Fotos de hombres del Bronx recreando sus encuentros con la policía

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Especial de fotografía 2015

Fotos de hombres del Bronx recreando sus encuentros con la policía

En primavera, Dru Donovan trabajó con un grupo de hombres de la zona marginal Fordham del Bronx, en la ciudad de Nueva York, para recrear por medio de fotografías sus encuentros con la policía. En las siguientes imágenes y testimonios los hombres escenifican y describen sus experiencias.

MOHAMED: Era ya muy noche y salí por leche para mi hijo [al centro de la fotografía], que apenas tenía dos años. Una patrulla me siguió desde mi edificio y cuando llegué a la esquina se paró y salieron cuatro o cinco policías. Cuando les pregunté cuál era el problema, dos de ellos me sujetaron y me aventaron contra la pared. Un tipo les daba instrucciones: "Revísenle la entrepierna. Que abra las piernas. Asegúrense de que no tenga nada allí". Sentí como que les excitaba, como si se divirtieran. No importaba todo lo que me hacían, sabía que no podía defenderme. Me sacaron la cartera y vieron mi credencial de estudiante y entonces empezaron a regañarme de que era muy peligroso andar por ahí. Me dijeron que me estaban protegiendo de mi propio barrio. Yo vivía allí. ¿Cómo iban a protegerme de mi propio hogar? Siempre que paso por esa esquina recuerdo cómo me aventaron contra esa pared. Estar aquí parado para revivir la experiencia al lado de mi hijo me hace pensar en lo que él tendrá que soportar. Me hace querer prepararlo mejor.

EASY AL: Estábamos afuera del edificio, platicando. Y entonces la tira nos agarró y nos empezó a aventar a todos. Nos pusieron contra la pared y de rodillas. Y a mí me dolían un chingo las rodillas. Gritaban: "¿Quién tiene las drogas?" Estábamos callados y nos amenazaban con darnos una madriza. Encadenaron a un güey como si fuera un perro. Lo que da miedo es que no tienes nada. Ya no tienes nada. Porque ellos pueden quitarte tu libertad. Pueden quitarte tus cosas. Pueden quitarte la vida.

BRANDON: Fui con mi agente de libertad condicional y me dijo que había violado mis restricciones. Quería hacer una llamada porque mi mamá estaba estacionada justo enfrente de donde yo estaba, pero era un espejo de doble cara. Puedes ver de adentro hacia fuera, pero los de afuera no pueden ver hacia dentro. Tenía el celular en la mano. Y él dijo: "No puedes hacer llamadas". Pero yo quería decirle lo que pasaba. Entonces cuando quise llamarle, él pidió refuerzos. Llegaron a la oficina y me aventaron contra la pared: intentaban agarrarme. Con una mano me sujetaba la espalda y con la otra buscaba mi teléfono. Lo encontró y lo aventó al piso y entonces me agarró la otra mano. Te leen tus derechos y después como que no tienes control. Usan fuerza física, te arrestan y se olvidan de ti.