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Comida

Pronto podremos comer vegetales cultivados en Marte

Vivir en Marte es una posibilidad real; pero antes necesitamos resolver el problema de qué vamos a comer.

Uno de los obstáculos más grandes para habitar Marte, además de los 300 días de viaje, de estar encerrado con las mismas personas todo el tiempo, y de averiguar cómo habitar un planeta en el que nunca antes ha habido vida humana, es averiguar qué comer en esa tierra roja donde solo han crecido papas en la ciencia ficción de Andy Weir en The Martian (2012).

Por supuesto, hay cientos de científicos trabajando ahora mismo y sin parar para resolver este problema.

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Es ahí donde la Universidad Wageningen y el Centro de Investigación de los Países Bajos entra en escena. Hace tres meses, un equipo de científicos de Wageningen fueron capaces de cultivar plantas comestibles —incluyendo rábanos, chícharos, centeno y jitomates— exitosamente en un suelo marciano simulado. ¡Viva la humanidad!

¡Espera! El solo hecho de que las plantas crecieran en tierra marciana, no es garantía de calidad, comestibilidad o seguridad. El suelo en Marte está lleno de minerales tóxicos no aptos para el consumo humano, o sea que los problemas para el equipo de investigación de Wageningen no habían terminado cuando las plantas finalmente brotaron.

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"Tan pronto como empezáramos a comer, los metales pesados podían convertirse en un problema para nosotros", le comentó Wieger Wamelink, un ecologista trabajando en el experimento, a The Washington Post en marzo. Aún así, después de comprobar los niveles de toxicidad en los cultivos de rábano, chícharo y jitomate, esos temores no fueron confirmados.

De hecho, la concentración de metales peligrosos era mucho menor que lo esperado. "Los cuatro cultivos, por lo tanto, son seguros para su consumo y en cuanto a algunos metales pesados, las concentraciones fueron incluso menores que los cultivos en tierra abonada", afirmó el equipo en un comunicado de prensa.

Es decir que incluso los investigadores están apostando a favor de estos cultivos. "Para el rábano, el chícharo y el jitomate hicimos un análisis preliminar y los resultados son muy alentadores", añadió Wamelink. "Podemos comerlos y tengo mucha curiosidad por conocer el sabor de los jitomates". A pesar de solo haber comprobado la concentración de metales en cuatro cultivos hasta ahora, esperan realizar más pruebas en las diez plantas cultivadas y esperan exponer a más humanos a la dieta marciana.

"Si estamos en lo cierto, será seguro comer las papas, los chícharos, las zanahorias, el berro de jardín, los ejotes, el rábano, el centeno y los jitomates; entonces organizaremos una comida para los patrocinadores de nuestra investigación. Serán los primeros en comer jitomates 'marcianos' y probar si tienen un sabor diferente a los jitomates terrícolas".

Un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la plantacidad.