Taiwán está destruyendo los cultivos de su mejor té

FYI.

This story is over 5 years old.

Comida

Taiwán está destruyendo los cultivos de su mejor té

El té oolong de altas montañas es uno de los productos más preciados en Taiwan, aún así el gobierno está destruyendo sus plantaciones en nombre de la ecología.

El té oolong de altas montañas es uno de los productos más queridos de Taiwán. En comparación con sus contrapartes cultivadas a menor altitud, este té desprende notas extremadamente florales y tiene un dejo lechoso distintivo. Es un tesoro nacional y aún así el gobierno lo está destruyendo.

Hoy en día, todos cultivos de té oolong en las altas montañas, ubicados a 2,500 metros o más por encima del nivel del mar, han sido derribados.

Publicidad

La primer cosecha sembrada aquí data de 1969 por Jindi Chen —el primero en Taiwán en plantar el té en un lugar elevado con éxito—. Chen era un agricultor de durazno que ganó el reconocimiento presidencial por su fruta; se le dio un terreno en Da Yu Ling, una región en la montaña Li con una altitud de 2,700 metros, mismo que fue designado como un lugar experimental para el cultivo de fruta.

"En 1967 el presidente Chiang Kai-Shek visitó nuestro plantío de duraznos y mostró respeto por mi padre. Así eran de famosos nuestros duraznos. Rápidamente comenzaron a hablar de plantar cosechas alternativas debido a la temporada de tifones en Taiwán, entonces Chiang Kai-Shek recomendó a mi padre que intentara con el té", dice Limei Chen, la hija de Jindi. "Se sintió como si fuera un emperador entregando un decreto, y mi padre tomó esa sugerencia seriamente". Durante los próximos tres años experimentó con los cultivos de té elevados.

"Tenía un margen de error del 75 por ciento", dice Limei Chen. De los 800 árboles de té que la familia Chen plantó, solo sobrevivieron 200. "Aún así mi padre seguía intentándolo. Quería impresionar a Chiang Kai-Shek".

chenfamilywithchiangkaishek-credit-limei_26045920674_o

La familia Chen con Chiang Kai-Shek. Foto cortesía de Limei Chen.

Eventualmente Chen lo logró y se disparó un fenómeno nacional. Hoy en día en Taiwán, el té oolong de altas montañas, una clasificación que corresponde solo al té cultivado a más de 1,000 metros sobre el nivel del mar, es una de las infusiones más valoradas en el mercado. "Debido a la poca exposición al sol y a la diferencia de temperatura y las nubes, el té de altas montañas es especialmente aromático", dice David Tsay, un maestro de té taiwanés especializado en agricultura orgánica.

Publicidad

El té cultivado por Chen, conocido antiguamente como Jardín de Té Song Lu, se convirtió en el más valorado de Taiwán. Su altitud lo convertía en la plantación de té oolong más elevada del mundo. Elaboraba un magnífico producto llamado Snow Tea, que se distribuía a el equivalente de $370 dólares por 600 gramos de té. En un año, el Snow Tea podía generar más de $3 millones de dólares en ventas.

El cultivo fue destruido el pasado noviembre. El gobierno mandó 50 hombres a talarlo.

"Quiero volver a comprar el terreno, pero no me dejan", dice Limei con voz temblorosa. Estamos sentados en el estudio de té Tsay en Taipei hojeando una revista que publicó una nota sobre su antigua plantación y su destrucción. Esta es la primera vez que lee este artículo en particular y está visiblemente alterada.

"No sé cómo seguir adelante" dice.

No queda nada de la plantación original.

chenfarm-credit-limei_26378788700_o

La plantación de té Chen antes de ser arrasada. Foto cortesía de Limei Chen.

"Hace una década, el gobierno taiwanés empezó una campaña para reducir la agricultura de altas montañas" me cuenta Tsay. "Sus intenciones eran buenas, pero ha sido llevado a cabo de una forma horrible".

La agricultura en lo alto de las montañas puede ser muy destructiva; erosiona el terreno, y los pesticidas y fertilizantes dañinos contaminan las fuentes de agua y la tierra. Los aditivos también despojan al suelo de humectantes, dejándolo completamente infértil en cuestión de décadas. Es una industria tóxica; por cada 500 gramos de té, se gasta casi $9 dólares en pesticidas y fertilizantes. Para desincentivar la agricultura de altas montañas, en 2014, investigadores especializados de Taiwán diseñaron un té de baja altitud, conocido como Taiwan Tea Number 22, que imita los aromas del té de altas montañas.

Publicidad

En respuesta a la comunidad ambiental e influenciado por el interés de los votantes, el gobierno decidió reforestar las plantaciones de té elevadas y restaurar su estado anterior. La mayoría de los terrenos fue incautados y recuperados.

"Es un asunto de blanco o negro para el gobierno", dice Limei. "Ven a los árboles de té de altas montañas y quieren cortarlos. ¿Qué hay de los cultivos de col o los hoteles en las montañas? Esos son más destructivos que el té. Nosotros ni siquiera usamos pesticidas".

oldchenteafarm-credit-limei_26558574382_o

La granja de té Chen talada. Foto cortesía de Limei Chen.

En un artículo de la publicación taiwanesa Rhythms Monthly, el Dongshi Forest District Department, responsable de la destrucción del cultivo de la familia Chen, resumió su razonamiento en cuatro caracteres chinos: zu di zao lin. Su significado: para rentar la tierra, debes de crear un bosque.

Por lo tanto, cualquiera que no estuviera plantando un "bosque" tenía que regresar su terreno al gobierno. Tener árboles es crucial para la seguridad del terreno en montañas altas; pues se requieren raíces fuertes para combatir la erosión. Y en una isla como Taiwán, donde los tifones son abundantes, la erosión es un problema grave. Debido a las técnicas de agricultura irresponsables, los deslaves son un peligro recurrente en las carreteras montañosas del país.

El problema es que la definición de "bosque" está cambiando constantemente.

Para entender la lógica del gobierno, necesitamos regresar al derecho agrario taiwanés. Después de que la República de China reclamó la isla a Japón a mediados de los 40 y principios de los 50, todos los terrenos que eran propiedad de los japoneses fueron dados al gobierno local. Esto incluía la mayor parte de Da Yu Ling. Las autoridades le ofrecieron dos opciones a los veteranos: un retiro pagado o el terreno. La familia Chen escogió el terreno. La condición era prometer que desarrollarían la propiedad y crearían "bosques". En ese entonces, eso quería decir sembrar árboles frutales y de té. La prioridad en Taiwán en esos tiempos era el desarrollo económico.

Publicidad

"El gobierno cambió de parecer en la última década", dice Limei, "para ellos, los árboles de té y fruta ya no son árboles". La ironía es que fue Chiang Kai-Shek quien le dijo a su padre que empezara la plantación de té.

"No lo habríamos hecho de no haber sido por eso", dice. "¡Casi 50 años de trabajo duro borrados!".

Otra gran ironía: los árboles de té plantados sin pesticidas y fertilizantes dañinos de hecho tienen raíces muy fuertes, lo suficientemente para resistir la erosión. De hecho, en un altitud por encima de los 2,600 metros, los árboles de té sin raíces fuertes se marchitarían y morirían.

"Ellos no consideran estos factores", dice Tsay. "Tienen la mente cerrada".

El mismo Tsay solía estar muy en contra de los cultivos de té en las altas montañas, hasta que conoció a la familia Chen. Dice que solamente debido a que la familia Chen utilizaba fertilizantes orgánicos y muy raramente regaba su plantación, las raíces de los árboles eran visiblemente resistentes.

"Por cada tres metros de árbol, hay un metro de raíz. Esos árboles tenían ramas muy gruesas también. Mantenía muy bien el terreno y como ninguna otra granja, la familia Chen no despojó a la tierra de sus nutrientes", dice.

destroyedchenteafarm-creditpamelapan_26558932022_o

La granja de té Chen está ahora destruída. Foto de Pamela Pan.

Pero al departamento forestal no le importó. Confiscaron todos los terrenos rentados.

"Dijeron que no querían escoger favoritos, así que eliminaron todos los cultivos de té operados individualmente", dice Limei. La propiedad de cultivos de té, especialmente en las zonas montañosas como Da Yu Ling, es extremadamente controversial.

Publicidad

"En ese entonces la gente no escribía las cosas", explica Limei. "Los agricultores no estaban seguros si eran dueños del terreno o si se lo rentaban al gobierno. Era un caos".

Tsay explica: "La solución del gobierno ha sido eliminar todos los plantíos de té rentados individualmente que estén cosechados en altitudes mayores a 2,500 metros. Los cultivos con conexiones con políticos, tierras autóctonas protegidas y las personas que pudieron demostrar que eran dueños de su terreno, fueron exentas. Irónicamente, los plantíos como el de Chen, quienes cumplían con los estándares orgánicos, no lo lograron. Yo había propuesto que la granja de la familia Chen se convirtiera en un destino cultural y de investigación. En vez de ello, destruyeron árboles con décadas de edad y los sustituyeron con arbolitos para detener la erosión. No tiene sentido".

Limei empieza a reír y reproduce videos en su teléfono de la plantación devastada.

"Mira estos arbolitos", dice señalando su pantalla. "Son pequeños. ¿Quieren decirme que eso es mejor para combatir la erosión que árboles de té o frutales con décadas de edad?".

destroyedchenteafarm-creditpamelapan_26558932182_o

Pequeños árboles como estos son lo que ha quedado en la plantación Chen. Foto de Pamela Pan.

Sin embargo, de acuerdo con el departamento forestal, si un árbol tiene valor económico, no califica como un árbol con potencial para reforestación.

"Pasé mucho tiempo en el plantío de Chen. Tenían una operación con conciencia ambiental y orgánica", afirma Tsay, quien estuvo 12 años viajando por los cultivos de té orgánico de China y Taiwán como educador y defensor. "Ahora bien, ¿los cultivos de altas montañas son en el fondo buenos para el ambiente? No, pero la solución no es derribar los preexistentes. La solución es integrar los cultivos de té con la naturaleza".

Publicidad

Desafortunadamente, es demasiado tarde. La plantación, las más de 5 hectáreas que la conformaban, se han ido; un trozo de historia taiwanesa ha sido borrada en cuestión de horas. Arrancaron también los árboles de durazno.

Solamente en Da Yu Ling, casi el 80 por ciento de las plantaciones individuales han sido destruídas. Los veteranos de la guerra, quienes habían decidido ayudar con el desarrollo de la tierra, han sido echados de sus hogares. El terreno ahora es estéril.

limei-chen_26378878480_o

Limei Chan. Foto de Clarissa Wei.

"Es una pena. Da Yu Ling tenía el mejor té oolong de altas montañas de Taiwán", dice Tsay. "Todos se han ido".

Por supuesto, sigue habiendo cultivos de té de altas montañas, pero están ubicados a una altitud de 2,400 metros o menor. La región desde Chayi hasta Alishan tiene 2,300 hectáreas valiosas ideales para plantaciones de té. El término "altas montañas" aplica a cualquiera que esté cultivado a una altitud de 1,000 metros o más.

Pero Tsay sostiene que la calidad estos cultivos no es espectacular y que muchos de ellos están, de hecho, erosionando el terreno y utilizan pesticidas fuertes. Aunque debido a la diferencia de leyes en distintas zonas, muchas de esa plantaciones siguen operando.

"Espera", pregunto. "¿De dónde proviene todo el té de altas montañas? ¿Todo es té malo?"

Pienso en la cantidad de tiendas de té solamente en la ciudad de Taipei. El té oolong de altas montañas está en todos los menús de la ciudad. La producción doméstica anual de té en Taiwán suma las 15,000 toneladas, mientras que la demanda es de 45,000 toneladas. Los cálculos no salen.

Publicidad

"Ahora mucho se importa desde Vietnam, India y Tailandia, y luego se etiqueta como té de Taiwán", dice Tsay y agrega que, en un cargamento de hojas de té oolong taiwanés vendido comercialmente, solo el 70 por ciento es oolong taiwanés.

david-tsay_26378877610_o

David Tsay en su estudio de té. Foto de Clarissa Wei.

Según la Taiwan Tea Manufacturers' Association, la industria de té de Taiwán se apoya en las importaciones de Vietnam, desde donde se traen casi 20,000 toneladas de té anualmente.

Y aún así, desde un punto de vista mercantil, el oolong de Taiwán tiene tanta influencia como la leche de California o el queso de Wisconsin. Es una marca importante para el país isleño; 5,000 hectáreas de su terreno están dedicadas al oolong de altas montañas.

"¿Alguna vez has encontrado a alguien en Taiwán vendiendo té oolong importado?". Tsay contesta: "Claro que no. No te dicen la verdad. La gente quiere vender a precios altos, pero a un costo bajo. Los consumidores no saben. Les interesa más la envoltura. El público en general está muy desinformado respecto a la calidad".

Debido a ello, Tsay ha dedicado su carrera a educar a las personas sobre el té de calidad. Regularmente da conferencias en universidades chinas y taiwanesas, y es considerado la autoridad máxima en té orgánico del país.

Las infusiones servidas en su estudio privado son consistentemente atractivas. Dejan un sabor de boca claro y muy diferente a todo lo que he probado en el resto de las teterías de Taiwán. Tsay es capaz de descifrar la historia de cada té, cómo se hizo, quién lo hizo y cuándo se hizo —una habilidad que pocas personas conocidas han sido capaces de demostrar—. Tiene una buena relación con los agricultores de té orgánico a lo largo de Asia.

tea_26378878120_o

Una taza de té oolong de atlas montañas. Foto de Clarissa Wei.

"La gente de la ciudad cree que pueden sentarse en sus torres de marfil y exigir productos orgánicos, pero no consideran la perspectiva del agricultor. No están dispuestos a pagar el precio y entender qué es la calidad", dice Tsay. "Es por eso que es tan fácil para el gobierno derribar un tesoro nacional como el cultivo de té de Chen… Necesitamos como sociedad ir a los campos y arrodillarnos en la tierra con el agricultor y entenderla, saber cómo funciona. Debe ser un esfuerzo colectivo entre el consumidor y el agricultor".

Limei, sentada junto a mí, asiente fervorosamente.

Tsay añade: "En lugar de eso, solo tenemos gente en la oficina con los pies sobre la mesa exigiendo cosas. Personas que no comprenden lo que es la sustentabilidad".