Algunas personas nos cuentan cómo sobreviven antes de la quincena en seis palabras
Ilustración por Mauricio Santos. 

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seis palabras

Algunas personas nos cuentan cómo sobreviven antes de la quincena en seis palabras

No estás solo: todos somos una bola de irresponsables.

Todos sabemos que no eres una persona completamente responsable. Tus padres lo saben, tus amistades lo saben, tu compañera de escritorio lo sabe y, en especial, tú lo sabes. El lado amable a la situación, no obstante, es que no estás solo. De hecho, hay miles de millones de personas alrededor de todo el mundo que con orgullo y desaliento pueden afirmarlo: dos días antes de la quincena sólo como atún enlatado.

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Somos muchos, nos movemos entre las penumbras de la sociedad, pero ahí estamos. Somos hermanos, padres, jefes, tíos, profesores, profesionistas y aquí estamos, sufriendo por no haber segmentado nuestros gastos de manera sabia y concordante con nuestra edad y consumos, llegando con fuerza a un terrible limbo entre el hambre y la disidencia económica. Éstas son historias y testimonios en seis palabras de lo que la irresponsabilidad logra cuando se encarna en forma de individuo.


Rezo a Dios para aprender fotosíntesis. – Marcela, 26

Le pido comida y dinero a mamá. – Yussel, 29

No salir porque todo es caro. – Carmen, 23

Violo la sacralidad de mis ahorros. – Gabriel, 25

Que la peda venga a mi. – Patricio, 25

Abro Grindr para chichifear la comida – Adán, 27

Dejo el chupe y hago dieta. – Carolina, 25

Tanque de gasolina en la reserva. – Vicente, 25

Sugar daddies y detox de desayuno. – Clarissa, 26

No leer VICE, para ahorrar datos. – Javier, 31

Bicicleta, expendio de Bimbo y Pepsi – Ignacio, 26

Charanda, red-cola, maruchan y mucha agua - Juan Pablo, 25

Violo la sacralidad de mis ahorros – Gabriel, 24

Importe de envase de las caguamas – Regina, 24

Frijol, atún, papas y alcohol casero – Sofía, 27

Comulgar diario y ahorrar en comida – Guillermo, 24

Café del Seven, delicados, papas, pesero – Montserrat, 23

Tiempos de atún y sobriedad forzada. – Octavio, 28

Gorrear la peda en comidas familiares. – Santiago, 25

Me robo cosas de la oficina. – Isabel, 27

Crédito, atún, Netflix, vales de gasolina. – Fernando, 31

El resultado indiscutible del consenso reafirma la tesis que incentivó todo el tema: los millenials no tenemos idea de cómo ahorrar —o no queremos hacerlo—. De cualquier manera, todos somos demasiado irresponsables para ser adultos como el mundo nos lo demanda.