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Comida

Las sopas que amamos los latinos

Sólo por antojo, recordamos cinco de las sopas más arraigadas en la cultura latinoamericana, ya sea por su sabor, su significado cultural, o por su mágico poder maternal para curar cualquier desencanto.

La sopa es probablemente el platillo más antiguo del mundo. Quizás porque, básicamente, es un platillo sumamente fácil de hacer. De hecho, responde a una de las más básicas lógicas en la cocina: cocer alimentos en una olla con agua. Claro, la creatividad y la bendita diversidad de alimentos en el mundo, han dado lugar a un montón de sopas deliciosas que abrazan emocionalmente a millones de personas en todas latitudes.

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Sólo por antojo, recordamos cinco de las sopas más arraigadas en la cultura latinoamericana, ya sea por su sabor, su significado cultural, o por su mágico poder maternal para curar cualquier desencanto.

El ajiaco colombiano

Es el platillo tradicional de Bogotá, también lo llaman Ajiaco santafereño por Santa Fe, que solía ser la capital de Colombia en tiempos coloniales, cuando se creó. Es una mezcla entre sopa y crema, y como los colombianos nunca se decidieron si es una u otra, decidieron llamarlo con un término nuevo: ajiaco. Su consistencia espesa es gracias a los tres tipos de papa que contiene: capira, pastusa y criolla, que es la principal; y su sabor especial se lo debe a la guasca, una hierba aromática también usada en ensaladas y otros platos. Comúnmente se le añaden verduras y pollo, y se acompaña con maíz y aguacate. Uf, aguacate. Todo con aguacate sabe bien.

La fanesca ecuatoriana

Es una de las comidas sagradas de Ecuador. Pone fin a la abstinencia de la Cuaresma y da la bienvenida a las cosechas. Según la región, su preparación difiere un poco, aunque es imprescindible el uso de doce, o al menos siete, granos: dos especies de maíz, frijol, habas, arroz, chícharos y altramuz. Se utilizan también dos tipos de calabaza (zapallo y sambo), leche, queso, cacahuates, huevos, bolitas de maíz fritas, y bacalao seco sazonado con orégano, comino y ajo. Es un platillo abundante y llenador, que solo se prepara una vez al año, con una carga simbólica muy importante: los doce granos representan a los apóstoles, el bacalao a Jesucristo, y la cebolla a la Virgen María. Es una sopa íntimamente ligada a la religión, aunque incluso los no creyentes la consideran una experiencia cultural del país.

La sopa "boba" dominicana

Probablemente es la sopa más popular de la húmeda y calurosa República Dominicana. La llaman "boba" porque no lleva carne, su encanto está en la ligereza y la frescura que aportan las verduras, aunque se sirve caliente. Puedes hacerla con tus vegetales favoritos o con los que te provea tu refrigerador, aunque los ingredientes que no varían es el caldo de verduras, el apio, la yuca, el vinagre y la ahuyama, un tipo de calabaza dominicana. Algunas versiones añaden fideos de trigo. Boba, pero sabrosa.

La peruana sopa criolla

Típica, y popular por su sencillez (todo mundo puede hacerla en cualquier lugar en menos de una hora), la llaman "criolla" porque fue llevada al Perú por los inmigrantes italianos, y pimpeada por los cocineros locales con ají panca, un tipo de chile muy usado en el país. Se hace con res, papas, fideo cabello de ángel, ajo, jitomate y leche evaporada. La magia está en el ají y en el hermoso huevo escalfado que se añade al final, acompañado con un pan tostado.

La canja brasileña

Es la cura para la cruda favorita de Brasil, aunque también es considerada como un remedio infalible para la gripe. Antes de que llegara a las mesas de los brasileños fue muy popular en China, desde donde emigró a Portugal (y de ahí a Brasil, cruzando el Atlántico). En algunos países asiáticos recibe el nombre de congee, y su base es el arroz y la gallina (o pollo, en su defecto). Básicamente es un caldo de gallina con arroz, que al parecer es muy querido en muchas partes del mundo.

También están, claro, los más entrañables platillos caldosos de México, como el pozole, la sopa "afrodisiaca" jamaiquina —que droga más de lo que excita—, y el menudo, que al parecer es una de las comidas favoritas de los gringos-mexicanos.

Esta nota es de Samsung Chef Experience.