Comida para trasnochados: Los tacos sanadores de Monterrey

En Comida para trasnochados exploramos la comida nocturna de México, porque no queremos que comas cualquier cosa cuando necesites bajarte la borrachera en la madrugada. Dedicamos esta entrega a tres de los mejores tacos curadores en Monterrey.

La fiebre por un taco es inminente a cualquier hora del día o de la noche. Aunque en la noche suelen antojarse más, ya sea porque el cansancio pide a gritos comida cómoda y apapachadora, porque vamos a arrancar la fiesta, o porque necesitamos bajarnos la guarapeta de una parranda o un concierto de Los Monumentales, que duran dos días en Monterrey. El centro de esta ciudad regia lo sabe. Aquí están los expertos en llenar estómagos y destrabar a borrachos con tacos. No en San Pedro Garza García, sino aquí, del otro lado del túnel que divide Monterrey del adinerado municipio de San Peter (apodo con el que se refieren a esta región).

Clásica taquería sanadora que desde 1985 ofrece sus famosos tacos de bistec y de machitos (el hígado y el corazón picados del cabrito). Poco después llegaron los de cabrito y hace poco se le unió el suculento taco de chamorro de puerco. El balance de cada mordida es perfecto: la tortilla pasada por manteca, la carnita bien picada y frita, las salsas, el limón, la sal… un gozo total. Si los pruebas, vuelves. Además el taco está a $14 pesos.

Esta no es una taquería común de calle, es un local grande para 80 comensales que se ubica en la calle de Martín de Zavala, entre Aramberri y Modesto Arreola, en el centro. Aquí tienes que ir sin prisas. Puede ser tu precarga de energía, perdón, de estómago, para arrancar la noche.

Pide uno de cada uno para que pruebes de todo, camina al comedor y báñalos de la salsa verde, que tiene tomatillo, chile serrano y aguacate, que le da el picor necesario para que te prendas. Es un negocio muy concurrido por familias y aunque aquí no cierran hasta de madrugada, si eres de los que termina la fiesta temprano, antes de la 1 de la mañana, alcanzas tu ración de tacos.

En sus 30 años de vida ya perdieron la cuenta de cuántos borrachos han sanado. El local está en la calle Ignacio López Rayón, frente a la Alameda y afuera de la tienda Elektra. Incluso algunos lo ubican como los tacos Elektra. Aquí la fiesta se baja con barbacoa de labio.Sí, barbacoa.

Parece inusual comer barbacoa en la madrugada, pues es más bien considerado un taco mañanero; pero unos 5 taquitos de barbacha —como se le dice en Monterrey a la barbacoa— en tortilla de harina con mucha salsa, o una torta en telera esponjosa, calientita y casi frita con la grasa de la carne, con aguacate y salsa verde bien picosa, resulta un munchies exquisito que espabila a cualquier pobre diablo ahogado en alcohol.

Ignacio lleva la batuta de este local para trasnochados (abre a las 7 PM y se van a las 6:30 AM), aunque don Nacho, su padre, es el creador y el cocinero principal. A sus 69 años sigue preparando la barbacoa y las salsas él mismo porque es tan celoso de su trabajo que no ha querido pasarle sus recetas a ninguno de sus hijos. "La barbacoa es de labio de res", me cuenta Ignacio, "es una receta que heredé de mis abuelos. Dice que sí nos la va a decir [la receta], pero ahorita no. La conocemos sólo hasta cierto punto".

Me explica, Ignacio, que la carne proviene de la parte que está entre la lengua y el cachete de la res. Con el tiempo don Nacho fue incorporando a su menú otros antojos, como el bistec y el trompo (pastor), pero la raza va por la barbacha, porque además de que está realmente buena, el misterio de la receta nos atrae y, estoy seguro, hace que sepa más rico cada taco.

Aquí, en el cruce de la Avenida Cuauhtémoc y la calle Hidalgo, hay para todos los gustos: trompo (pastor), bistec, suadero, gringa, molleja y hasta tortas. El suadero es el que más vale la pena, sobre todo si te lo comes de pie, en medio del ruido y los olores, conversando con el taquero mientras el pobre lidia con la camotiza (los borrachos) de la noche.

Este recinto es el prototipo típico de una taquería de calle. Con verlo y olerlo, desde que te bajas del carro, sabes que no te defraudará, al contrario, te dejará bien satisfecho.

Sus tacos llegan bien cargados de carne y de sabor. Además los taqueros agregan un toque mágico, al que podríamos bautizar como el savoir faire de este local nocturno: cebollas y papita galeana fritas. No sabes por dónde empezar, si dándole una mordida al taco, o saborearte esa cebolla y papa escurriendo en manteca. Da igual, saborea los dos.

Son la 1 de la mañana. A estas horas los comensales son los enfiestados, los que van saliendo del turno nocturno en su trabajo, los paramédicos que vienen llegando de Linares a dejar a un paciente en un hospital del centro. No todos están borrachos, pero todos necesitamos curarnos de algo: de la guarapeta, del ajetreo del día, de la vida. Y los tacos curan lo que sea, más en la madrugada.

Este artículo se publicó originalmente en septiembre del 2016.