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10 preguntas

Lo que siempre quisiste preguntarle a un repartidor de pizza

"Mi último encuentro con un cliente completamente desnudo fue hace unos tres o cuatro días, en un hotel. No dijo nada, sólo tomó la pizza y cerró la puerta".
Todas las fotos por Eva L Hoppe

Desde hace cinco meses, Joshua ha estado repartiendo pizzas por todo Berlín en su bicicleta. El joven de 20 años hace entregas a los hambrientos y crudos de la ciudad, sin importar si hay lluvia, nieve o días feriados, por un sueldo de 9 euros (207 pesos) la hora. Pero en un día bueno, puede ganar otros 40 euros (922 pesos) en propinas.

Hablé con Joshua para enterarme de quiénes son los que dan la peor propina, a quiénes juzga silenciosamente y a cuántos ha cachado cogiendo.

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VICE: ¿Qué tan seguido te toca que abran la puerta sin ropa?
Joshua: Mi último encuentro con un cliente completamente desnudo fue hace unos tres o cuatro días, en un hotel. La mujer no dijo nada, sólo tomó la pizza y cerró la puerta. La gente desnuda siempre es así. Diría que un 50 por ciento de las personas que piden pizza deciden darse una ducha segundos antes que llegue su comida. Entonces diario me tocan clientes que literalmente acaban de salir de la regadera.

¿Hay clientes que tratan de pagar de otras formas cuando no tienen dinero?
Sí. Recientemente, un tipo que estaba completamente frito me preguntó si me podía dar una onza en lugar de dinero. Aunque valía mucho más que la pizza, le dije que no porque ya dejé de fumar y vender. Y la mota se veía muy mala, además. Otro pacheco una vez me hizo esperar 20 minutos en su puerta, tras alegar que no podía encontrar su dinero. Cuando abrió la puerta, me confesó que en verdad estaba buscando la llave, que había estado colgada en la puerta todo ese tiempo. Otro tipo me invitó a fumar un porro y comer un pedazo de pizza.

¿Quiénes son los que dan la peor propina?
Casi siempre son los oficinistas que piden mucho durante el almuerzo. Me piden pizza por un valor de 80 euros (1,850 pesos), pero no me dejan ningún centavo de propina. Los ricos no sólo son codos, sino que también son increíblemente groseros. A veces, si los adulas y pretendes que no hay nada que te gustaría más que entregarles su comida, te pueden dar una propina bastante buena. Los que mejor propina dan son los clientes regulares y las parejas jóvenes sin hijos.

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¿Qué otras tácticas usas para conseguir mejores propinas?
Cuando abren la puerta, empiezo a respirar fuerte y digo, “Wow, ¡cuántas escaleras!” Obvio, esto sólo funciona si en verdad hay muchas escaleras. Pero siempre es bueno aparentar que llegar a su casa te dejó muy cansado. En los puentes y días festivos, es muy lucrativo recordarles que estás trabajando en un día de descanso. Y finalmente, si un cliente te pide algo especial para su pedido, por ejemplo si te pide una cajetilla de cigarros con la pizza, también es bueno tratar de aplicar eso. Pero hay gente que, sin importar lo que hagas, nunca te dejan propina.


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¿Qué tan seguido sorprendes a la gente cogiendo?
Muchos clientes tienen ese brillo después de haber cogido cuando llego con su pizza, pero nada más he cachado a una pareja. Cuando estaba llegando a la puerta podía oír todo, pero no podía dejar la pizza ahí, entonces me acerqué y toqué el timbre. Me di cuenta de que no me escuchaban, entonces le empecé a pegar a la puerta. Tardaron unos 15 minutos en escucharme. Cuando el tipo abrió la puerta, se quedó parado ahí, con una erección, mientras su pareja estaba sentada detrás de él, desnuda. Tardó unos diez segundos en darse cuenta de quién era antes de que me pagara con rapidez y cerrara la puerta sin que nos dijéramos una palabra.

¿Te has comido una pizza que tenías que entregar?
No, aunque siempre tenga la tentación. Pero nos dan una pizza gratis todos los días, entonces muchas veces me llevo la mía y me la como en los pasillos afuera de los departamentos donde entrego.

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¿Alguna vez has salido con alguien a quien le hayas entregado una pizza?
Sí, unas tres o cuatro veces. Funciona de ambos lados: a veces yo las invito a salir, y a veces ellas me piden mi número. Una vez sí me batearon cortésmente, y creo que ahora ya dejó de pedir a nuestro restaurante para que no nos tuviéramos que ver de nuevo.

Es claro que algunos taxistas en Berlín también venden drogas. ¿Podrías pedir drogas con tu pizza?
Lo he pensado, pero no he vendido desde que era adolescente. Uno de mis colegas me ha hablado de querer vender en sus entregas, pero no sé si lo ha hecho. Pero tiene mucho sentido. Es una transacción totalmente discreta; el cliente sólo tiene que actuar como si hubiera entregado una propina enorme y nadie sabría nada.

¿Juzgas en silencio a los clientes que están solos pero piden bastante comida?
No, porque son los clientes más fiables y suelen ser los más amables, también. Además creo que muchas personas piden a domicilio para guardar la comida porque no quieren cocinar.

¿Qué piensas de las personas que viven cerca pero igual piden a domicilio?
Algunos son amables, pero la mayoría son unos idiotas: creen que porque no recorrí una gran distancia no merezco una propina.