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Uncaged

Vamos a morir por culpa de los antibióticos de la industria alimentaria

Hasta 10 millones de personas podrían morir en 2050 por resistencia a los antibióticos.
cerdos en una granja
Imagen cortesía de Igualdad Animal

En la naturaleza todo está interconectado y hoy en día los restos de antibióticos pueden encontrarse en todas las masas de agua del planeta. Están presentes en las aguas residuales, en las superficiales, en las de riego y las potables. Según el último estudio del Centro de Investigación de la Comisión Europea, los niveles de antibióticos encontrados no suponen una amenaza directa para la salud. Sin embargo, la preocupación reside en que en las grandes acumulaciones de agua podrían proliferar las bacterias resistentes a los antibióticos.

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El aumento de las superbacterias es una de las principales amenazas a las que se enfrenta la salud mundial. Anualmente mueren en el mundo 700 000 personas a causa de infecciones resistentes a los antibióticos, una cifra que podría llegar hasta los 10 millones en 2050 si no se toman medidas.

Los diferentes planes de acción para frenar estas bacterias recomiendan encarecidamente la reducción del uso de antibióticos tanto en humanos como en animales. Desde 2006 su uso para fomentar el crecimiento de los animales de granja está prohibido. Pese a ello, España sigue utilizando grandes cantidades de estos fármacos, ya no para tratar enfermedades, sino para prevenirlas.

Los animales en las granjas españolas consumen cinco veces más antibióticos que en las francesas y el doble que en las portuguesas. Según la Agencia Europea del Medicamento, España es el segundo país donde más antibióticos se utiliza por animal; la siguen Italia y Grecia.

Los animales eliminan los antibióticos a través de las heces, que acaban formando parte del estiércol con el que se abonan los cultivos. Su aplicación como fertilizante orgánico de forma continuada puede provocar la contaminación del suelo y de las aguas superficiales, según destaca el estudio realizado por la Comisión Europea.

La acuicultura es otro de los sectores a los que apunta este informe como causante de la creciente presencia de antibióticos en el agua. Actualmente más de la mitad del pescado que se consume en el mundo es criado en piscifactorías y los ingresos de la acuicultura ascienden a unos 3000 millones de euros en Europa, generando mayores beneficios que la pesca.

Reino Unido, Italia, Francia, Grecia y España, son los principales criadores de peces, acaparando casi el 70 % de la producción total europea. Para mantener estas cifras de negocio y generar la máxima rentabilidad las condiciones de vida de estos animales han ido empeorando. Viven hacinados en tanques, lo que les genera un fuerte estrés, y en aguas con un alto índice de nutrientes que empeora la calidad de medio acuático. Para evitar la propagación de enfermedades, como con el resto de animales en la ganadería, se les administran antibióticos de forma preventiva. El informe contempla el uso de vacunas frente al de antibióticos como una de las posibles soluciones.

La Organización Mundial de la Salud vienen alertando desde 2015 sobre la necesidad de reducir el uso de antibióticos para evitar la propagación de resistencias. Si continúa la tendencia actual muchos de los tratamientos utilizados hoy en día en medicina serán inútiles en 2050.