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Las personas religiosas pueden ser borrachos de miedo

Un estudio reciente del College of Arts and Sciences de la Universidad de Kentucky encontró una correlación entre el consumo de alcohol, la violencia y las creencias religiosas.
Photo via Flickr user Stephan Geyer

No se llama Bloody Mary de a gratis.

Un estudio reciente del College of Arts and Sciences de la Universidad de Kentucky encontró una correlación entre el consumo de alcohol, la violencia y las creencias religiosas. En breve: los santos son propicios a empezar una pelea tras unas chelas

"Simplificándolo en extremo, en muchos casos, mientras más religioso es alguien, más agresivo se volverá tras consumir alcohol", dijo el profesor Peter R. Giancola, quien dirigió el estudio.

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El estudio de Giancola buscó aislar los factores de riesgo que pueden llevar a los borrachos a una rabia saca-espuma-por-la-boca. La religiosidad, definida por él como el encuentro de "significado en lo sagrado", era uno de estos factores.

Los 520 participantes del estudio —casi mitad hombres y mitad mujeres que venían del centro de Kentucky— fueron calificados en una escala de religiosidad y luego se les dio ya fuera alcohol o un placebo. Después un oponente ficticio les causó choques eléctricos durante un juego y a los participantes se les permitió corresponder los choques.

De forma interesante, los participantes religiosos eran menos agresivos que otros al estar sobrios. Fue sólo cuando se encontraban intoxicados que se volvían más violentos.

Como con cualquier investigación preliminar, el tema necesita más estudios. Además hay muchos otros factores que pueden convertir a un borrachito feliz en un Jack Torrance: altos niveles de testosterona y bajos niveles de serotonina, un historial de alcoholismo y problemas psicológicos preexistentes. Como escribió Giancola en 1999, "no hay un solo perfil de riesgo para la agresión bajo sustancias intoxicantes".

No obstante, eso no significa que la religiosidad no tenga la culpa, psicológicamente hablando. Un estudio de 2012 publicado en el British Journal of Psychiatry encontró que las personas que se identifican como "espirituales" —en oposición a las "religiosas" y a quienes se suscriben a un estructurado sistema de creencias— eran más propensas a sufrir una gran variedad de enfermedades mentales, incluyendo dependencia al alcohol y a las drogas. La buena noticia para los religiosos, sin embargo, es que el estudio los encontró mucho menos propensos a haber sido "bebedores peligrosos" alguna vez.

Así que aunque no todas las personas religiosas estén predispuestas a romperte una botella en la cabeza después de debatir sobre cómo hacerle para que tu coche no se hunda en el lodo, esta investigación sugiere que al menos algunos de ellos sí lo harán. Sólo lleva a un campeón agnóstico de MMA contigo para balancear las cosas.