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Comida

Cómo traficar droga escondida en comida

Agentes del aeropuerto de la Ciudad de México encontraron cristal escondido en paletas de caramelo. Ésta y más historias de drogas escondidas en comida.

Ayer se reportó que agentes del aeropuerto de la Ciudad de México encontraron cuatro kilos de cristal escondidos en cápsulas de plástico con envoltura de paletas de caramelo.

Las paletas falsas venían dentro de un paquete marcado con la etiqueta "Artesanías y dulces" y tenían dos destinos: el primero a Culiacán, Sinaloa —tierra de tres de los más poderosos cárteles de México— y luego a Nebraska, Estados Unidos, a donde llegaría a través de un sistema de una empresa de mensajería, según reportes de Animal Político.

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¡Qué buena idea! ¡Nadie nunca sospecha de los caramelos!

Sí, es sarcasmo.

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Un cargamento de 4 kilos de paletas de caramelo que se dirigen a la tierra del "Chapo" representan todo menos un inocente equipaje goloso. Quizás estos narcotraficantes, de quienes no sabemos nada aún pues el Ministerio Público Federal no ha terminado sus investigaciones, estuvieron revisando historias de droga escondida en comida pero no atinaron a encontrar el plan perfecto, ¡por fortuna!

paletas

En MUNCHIES hemos reportado otros casos fallidos de droga escondida en comida. Y, mientras nos enteramos de qué sucedió con las paletas de ayer, recordemos esas historias. Y ríamos. Y lloremos.

Cocaína en calabazas

En septiembre del año pasado fueron encontrados más de 170 kilos de cocaína escondidos en las entrañas de un montón de calabazas de Castilla —ajá, esas grandotas que usamos para la calabaza en tacha en otoño—, en el Puerto de Filadelfia, Estados Unidos. Las coca-labazas habían llegado desde Costa Rica, se dirían hacia el Bronx, y fueron encontradas en un contenedor. Lo mejor de todo es que algunos medios gringos relacionaron este hallazgo con la visita del papa Francisco —por aquello de que el Santo Padre le gusta mascar hojas de coca—.

Esta no fue la primera vez que las calabazas son usadas para estos fines. Hace dos años autoridades canadienses reportaron cerca de 3 kilos de cocaína escondidos en tres calabazas de Castilla en el aeropuerto Pierre Trudeau de Montreal.

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Cocaína en frutas

Frutipan. En mayo del año pasado casi 5 kilos de cocaína fueron decomisados en el aeropuerto Lester B. Pearson de Toronto. Estaban escondidos dentro de frutipanes hechos de yeso y pintura verde, y fueron colocados cuidadosamente en 34 cajas de cartón de fruta, según la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá. ¿En serio? ¿Quién planea estas estrategias de narcotráfico?

Piñas. Sin embargo, las piñas son las favoritas de los traficantes para esconder droga. En mayo de 2015 autoridades españolas descubrieron más de 180 kilos de cocaína cuidadosamente ocultas dentro de piñas huecas, originarias de Sudamérica. Poco menos de un año después se incautaron 2,5 toneladas de cocaína ocultas en 2,296 piñas en el mismo aeropuerto de Madrid. Esta vez venían de Costa Rica. Bueno, al menos no intentaron construir piñas falsas de yeso.

Plátanos. A Costa Rica le encanta traficar cocaína oculta en bananas —claro, es principal productor de ambas cosas—. En 2012 exportó más de 1,5 millones de toneladas de plátano y es responsable del 13 por ciento de la producción mundial de esta fruta. En ese mismo año se incautaron 15,5 toneladas de cocaína que viajaba hacia Estados Unidos dentro de plátanos huecos.

En julio del 2015 un montón de cajas de plátanos encocainados costarricenses fueron a caer a un supermercado británico. El valor de la droga encontrada fue calculado en £250 mil libras. Más de esa producción sudamericana llegó a supermercados de Berlín y a una pizzería en Nueva York, cuyos dueños fueron arrestados —¿porqué una pizzería en Queens está importando plátanos de banana desde Costa Rica?, nos preguntamos todos—.

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fruta-droga

Metanfetaminas en chocolate

Fueron casi dos kilos de metanfetaminas descubiertas por un agente aduanero en el aeropuerto internacional de Los Ángeles en 2012, escondidos en 45 barras de chocolate —el equivalente a 250 mil dólares—. Esta táctica se ha repetido ya varias veces.

Heroína en café

De Guatemala a México llegan a cada rato paquetes que supuestamente contienen café molido, pero en realidad cargan heroína. Curiosamente, los mismos ocurre en Estados Unidos, aunque ahí se reportan más casos. El servicio de aduanas reporta que en 2011 se contaron más de 150 mil confiscaciones de heroína escondida en café, principalmente en los aeropuertos de Nueva York y Chicago. ¡Dioses!

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Marihuana en pan

Un caso muy sonado en Nueva Orleans, el año pasado. Una panadería agregó marihuana a sus roscas de reyes de temporada sin avisarle a sus clientes. No sabemos qué intentaban hacer, pero el resultado fueron 40 clientes drogados y muy molestos. La panadería cerró, claro.

Cocaína líquida en ron

En 2014 un hombre llegó al JKF de Nueva York con 4 botellas de ron El Dorado, 12 años de añejamiento, que contenían 8 kilos de cocaína líquida, con un valor de 310 mil dólares. El hombre se desentendió y aseguró haberlas comprado en el duty-free, en el aeropuerto de Guayana, donde despegó. Nadie le creyó.

Tres años después, en el mismo aeropuerto, a un hombre proveniente de Trinidad y Tobago se le confiscaron 2 pasteles de ron marca La Tortuga. Se demostró que el relleno de cada pastelillo no era crema batida, sino casi 2 kilos de cocaína.

roncake

Las historias son interminables. Con darse una vuelta a la cuenta de Instagram de la TSA nos damos cuenta de las i-n-c-r-í-b-l-e-s confiscaciones que se hacen todos los días en los aeropuertos. La comida es un gran vehículo para traficar drogas, incluso se han encontrado bolsitas de papas, carne congelada, obleas y bolsas de arroz corruptas —entre muchas cosas más—.

Por ahora esperemos a que el Ministerio Público Federal de México de con el responsable de esos cuatro kilos de cristal escondidos en paletas de caramelo. Y esperemos que no sea un caso parecido al del hombre que pasó dos años en prisión por traficar con "cocaína" que resultó ser simplemente azúcar glass. Bueno, después de todo el azúcar también puede convertirse en una droga.