundos realmente es un cúmulo de tonterías sin sentido.

MUNCHIES contactó al Dr. Donald Schaffner, profesor de ciencia alimentaria en Rutgers y coautor del estudio, quien nos explicó sus motivos: "Hace muchos años, los colegas de la Universidad Aston en el Reino Unido publicaron un comunicado de prensa basado en investigaciones hechas respecto a este mismo tema. Siendo alguien que realiza investigaciones sobre la contaminación cruzada, estoy muy interesado en este tipo de estudios. Me decepcioné mucho cuando descubrí que el comunicado no estaba respaldado con artículos arbitrados de referencia y que todo lo que la universidad podía proporcionar era una presentación de Power Point".

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Cuando el Dr. Schaffner se sentó con un estudiante graduado, Robyn C. Miranda, para analizar el tema, todo lo que pudieron descubrir fue "otro estudio arbitrado al respecto, así como también un episodio del programa MythBusters TV, entre otros".

El nuevo informe de Schaffner y Miranda, publicado en el diario de la Sociedad Americana de Microbiología, Applied and Environmental Microbiology, demuestra que la humedad, el tipo de superficie y el tiempo de contacto son factores que afectan no solo el nivel de asquerosidad, sino también las probabilidades de que enfermes violentamente gracias a la confianza que depositas en la regla de los cinco segundos. El resultado de los experimentos revela que la contaminación cruzada puede comenzar en menos de un segundo.

Admítelo: tus habilidades para recoger la comida pueden ser buenas, pero no tan buenas.

Esto fue lo que pasó: los investigadores analizaron cuatro superficies, cuatro alimentos y cuatro tiempos de contacto para observar si el Enterobactor aerogenes—un "primo" de la salmonela— se transfería del suelo a la comida. En resumen, 128 escenarios se replicaron 20 veces. Imagina una sandía sobre la alfombra, un pan con mantequilla sobre mosaicos, dulces blandos sobre piso de madera y pan sencillo sobre mosaicos. Se analizó la contaminación de cada alimento en un segundo, cinco segundos, 30 segundos y 300 segundos. Se tomaron más de 2.500 medidas.

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Los resultados confirmaron lo que probablemente siempre has pensado: a los alimentos húmedos no les va muy bien luego de un viaje al suelo apestoso, sucio y lleno de bacterias. La sandía sufrió la peor parte y el dulce blando la mejor.

"Parece ser que la transferencia de bacterias, desde las superficies hacia los alimentos, se ve afectada por la humedad", dijo el Dr. Schaffner. "Las bacterias no tienen piernas, se mueven con la humectación; entre más húmedo sea el alimento, existirá mayor riesgo de transferencia. Además, los periodos de contacto mayores usualmente resultan en una mayor transferencia de bacterias".

Es extraño, sin embargo, que la alfombra tuvo índices de transferencia menores en comparación con los mosaicos y el acero inoxidable.

Esto podría parecer contradictorio, pero como explica el Dr. Schaffner, "La topografía de la superficie y la comida parecen jugar un importante papel en la transferencia de bacterias". Quizá el terreno irregular de las carpetas provee un tipo de protección contra la transferencia de bacterias.

Solo ten cuidado de las pelusas nada apetecibles.

Schaffner nos dijo, "No estoy seguro de que alguien vaya a cambiar su comportamiento como consecuencia de mi investigación, pero estoy seguro de que hemos hecho una contribución científica seria y es posible que la gente piense un poco más detenidamente la próxima vez que recoja comida del suelo".

Quizás sí; quizás no.