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El escritor invidente Oliver Kennett, residente en Bristol, prefiere las narraciones de /r/gonewildaudio a cualquier otro material pornográfico. Para quienes son invidentes de nacimiento, este género constituye una alternativa mucho más interesante que las meras descripciones físicas que uno puede encontrar en otras fuentes. "Está muy bien, por ejemplo, que me digas que la chica se quita el brasier, pero si no me describes qué se ve a continuación, de poco me sirve", explica.
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En efecto, la dificultad de hacer llegar el porno a los ciegos radica en que el objetivo no es la trama, sino producir excitación; lo que importa en estos casos es el estilo, no la sustancia. Obviamente, el usuario querrá saber si alguien está haciendo una mamada en la escena, pero para ellos la clave no está en la descripción en sí, sino en cómo se presenta, y no hay duda de que una voz neutra, robótica o desganada no contribuye en nada a crear ambiente. "No basta con limitarse a describir lo que ves en la pantalla", asegura Rosin. "A la hora de describir porno, el vocabulario, las palabras que se usan son muy importantes. Tienen que transmitir el mismo morbo que el video. Por muy sensual y adornada que sea una descripción, si la lees con el tono de un presentador de noticias, a nadie le va a interesar"."Es similar a intentar verbalizar una obra de arte: todo el aspecto evocativo se suele quedar por el camino", afirma Kennett. Visto el panorama, al sector del porno para ciegos le queda todavía mucho camino que recorrer para excitar a sus oyentes.