Salud

Cómo discutir con un amigo por mensajes de texto

Aprovecha esta oportunidad para presentar la versión tranquila de ti mismo, en lugar de vomitar tus emociones en un cuadro de texto.
Ilustración de dos personas en podios de debate, uno está enviando mensajes de texto en su teléfono
Ilustración por Cathryn Virginia

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Recientemente, durante una entrevista de radio, escuché a una crítica culinaria suspirar profundamente porque extrañaba la experiencia gastronómica de estar codo a codo junto a otros comensales. Dijo que daría todo por esperar una hora, en un vestíbulo lleno de gente, por una mesa. Muchas experiencias ilógicas y molestas nos parecen el paraíso ahora. Mi corazón estalla de emoción al pensar en una escalera eléctrica repleta. Cada vez que recuerdo algo humano y horrible, es probable que piense: Qué no daría por hacer algo horrible en persona de nuevo.

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Pero no importa lo desesperada que esté, no extraño discutir en persona. Para ser justos, no solía hacerlo tanto en el pasado. Con excepción de mi pareja o mi familia, no he tenido una pelea en persona en años. Cuando mis amigos y yo discutimos, es por mensajes de texto.

Por supuesto, los amigos se seleccionan a sí mismos por naturaleza, así que escribo esto sin estar segura de si otras amistades son adecuadas para las peleas por mensajes de texto. Pero con mis amigos, resolver nuestros pequeños problemas a través del chat ha sido la forma más fructífera de comunicarnos. El acto de no estar presentes mantiene las cosas frescas y lúcidas, y reduce el tiempo de sentirnos desconcertados.

Si un amigo cometió un error rápido pero innecesario, alguien podría enviarle un mensaje de texto rápido pero necesario para aclarar las cosas

Algo que valoro de los mensajes de texto para las discusiones es que son inmediatos. No soy más que un producto de mi época, así que quiero las cosas que quiero ahora mismo. Si le debo una disculpa a alguien, se queda en la parte de atrás de mi cuello como un pájaro que grita/llora hasta que puedo enviársela al destinatario legítimo. Enviar mensajes de texto es a menudo la forma más rápida de arreglar las cosas. Particularmente si el problema pertenece a la categoría de un malentendido (por ejemplo: si no invitaste a un amigo muy querido a algo que sabías que no querría asistir, pero también le habías avisado a un amigo en común, entonces sí debiste haber invitado a tu amigo querido en primer lugar, incluso si solo te hubiera contestado con un rápido '¡No! ¡Gracias!').

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Cuando dejas que las cosas se recrudezcan, se vuelven más delicadas y difíciles de abordar. Una persona podría quedar exhausta repasando varias hipótesis sobre por qué alguien la hirió. En cambio, podríamos simplemente eliminar toda esa espera. ¡Usa la discusión por mensajes de texto para arrancar/poner la curita de inmediato! Acepta esta realidad, y sin maquillar tus intenciones, dile a tu amigo que deseas aclarar las cosas a través de mensajes de texto.

No respondas con furia o por instinto; lee atentamente y tómate tu tiempo para pensarlo con detenimiento

A través de los mensajes de texto, cada nueva pieza de información llega y permanece exactamente como fue enviada, a diferencia de los molestos sonidos que desaparecen en el aire sin aportar pruebas. Cuando recibes una nueva misiva de tu contraparte, realmente puedes absorberla. Ponerse de mal humor delante de una persona con la que estás discutiendo tiene repercusiones (a menudo, mis amables y generosos amigos intentarán instintivamente consolar a cualquiera que esté triste, lo cual no es justo en absoluto). Si estamos enviando mensajes de texto, puedo fruncir el ceño sin temor a que alguien me vea y luego, lo que es más importante, puedo volver a leer los mensajes, después de lo cual me puedo dar cuenta de que las cosas no son tan terribles o críticas como había interpretado en un inicio.

Aprovecha esta oportunidad para presentar la versión tranquila de ti mismo, en lugar de vomitar tus emociones en un cuadro de texto

El verano pasado me quedé con un amiga en Portland y no actué como una buena amiga-invitada. Según lo recuerdo, me ausenté en varias ocasiones para tomar tragos o salir con otros amigos en la ciudad, después de lo cual volvía tarde y hambrienta. Cuando terminó mi viaje, sabía que mi amiga no estaba contenta conmigo. Con valentía e impaciencia, le envié un mensaje de texto una vez que regresé a casa para preguntarle cómo se sentía acerca de mi visita. Probablemente estaba muy molesta conmigo, ya que respondió rápidamente con una lista de quejas. Sola en mi hogar, pude leer aquello que le molestaba de mí. El espacio privado para gruñir y ponerme a la defensiva era suficiente, no necesitaba que eso fuera parte de nuestra conversación.

Como sabe cualquiera que haya escrito y borrado un mensaje una y otra vez, puedes ver que tus respuestas se vuelven mágicamente más consideradas con cada nuevo borrador. Una respuesta apropiada puede requerir varios intentos. (En vista de que estás en una conversación, realmente creo que es valioso mantener la fluidez sin una pausa demasiado larga entre las respuestas. Si las cosas se sienten forzadas o fuera de foco, siempre puedes cambiar de ruta y pedir hablar por teléfono al respecto). En los dos escenarios posibles, uno puede tomarse un tiempo para poder procesar el asunto, y tomarse un tiempo para poder evitar el asunto. Solo uno es algo correcto de hacerle a un amigo.

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Si te sientes abrumado o confundido por las respuestas de tu amigo, llama a los asesores de confianza

Para reforzar nuestros impulsos sociales, tanto mezquinos como considerados, los dioses nos concedieron la capacidad de hacer capturas de pantalla. Lo encontré particularmente útil cuando tuve una pequeña disputa hace unos años con una amiga que siempre estaba reprogramando nuestras salidas para hacer algo que la beneficiara. De repente íbamos a un concierto al que necesitaba asistir por su trabajo. De pronto estábamos tomando unas copas en un bar de vinos para que pudiera recoger su ropa de una tintorería al otro lado de la calle. Al principio de nuestra pelea por mensajes de texto, no fue particularmente comprensiva, así que comencé a relajarme y retractarme de mis quejas.

Luego envié capturas de pantalla a una tercera parte parcialmente objetiva, quien me animó a mantenerme firme. Si bien mi amiga había dado una explicación para cada acción individual, esta nueva voz externa me recordó que podía exigir que me trataran de manera diferente, etc. Sin ella podría haber evitado la confrontación, y luego ponerme furiosa, resentida e incómoda cuando mi amiga tratara de hacer alguna tontería de nuevo y quisiera llevarme al lanzamiento del producto del socio de su jefe de último minuto. Creo que las capturas de pantalla se usan principalmente para el mal y siempre son un poco groseras, pero a veces necesitas resolverlo de manera grupal para hacer bien las cosas.

Esto no quiere decir que las discusiones por mensajes de texto sean más educadas, serias o maduras. ¡Esas cualidades pueden ser obstáculos para las discusiones! No es algo mejor ni mucho menos, solo te da más tiempo para pensar. A principios de este año leí un libro relacionado con la correspondencia: My Autobiography of Carson McCullers, de Jenn Shapland, donde la autora escribe sobre su trabajo en un archivo. Su “hallazgo favorito fue una serie de cartas que una de las amantes de Norman Mailer le había escrito con el saludo —el cual resume mi propio sentir— Dear American Shithead (Querido hijo de puta estadounidense)”. Discutir con la palabra escrita no es necesariamente la versión más cautelosa de nosotros mismos, pero a menudo es la más elocuente.

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