FYI.

This story is over 5 years old.

Comida

En 2017 algunos chefs siguen sin saber qué es el acoso sexual

Estar ebrio no es una excusa para coquetear con alguien que dice que no.
ER
traducido por Elvira Rosales
Ivy Knight
tal y como se lo contó a Ivy Knight
Foto: iStock / Getty Images Plus.

Bienvenido una vez más a Confesiones de Restaurante, donde hablamos con las voces no escuchadas de la industria restaurantera tanto del servicio como de la cocina, sobre lo que realmente sucede detrás de escena en tus establecimientos favoritos.

Hoy, escuchamos a la chef canadiense que experimentó una cruda desilusión cuando conoció a un compañero chef que solía admirar.

He trabajado como chef en todos los puestos de la cocina, pero la mayor parte de mi carrera ha sido en el área de repostería en Toronto. Hace unos años, me tomé unas merecidas vacaciones para asistir a un festival culinario en la Costa Este. Ésa era la primera vez que iba a uno de estos eventos, estaba emocionada y un poco temerosa; emocionada por conocer a otros chefs para generar contactos y salir, pero temerosa porque la escena está saturada de la cultura bro, todo es masculinizado.

Publicidad

Una de las cosas que noté es que no había muchas mujeres en el festival, no había voceras o chefs mujeres. No quiero decir que tendrían que destacar, pero sí ser reconocidas como iguales.

En cambio, había un gran grupo de amigos chefs que siempre organizan este tipo de eventos. Es como en la preparatoria. Las mismas personas de siempre organizando, preparando la comida y presumiendo sus alimentos. Es lo mismo en Estados Unidos y en París, en todas partes. Y todos los platillos presentados en el festival fueron colaboraciones entre chefs hombres. Aburrido.

LEER MÁS: ¡Deja de tratar de ligarte a las meseras!

La alineación de este festival incluyó a un chico que por lo regular no es protagonista; no por ser menos masculino, sino porque no siempre está involucrado en eventos culinarios de Canadá. Estaba muy emocionada por conocerlo, porque es un chef de renombre, canadiense y reconocido en el extranjero, y además tiene una estrella Michelin. (O tenía una. Su restaurante ya cerró.) Cuenta con formación en repostería y cocina salada, pero tiene gran experiencia en repostería, así que estaba muy emocionada de hablar con él porque soy una chef que también prepara ambos tipos de alimentos y es alguien a quien admirar.

En un momento, durante uno de los eventos del festival, algunos de mis amigos estaban hablando con este chef y trataban de generar conversación sobre el tema de la repostería, pero a mí me ignoraron. Para ese momento él ya estaba muy borracho. No lo volví a ver en un rato, porque había demasiada gente en el festival.

Publicidad

Cuando nos retiramos del evento, regresamos caminando hacia el lugar donde nos hospedamos y el chef decidió acompañarnos… hasta la habitación. Nuestro cuarto se convirtió en el after, pero no era nada salvaje tampoco. Todos estaban bebiendo y conviviendo en la habitación, este chef probablemente era la persona más ebria de todas. Era muy atrevido, sus manos demasiado inquietas y ni siquiera quería hablar sobre comida en lo absoluto. Incluso si le decía, "No, esto no me gusta", no me entendía.

Entonces me fui y me puse la pijama. No era nada sexy; tela de algodón y estampados de dulces, una playera de manga larga, el mensaje era "esto no va a pasar".

Cuando regresé, mi amigo y yo estábamos intentando ordenar una pizza, pero este chef estaba sentado junto a mí y puso su mano sobre mi muslo. Intentó besarme un par de veces y dije que no, lo empujé.

Debo mencionar que veía claramente cómo alguien lo llamaba por teléfono, en algún momento alcancé a ver la pantalla y la foto de una mujer. Sabía que estaba comprometido. ¿Quién más lo llamaría o mandaría mensajes a esa hora de la noche?

Pero él seguía pidiéndome que fuéramos a su habitación y me preguntaba por qué no quería besarlo. Su actitud era pesada: "Soy un chef estrella, ¿por qué no quieres coger conmigo?" No importaba quién era yo. Solo estaba buscando a alguien con quien tener sexo.

Finalmente, me levanté y salí al porche donde había más personas y él se fue.

Publicidad

En ese momento, sentí que había llegado a un punto de mi carrera donde podía ser respetada como colega y no considerada como una chica nada más, o una conquista. Pero claramente estaba equivocada, porque aunque estamos avanzando hacia la equidad en la cocina, aún no somos consideradas como iguales. Incluso tenemos que aclarar "chef mujer" en lugar de solo decir "chef". Sentimos la necesidad de identificarnos como alguien diferente y al hacerlo, nos tratan de forma distinta.

Si yo hubiera sido hombre, quizá hubiéramos bebido, charlado y compartido experiencias. Probablemente no habría puesto su mano en mi pierna. Pero no importó que yo fuese también un chef, un par. Estaba ebrio y quería tener sexo con alguien, como soy mujer, ese alguien se convirtió en mí.

Si hablara al respecto con otros chefs hombres, no creo que me creyeran, o me dirían que no tiene importancia porque estaba ebrio. "¿Por qué te pones así? No es algo malo, solo te tocó la pierna e intentó besarte".

Eso es lo que sucede cuando una mujer habla sobre cualquier tipo de abuso. "¿Qué hizo para merecer ese trato? ¿Estaba coqueteando? ¿Ella lo provocó? Podría haber dicho que no".

Bueno, al final del día, puedes decir que no cualquier cantidad de veces y aún así la gente no entiende. Dije que no un millón de veces. Estaba usando pijamas con estampado de dulces, carajo.

Este tipo de sucesos ocurren todo el tiempo y no es nada fácil. Este idiota probablemente no me recuerda —ni siquiera existo para él—, pero es algo que yo no podré olvidar.

Entre más hombres comprendan cómo excluyen y menosprecian a sus colegas femeninas, mejor estaremos todos.