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Nuevas personalidades que puedes adoptar al inicio del nuevo curso

Empieza la universidad y tienes la oportunidad de dejar de ser el perdedor de siempre, o al menos fingirlo.
Foto de portada vía el usuario de Flickr archim

Ahora que dejas atrás esos escabrosos años de instituto tienes la oportunidad de renacer, de presentarte como una nueva baraja de cartas, espectacular, brillante, útil. El primer año de carrera es el momento justo en el que todo puede cambiar porque tienes la oportunidad de articular una nueva personalidad que, esta vez, no sea un fracaso absoluto que te lleve a llorar solo en tu habitación escuchando una y otra vez la última canción del Nimrod de Green Day.

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Ahora ya no tienes por qué seguir con el rol que se te había asignado anteriormente en el instituto (el de ese niño tímido y taciturno al que una vez se le empinó el pene en clase y desde entonces empezaron a llamarle "el acosador"), ahora puedes fingir ser un ser nuevo y mejor. Romper esas viejas cadenas que te mantenían preso y ser un individuo respetado, tener amigos por primera vez y forjarte una personalidad insólita y atrayente.

EL RARO DE POSTAL

El tipo solo quiere llamar la atención y que la gente piense que tiene una apasionante y rica vida interior. Se esfuerza en ser un antisocial y va por la universidad con un paraguas abierto ("hay que protegerse de las nocivas y aburridas ideas del siglo XXI") y unos panties de chica (que le marcan un buen culo, todo hay que decirlo). En su página de Facebook tanto su foto de perfil como todas las fotos que ha colgado (74 hasta la fecha) son completamente negras y cada vez tienen menos likes (la primera tiene 23 y la última ninguno). Evidentemente, solo escucha música hecha con huesos humanos, cosa que a nadie le sorprende y sobre la que nadie quiere indagar más.

EL CONDUCTOR

"¿Quieres que te lleve?". El muy hijo de puta se acaba de sacar el carné de conducir (es lo único que le ha interesado en la vida hasta ahora y lo único que le hará feliz hasta el día de su muerte, bueno, esa noche en la que se besó con un señor barbudo que le sacaba 25 años también le pareció "mágica") y no vacila ni un segundo en evidenciarlo. Aparca su coche lo más cerca de la facultad y su forma de hacer amigos consiste en invitar a los compañeros a subirse al coche y a llevarlos cerca de su casa. "Me viene de camino, sin problema". El cabrón detecta y se apunta mentalmente a los que viven cerca de su casa y luego los asedia con una propuesta: "Si quieres te llevo por la mañana". Si alguien cede, a las tres semanas le dirá de compartir los gastos de gasolina. Su bondad convertida en un arma de doble filo. Al final se pasará todos los cursos conduciendo solo.

LA CHAVALA QUE ACABA DE HACER UN TRIO CON DOS CHICAS

Este verano ha tenido una experiencia que le ha cambiado la vida y quiere asegurarse de que todo el mundo se entere de que ese trío que ha hecho este verano con un par de chicas valencianas que conoció en Menorca "la ha liberado". Su novio sigue sin entender una mierda y aún no sabe si ya está soltero o si sigue teniendo pareja. A ella, simplemente, "le parece un tema poco relevante". Su idea es animar a todas las chicas a disfrutar del sexo de una forma nueva y a no sucumbir a las inercias heredades de una educación sexual machista. Curiosamente solamente flirtea con hombres y eso levanta ciertas sospechas por parte de sus compañeras.

EL SEÑOR

El señor es una persona con una evidente apariencia infantil que va ataviada con ropajes de hombre adulto de los años 70 y que adopta costumbres de, bueno, un hombre adulto de los años setenta. Lo puedes ver sentado en un bar con las piernas cruzadas tomando un café largo y leyendo un periódico impreso en papel, mientras el humo de su cigarrillo se le cuela entre su peinado engominado. Lleva pantalones de pinza y una chaqueta que acompaña una camisa de color marrón claro comprada en una tienda de segunda mano —sus prendas son de marcas poco conocidas como "Gioccolero" o "Prendas Rubín", etiquetas muy barrocas que pretenden conseguir un lujo que no podrían alcanzar ni siendo bordadas con oro puro—. Al acercártele podrás oler su colonia Varón Dandy y vislumbrar esa cadenita colgando de su cuello, sí, esa que pone "Marcelino" (él no se llama Marcelino). Si le preguntas por una posible "ironía" en su forma de vestir y comportarse te mirará con cierto desprecio y se hará el despistado. Cree que desprende madurez y sensatez, seriedad y respeto pero el resto de alumnos lo perciben como un mendigo que se ha puesto elegante para ir a pedir comida a un comedor social. Un mendigo que, además, debe ser, muy probablemente, un pervertido.

EL TIPO DE LA CAMISETA CON LA MÁSCARA DE GUY FAWKES QUE ÚLTIMAMENTE ESTÁ MUY CONCIENCIADO A NIVEL POLÍTICO

Este verano ha dado el cambio, ha empezado a preocuparse y sensibilizarse por temas políticos. No es que REALMENTE le preocupa pero piensa fuertemente que esta pose de individuo podemita puede ayudarle a conseguir "algún coñito", como lo expresa mentalmente cuando se habla a sí mismo sobre el tema. El tío está obsesionado con "el movimiento vecinal" de los setenta y se baja panfletos que encuentra en páginas de Facebook de izquierdas, los fotocopia y los reparte a toda la gente al salir de clase. No tolera ni el racismo ni el acoso pero cuando está borracho no vacila en comentar que tiene "muchísimas ganas de enchufársela a una buena negra".

LA BORRACHA EXQUISITA CULTURALMENTE

Le gusta fingir que cada noche se bebe una botella de vino mientras ve youtubes de monólogos de Tig Notaro. Los monólogos los ve pero lo único que bebe es una lata de Coca-Cola que la hace sentir gorda. Ya sabéis, el azúcar o lo que sea que lleve. Le gusta dar esa imagen de que "todo le importa una mierda" y que se pasa el día viendo series y deslatando cervezas en bragas. Quiere proyectar una imagen totalmente desexualizada y se esfuerza en tener muchos amigos masculinos a los que les guste esta movida de tragar lúpulo y visionar Horace and Pete de una sola tacada. Sí, le gusta su compañía y le gusta que siempre paguen las cervezas. A los chicos les encanta esta tía pero casi todos quieren acostarse con ella, cosa que la pone triste porque ella no quiere follar, solo quiere colegas con gustos "exquisitos" y "minoritarios", como dice ella. No quiere follar con esos perdedores, a ella le gustan los tipos musculosos como Cristiano Ronaldo y toda esa peña del deporte. Si es para follar, los prefiere fuertes.

LOS PROVINCIANOS

Vienen en grupo, comparten piso, comparten origen. Es "la casa de los gallegos". El "piso de los vascos". El "apartamento de los andaluces". Ya sabéis. Decoran su piso con tópicos de su comunidad autónoma y se encargan muy fuertemente de que TODO EL MUNDO sepa que en su piso se hace "el mejor gazpacho de la universidad" o lo que sea que hagan en su tierra lejana. Si se hacen fiestas, ahí se gasta la bebida alcohólica tradicional del territorio natal, lo autóctono: licor café, vino turbio, ratafía, sidra o lo que sea. Es obligado probarlo, tan obligado que incluso parece un acoso, un acto delictivo. Es recomendable alejarse de esta peña tanto como se pueda, su amor incondicional por su tierra puede traducirse en una amistad eterna, y por Dios que no quieres a estos tipos a tu lado para toda la vida.