El secreto para hacer las famosas alitas de pollo de 'Mission Chinese'
Image courtesy of the Mission Chinese Food Cookbook

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Comida

El secreto para hacer las famosas alitas de pollo de 'Mission Chinese'

Aprende a hacer las adictivas y condimentadas alitas de pollo de la comida China de Mission.

Con la Comida China de Mission hay una regla: no hay reglas. Esto se hizo evidente en el reciente tour de Danny Bowien para el libro The Mission Chinese Food Cookbook, donde abundaban apariciones de varios invitados especiales: Andy Ricker de Pok Pok (y FARANG), Chad Robertson del palacio de pan de San Francisco Tartine, Kris Yenbamroong de Night+Market, Jessica Koslow de Sqirl, el mini imperio del brunch. Eso sin mencionar a la banda de punk de Bowien, recientemente formada: NARX, presentando a Chris Conley de Saves the Day y a Geoff Rickly de Thursday and No Devotion. Y, por supuesto, el menú fue tan creativo como el equipo de chefs estrella hacièndolo (y los músicos creando la música en vivo).

Pero incluso una auténtica fábrica Wonka de comida china remodelada tiene sus bases —incluyendo, por ejemplo, las Alitas de Pollo Chongqing–. Estas picosísimas chicas malas han sido parte del canon chino de Mission desde su primera encarnación como un emergente y humilde Lung Shan en San Franciso, un modesto conjunto en el distrito de Mission. El puesto de avanzada de la Comida China de Mission en la costa oeste ha hecho de Lung Shan su hogar permanente, y con él, también se quedaron estas alitas de cosquilleo imposible, cubiertas de pimienta. También las encontrarás, o a los huesos de éstas, en el MCF en Nueva York.

RECETA: Alitas de pollo Chongqing

Son tan calientes como el Hades, sumamente condimentadas y super umami (en japonés sabroso). Ésa es la razón por la que los clientes de Mission que buscan diversión nunca se cansan de ellas. Además, querrás ponerle esa mezcla de especias —paseando tu lengua por los granos de pimienta Szechuan, el comino, las semillas de hinojo, el cardamomo, los clavos y el polvo de setas— a todo.

El elenco de amigos que reúnas para comerlas tal vez no incluya a un montón de estrellas del mundo de la cocina, pero te sentirás como una de todas maneras. Sólo recuerda las servilletas —y una bebida para refrescarse.