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Comida

El verano es el momento perfecto para comer queso

Un verdadero clásico de cualquier época es un queso de cabra joven con algunas verduras frescas, y éste con costra de ceniza es especialmente delicioso.
Photo via Flickr userDidriks

Hay algo acerca de vivir en Nueva York durante los meses de verano que te incita a pensar muy seriamente en salir de ahí. Pero no todos son lo suficientemente afortunados para escapar del calor entre el concreto y los vagones pestilentes mientras el cuerpo anda lento, hinchado en medio del ambiente húmedo.

Las tormentas veraniegas llegan demasiado pronto y duran demasiado poco para realmente sentir un alivio.

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Instagram se llena de fotografías de pies bronceados trotando por la Bahía Hampton y hogueras nocturnas en el Hudson. Bien por aquellos que disfrutan tanto (y gracias por las fotos), pero algo que todos ansiamos, ya sea que te hayas quedado en la ciudad o estés saltando en el campo, es disfrutar un buen picnic veraniego.

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Siempre tengo un poco de hambre y a veces hace demasiado calor para prender la estufa o sobrevivir dentro de un departamento. Entonces, al estar frente a los mercados de agricultures y granjeros independientes o del irresistibles surtido de los mostradores en las cremerías, casi siempre es imposible no comprar un queso.

Un verdadero clásico de cualquier época es un queso de cabra joven con algunas verduras frescas. En temporada de zanahorias baby y rábanos tiernos, combinados y listos para comerse, el Bonne Bouche de Vermont Creamery acompañado con el ligero dulce de las verduras crocantes hace que el queso un poco compacto y súper cremoso se convierta en una experiencia completamente orgásmica. La textura seductora como de seda es perfecta disfrutarse con las tiernas raíces.

Vermont Creamery ha existido desde hace tiempo —casi 30 años para ser exactos— y fue el resultado amoroso de dos amantes de la agricultura idealista, Alison y Bob. Ambos con orígenes en el mundo de los lácteos —uno por linaje familiar, el otro por trabajar en una granja de Francia— se juntaron para crear un chevre (o queso de cabra) fresco ideal para una comida lujosa. Lo que empezó como una casualidad ahora es una empresa floreciente. Empezaron haciendo todo a mano desde su país, ahora apoyan un movimiento creciente en Vermont de granjas familiares que valoran la calidad de vida de sus animales tanto como la suya propia. La idea romántica de que el queso pueda crear y sostener una comunidad de familias amantes de la tierra, los animales y la agricultura para que puedan subsistir y prosperar, bueno, es lo que hace este pequeño lote de quesos.

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Bonne Buche se madura con cenizas espolvoreadas en la parte externa del queso, antes de que se forme su corteza. Esta práctica se usaba para proteger la corteza de las moscas e insectos, pero ahora es más una cuestión tradicional, algo así como el matrimonio o la circuncisión, pero menos doloroso y bárbaro. La corteza delicada de la bacteria geotrichum se desarrolla en el transcurso de unos días o semanas mientras el queso de cabra se añeja en cuevas húmedas. Una delgada capa de crema se forma justo debajo de la sedosa corteza y en el centro se desarrolla una densidad aterciopelada, esperando a ser untada sobre los vegetales frescos –o lo que sea–, como contaba hace un momento.

Así que incluso cuando hace demasiado calor, cuando comienzas a ponerte de mal humor y el sudor sigue escurriendo por tu espalda, puedes experimentar el estilo de vida 'hippioso' comiendo las bondades de Vermont Creamery.