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Comida

Comer pizza produce opioides en tu cerebro

Esta nueva investigación podría tener grandes consecuencias para los estudios de adicción, obesidad y desórdenes alimenticios.
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traducido por Elvira Rosales
Photo via Flickr-gebruiker Caitlin Regan

Los opioides no son malos. Por supuesto, el tipo sintético y recreativo son letales y han causado una epidemia de sobredosis en Estados Unidos, pero aquellos que se producen naturalmente en nuestros cuerpos hacen que la vida sea maravillosa, inundan nuestro sistema nervioso de placer cuando escuchamos música, tenemos sexo y —según sabemos— comemos pizza.

Si tomamos en cuenta nuestros recuerdos, suena de maravilla, pero ahora tenemos la ciencia del Turku PET Centre en Finlandia que te ayudará a comprender mejor el impulso que sientes de tomar una rebanada más de queso con proteína.

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Según un artículo reciente titulado "Feeding releases endogenous opioids in humans" publicado en The Journal of Neuroscience, comer alimentos produce cantidades "importantes" de opioides a través del cerebro. Es un descubrimiento bastante obvio, pero el estudio se pone más interesante cuando habla exclusivamente de la pizza.

A los participantes se les inyectó un compuesto radioactivo que se adhiere a receptores opioides en el cerebro, gracias al cual pudieron medir los niveles de placer provocados por los opioides a través de una cámara de tomografía por emisión de positrones (PET). Se midió la radiografía después de tres etapas diferentes: después de un ayuno nocturno, una bebida nutricional sin sabor pero calórica y, finalmente, pizza. Pero no cualquier pizza.

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El equipo de investigadores especificó que la pizza "deliciosa" fue seleccionada para inducir una liberación de opioides en el cerebro y funcionó. Después de analizar datos PET, el equipo de Turku descubrió que "comer una pizza deliciosa provocaba un aumento importante de sensaciones placenteras", en contraste con la bebida nutricional, que no provocó este efecto. De nuevo, no es muy sorprendente.

Pero lo que más sorprendió a los investigadores en este caso es que se liberaron más opioides durante el consumo de bebidas nutricionales que durante el consumo de pizza, lo cual sugiere que comer libera opioides "incluso en ausencia de placeres subjetivos asociados con la comida". En otras palabras, comer libera opioides (como endorfinas), no importa lo "deliciosa" que sea la comida. Quizá estamos usando demasiada semántica, pero podría tener grandes implicaciones para el estudio de desórdenes alimenticios.

"Fue una sorpresa que las endorfinas se hayan liberado en todo el cerebro y que la bebida nutricional haya tenido un mayor efecto", dijo el investigador Jetro Tuulari said en una declaración de prensa. "Esto fomenta una base para investigaciones futuras y con suerte encontraremos formas de estudiar y describir el desarrollo o predisposiciones para la adicción, obesidad o desórdenes alimenticios".

"El sistema opioide regula el apetito y la forma de comer. Ya antes hemos descubierto que sus malfunciones son características de la obesidad mórbida", añadió Lauri Nummenmaa coautora del estudio. "Los presentes resultados sugieren que la sobreingesta de alimentos podría estimular de manera continua el sistema opioide y por tanto contribuir directamente al desarrollo de la obesidad. Estos descubrimientos abren nuevas oportunidades para tratar estas enfermedades".

Apagar los receptores opioides podría hacer que deje de gustarte tu canción favorita; quizá podrían hacer lo mismo con la pizza.