Una conversación sobre dinero y avaricia con Ricardo Gómez e Irene Escolar
Todas las imágenes cedidas a VICE por Kiku Piñol, cortesía de Mammón 

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Una conversación sobre dinero y avaricia con Ricardo Gómez e Irene Escolar

¿Han hecho alguna locura por dinero?.

Cuando el dramaturgo Marcel Borràs viajó a Alepo en 2011 como cámara de un proyecto arqueológico descubrió el mito fenicio de Mammón. "Cuenta la historia de un semi dios que baja a la tierra para ayudar a los hombres que viven en el valle y que conviven a diario con cuevas rodeadas de oro pero sin conocer su valor. Mammón les cuenta que con eso pueden ir al mercado y comprar cosas, piensa que eso va a mejorar su vida. Pero, aunque sus intenciones son positivas, Mammón acaba corrompiéndolos", me dice Marcel.

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Aquel viaje a Alepo le sirvió a este director de 28 años como inspiración para escribir Mammón, una de sus piezas teatrales firmada junto a Nao Albet. "Me di cuenta de que ese mito entroncaba con lo que se estaba viviendo en Siria en ese momento, en 2011. Entre Al Assad aliado con los rusos y los rebeldes aliados con los americanos, al final todo se resumía en una potencia económica que viene a "enseñarte", cuando en realidad viene a "corromperte", cuenta.

Nos citamos con Nao y Marcel, dos de los dramaturgos y directores más singulares de nuestro país, y con Irene Escolar y Ricardo Gómez en un restaurante del centro de Madrid. A pocos metros están los Teatros del Canal, donde se representará Mammón entre el 14 de marzo y el 1 de abril.

Y, como la ocasión lo merece, tomamos como referencia a David Broncano en La Resistencia y arrancamos nuestra cita hablando de lo importante: de la panoja, de la viruta, de los billets. O, más bien, de por qué nos cuesta tanto hablar de ella. "¿Por qué a nadie le mola decir cuánto cobra o cuánto dinero tiene en el banco, tanto si es poco como si es mucho"?, les pregunto para romper el hielo.

"Después de terminar este proyecto, quizá debería usar el dinero que gane con este experimento para hacer algo loco"

"Supongo que es un poco por crear una falsa ilusión de igualdad. A nadie le gusta estar ni por encima ni por debajo de nadie y en el hecho de que a la gente no le guste hablar de dinero entran en juego muchos sentimientos como la culpabilidad. Porque en el fondo, la fluctuación entre los sueldos de unos y los de otros es tan apabullante que implica que, para que unos pocos ganen mucho, muchos tienen que ganar muy poco", afirma Marcel.

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Ricardo Gómez lo suscribe. "A nadie le gusta decir 'yo soy el que menos gana', pero tampoco 'yo soy el que más gana'. Y en el fondo tiene que ver con no querer que te vean de una manera. Ni como el perdedor que no gana ni un duro ni como el que "se lo está llevando limpio". Y en el punto medio está el callarte y no decir nada".

"En el mundo de los artistas, además, es más jodido todavía", añade Nao Albet. "Al final puedes tener una idea que se te ha ocurrido en tres minutos y es una obra de arte. Que producirla no te haya costado horas de trabajo no la hace peor, no le da menos valor. Pero eso socialmente es más difícil de entender", explica.

Precisamente de dinero y de cómo los creadores hacen uso de él habla Mammón. Y, aunque Ricardo e Irene, sus protagonistas, se limitan a contar que lo que ocurre en escena es "una movida muy gorda que no pueden desvelar", basta googlear el nombre de la pieza para comprobar que a Mammón la han comparado con "Miedo y asco en las Vegas" o con "El Gran Lebowski"… algo difícil de imaginar cuando, según la sinopsis, la trama nos retrotrae a la Siria del ocaso de los tiempos.

Pero volvemos al parné. "Mammón habla de cómo un ser externo puede corromper o influir. De cómo un ser externo puede descubrir la tentación y que esta tentación corrompa los valores primarios con los que una sociedad ha aprendido a convivir y a sobrevivir", dice Irene Escolar. Algo que nos lleva a pensar irremediablemente en el capitalismo.

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"Dicen que somos menos materialistas que las generaciones anteriores pero yo creo que no"

"El otro día leí una frase que decía así", comenta Irene: "'El capitalismo es la primera forma occidental de autoritarismo. Es una manera de imponer la autoridad a través de implantar la necesidad capitalista'. Y este concepto, esta frase queda reflejada, de manera muy atrevida, en la obra. Se trata de un montaje, además, al que invito a venir a gente muy joven, a gente que quizá no suele venir al teatro, porque el lenguaje que utiliza sorprende. Solo voy a decir que en la banda sonora está desde Kendrick Lamar hasta Rafaela Carrà pasando por Spandau Ballet", concluye.

"Además, en Mammón también reflejamos otro de los daños colaterales del capitalismo que es… ¿qué pasa más allá de nuestras fronteras, qué pasa más allá de Occidente? ¿Qué nos llega de lo que está ocurriendo en lugares como Siria, que es donde arranca esta pieza?", añade Ricardo, a lo que Irene responde que "es justo es eso: maquillarnos lo que pasa fuera de nuestros "dominios" es una consecuencia más del capitalismo".

Pero, ¿cuáles son las consecuencias del capitalismo en nuestra generación? ¿Cómo nos ha influído el sistema en el que hemos nacido, crecido, el sistema que hemos visto quebrar y resurgir de sus cenizas?, les pregunto.

"Dicen que somos menos materialistas que las generaciones anteriores pero yo creo que no", arranca Marcel. "Simplemente no queremos comprar un coche porque no tenemos dinero para un coche. A todo el mundo le encantaría tener una casa pagada y un coche propio, así que creo que el desapego del que hablan nace del pragmatismo, de la situación. De que no tenemos pasta", concluye.

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Ricardo Gómez le rebate. "Yo no pienso así del todo, porque fluctúo entre querer tener cosas y concienciarme de que realmente no son necesarias. A veces pienso que lo quiero todo y que me encantaría tener una casa pagada y otra casa y un coche y otras veces, sin embargo, me vienen pensamientos de 'si no sale trabajo, pues a tomar por culo, no pasa nada'. Y entonces me convenzo a mí mismo de que se puede vivir con menos. Son pensamientos muy opuestos, pero se complementan", continúa.

Para terminar les hago esa clásica pregunta que normalmente se hace con la palabra -amor pero que yo sustituyo por -dinero. "¿Habéis hecho alguna locura por dinero?", les digo. "No, la verdad es que no. Salvo meter alguna comida tochísima en gastos de producción, creo que no…", responde Ricardo riéndose. Irene se queda pensativa, como mirando a la nada y, después de un buen rato, responde bajito "No. Pero, después de terminar este proyecto, quizá debería usar el dinero que gane con este experimento para hacer algo loco", responde.

Me despido de ellos y vuelven a los Teatros del Canal, a los que, según Ricardo, han invitado a gente que "no ha ido al teatro en su puta vida" para que disfruten de esa road movie sobre las tablas que es Mammón.

Participa aquí en el concurso para conseguir una entrada doble para el pase privado del martes día 13 de marzo a las 20h en Teatros del Canal. Lee las bases legales antes de participar.