Este desayuno se prepara mientras duermes
Photo by Farideh Sadeghin

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Comida

Este desayuno se prepara mientras duermes

Levantarte de tu cama es muy complicado, pero este desayuno no te quitara tiempo y te hará comenzar bien el año.

Dicen que la cuesta de enero es muy difícil, pero vamos, lo más complicado será levantarte a hacer el desayuno después de las vacaciones. El chillido de la alarma, el piso helado junto a tu cama, el frustrante desvanecimiento del tiempo que siempre parece dejarte con diez minutos de retraso hacia el trabajo sin importar qué tan temprano te despiertes.

Es por eso que preparar un desayuno casero, no uno patético, siempre parece estar fuera de contexto. A lo mucho, la mayoría de nosotros nos enfrentamos a una barra de granola rancia, un diminuto comedero de plástico de miserable yogur o un sandwich de huevo grasoso de la tienda de la esquina. ¿Quién demonios se sienta entre semana a comer un pan francés con crema, aderezado con mermelada casera? Pues en domingo, no hay problema. Pero, ¿qué va a hacer entre semana el obrero que quiere un desayuno decente por la mañana?

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Ken Addington de Five Leaves, en Brooklyn, es un auténtico maestro del brunch y puede preparar ágilmente cualquier cantidad de cosas increíbles para ayudarte a sobrevivir tu resaca. Pero este platillo en particular puede ser el antídoto para el hastío de mitad de semana. Se trata de dejar que los ingredientes reposen mientras tú también cierras los ojos.

RECETA: Pudín de mora azul con chía

Empieza por mezclar semillas de chía con sidra de manzana y miel. Déjalo en el refrigerador junto con las moras azules, la cáscara de lima y una pizca de pimienta; y en la mañana tendrás un pudín. Es magia.

Mientras esa mezcla reposa, vierte un puñado o dos de duraznos en una mezcla de jarabe de agave, lima, sal y cúrcuma hirviente. Simultáneamente, sumerge unas cuantas bayas de goji en jugo de naranja.

Después, cuando salgas de la cama, con tu playera extra grande, mézclalo todo. Pon algunas macadamias crujientes. Y listo: tienes un desayuno súper sencillo, dulce y –nos atrevemos a usar la temida palabra– empaquetado y ni siquiera tuviste que llamar a tus contactos para hacerlo.