Awww, mírate. Llevas una semana sin beber o comer una bolsa entera de papitas. Apostamos que estás muriendo por felicitarte a tí mismo y presumir por comer ensaladas de kale y quinua en tu oficina. Y solo comiste cuatro trozos de rosca de reyes… ¡Te mereces un trofeo!Escucha: toda esta farsa no va durar. Fue lindo pensar que podías derretir la capa de grasa que creció gracias a todos esos ponches y puñados de queso que comiste en un par de semanas solo porque piensas que eres una especie de gurú de los jugos, inspirado en Gwyneth Paltrow, pero las cosas no funcionan así. Si no eres sano el resto del año, seguramente no lograrás un cambio real.Aquí hay una receta para aceptar la realidad: pastel de chocolate muy bueno. Lleva leche y chocolate amargo como base, una costra de oblea de chocolate y una capa de mousse de chocolate y vainilla. Cuando decimos que es "un pastel diferente" es porque nadie había podido hacer un postre tan sexy, incluso si hubieran podido hacerlo, sería casi incómodo comer esta sensualidad frente a los demás.
Deja de autorturarte y consiéntete con un poco de terapia de chocolate. Acepta tu destino. Es mejor hacerlo de una vez. Comamos pastel.