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aguas negras

No bajan las aguas negras de Rio de Janeiro

La contaminación de las aguas en Rio de Janeiro es un tema recurrente y continúa; las esfuerzos de las federaciones tal vez no sean suficientes.
Foto de chensiyuan/Wikimedia Commons

Una de las opciones sería hacer de la epidemiología un deporte olímpico. Así las infecciones que probablemente contraigan los atletas en pruebas de agua en las playas de Río formarían parte del espíritu olímpico. De otra manera, es simplemente inconcebible el estado de los escenarios para pruebas como canotaje o triatlón. Los estudios alarmantes comenzaron desde el año pasado. Advertían que las condiciones sanitarias de estos sitios estaban lejos de ser óptimas. Así también los reportajes: Materia fecal, drenaje, desechos de todo tipo. Con el paso del tiempo —y con la creciente de críticas— uno habría pensado que las cosas mejorarían. Obviamente no es el caso.

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Dos estudios aún no publicados y compartidos con Reuters revelaron que las aguas de las playas más populares así como en las aguas de la laguna donde también habrá eventos olímpicos hay una presencia importante de "superbacterias", resistentes a los antibióticos. La bacteria puede causar "infecciones gastrointestinales, urinarias, pulmonares, circulatorias muy difíciles de tratar, así como meningitis. Este estudio fue revisado por científicos en la Conferencia Intercientífica sobre Agentes Antimicrobianos y Quimioterapia el pasado septiembre.

El segundo estudio lo realizó el gobierno brasileño a través del laboratorio de la Fundación Oswaldo Cruz. Este se enfoca en la laguna Rodrigo de Freitas, donde sucederán eventos como canotaje, así como un río que desemboca en la Bahía Guanabara. Este estudio también detecto altas concentraciones de esta superbacteria.

— douglas engle (@douglas_engle)June 22, 2016

Es importante apuntar que las muestras de estos dos estudios fueron recolectadas entre 2013 y 2014. A pesar de que han pasado dos años, los especialistas coinciden en que la infraestructura que lleva los desechos y las aguas contaminadas a estos sitios siguen operando en su mayoría como lo hacían desde entonces. Los expertos consultados coinciden en que las infecciones dependerán en gran medida del estado del sistema inmunológico de quienes estén expuestos a estos agentes patológicos. Los atletas olímpicos tienen, en general, una cierta ventaja ya que están en perfecta forma física, incluyendo su sistema inmune. Sin embargo, el caso del atleta alemán Erik Heil pone un freno al optimismo. Mientras competía en agosto del año pasado en un evento de vela en las playas de Rio, contrajo MRSA, una de estas bacterias que se alimientan de tejido humano y tuvo que ser tratado en un hospital berlinés.

Para incrementar las probabilidades de competir sin infectarse, el equipo de canotaje de los Estados Unidos recibirá trajes especiales que incluyen un acabado químico antiséptico. Esperan que esta capa sirva para matar o neutralizar a los patógenos que contenga el agua. Sin embargo, según un estudio de Wired, los especialistas advierten que dado que el traje no cubre todo el cuerpo, hay opción de que los virus y las bacterias entren en contacto con la piel del competidor. Y lo que es más, es posible que al golpear el agua con los remos, por ejemplo, las gotas sean fácilmente ingeridas por la boca o la nariz. Es decir, no tienen escapatoria: a menos que implementen un traje al estilo Bane, el sistema inmune de los atletas olímpicos también estará en competencia. Una microscópica y con consecuencias mucho más determinantes, sin duda.