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Comida

Una mafia de 'noddles' con res controla los restaurantes de Shanghai

Según el "Pacto Shaanxi-Gansu-Ningxia", a nadie se le permite vender 'noddles' de res dentro de un radio de 400 metros donde haya otro negocio de fideos.
Photo via Flickr user Charles Haynes

Lanzhou lamian es un platillo de fideos hechos a mano servido en un delicioso caldo de res que es popular en toda China. Resulta que éste también es un plato con su propia mafia y está sujeto a un pacto no escrito de uno o dos años de antigüedad.

¿Y si violas los términos de ese pacto? Puede que sobrevivas para lamentarlo.

Eso es lo que un hombre llamado Xian descubrió recientemente cuando abrió un restaurante llamado Alilan Beef Noodles, en Shanghai. Según el Shanghaiist, Xian es un musulmán hui (musulmán chino) de la provincia de Gansu y su restaurante sirve una versión lamian halal (carne sacrificada bajo cierto rito, permitida por la ley islámica). Pero Xian ha sido obligado a modificar el letrero al frente de su tienda luego de un desagradable mes de acoso de otros rivales.

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Xian ha sido acusado de violar un código no escrito de los locales con fideos de res en la zona. Bajo los términos del llamado "Pacto Shaanxi-Gansu-Ningxia", a nadie se le permite vender noddles de res dentro de un radio de 400 metros donde haya otra tienda donde se vendan fideos. Xian rompió la regla y descubrió lo que sucede cuando uno lo hace. No es algo lindo.

Primero, un grupo de más de 100 personas que afirmaban representar los restaurantes de Lanzhou lamian de todo Shanghai rodearon su tienda. Entonces el grupo supuestamente evitó que los clientes entraran, destrozaron las mesas y amenazaron con matar a su familia. Finalmente, le dijeron a Xian que le darían 300,000 renminbis (un poco más de 90 dólares) si cerraba su restaurante.

A pesar de que el código no escrito es inválido ante un juzgado, es sacrosanto para la "pandilla de los fideos de res" que son dueños de los restaurantes de Shanghai. Acosaron a Xian durante la mayor parte de este mes, alegando, entre otras falsas declaraciones, que no era musulmán y por ello no podía administrar un restaurante halal.

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El 19 de julio, los dos bandos llegaron a un acuerdo después de una mediación en la estación de policía local. Asistieron representantes del Comité de Asuntos Étnicos y Religiosos, oficiales de las provincias de Qinghai y Gansu, así como también varios propietarios de restaurantes de fideos de res.

El resultado final es este: Xian puede mantener el negocio por el que hipotecó su casa, pero debe retirar el logo halal y la palabra "res" del letrero.

Lograron una tregua con la mafia de los noodles. ¿Quién iba a saber que esta comida tenían sus propios guaruras y códigos de comportamiento clandestinos?

Ahora si tan solo pudiéramos descifrar el misterio velado detrás de las brochetas de cordero xinjiang.