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El arte del latte tiene un nuevo campeón mundial

El barista ganador, Caleb Cha, se entrenó preparando más de 12.000 tazas de café.
Cha en el campeonato mundial del arte del latte en Gotemburgo, Suecia

La carrera de Caleb Cha ha seguido una trayectoria poco usual. Tras cuatro años como asesor financiero en Corea, su país nativo, se mudó a Melbourne sin muchas expectativas de futuro. Allí decidió realizar unas prácticas en una academia de preparación de café y acabó con un trabajo en Cafenatics, donde su jefe resultó ser el campeón de arte del latte del estado de Victoria. Hoy, Cha ha superado a su mentor, al conseguir el título de campeón mundial del arte del latte la pasada primavera en Gotemburgo, Suecia. Nos pusimos en contacto con él vía email tan pronto como regresó a su hogar tras otra ajetreada semana en la vida de un campeón, posando para fotos, participando como jurado en batallas de arte del latte y codeándose con grandes personalidades del mundo del café como George Howell.

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Zebra en el café. Todas las fotos cortesía de Caleb Cha

Al parecer, el arte del latte —al menos a nivel competitivo— es un negocio serio. En el campeonato de Gotemburgo, seis de los 36 concursantes originales pasaron a la última ronda, donde se les pidió que crearan dos macchiatos de vertido libre idénticos, dos lattes de vertido libre idénticos y dos lattes con diseño idéntico, todo ello bajo la atenta mirada de los jueces.

Los concursantes habían presentado anteriormente fotografías de sus diseños y debían replicarlos con la mayor exactitud posible. Se juzgaba la presentación y técnica de los concursantes, teniendo en cuenta hasta 23 criterios diferentes, desde la posición, la complejidad y la originalidad del diseño y hasta la calidad de la espuma, entre otros.

Cha no está del todo seguro de qué es lo que le hizo triunfar por encima del resto de baristas. “No les presté mucha atención, estaba demasiado ocupado con lo mío”, bromea, y rápidamente añade que seguramente le ayudaron sus intentos de comunicarse con los jueces mientras trabajaba, detallando cada paso de su proceso. Sus diseños ganadores muestran una cebra bebiendo café, un  “triángulo de amor” abstracto con tres corazones y un pavo real pavoneándose. Todos estos diseños los ejecutó virtiendo directamente el café, aunque algunos de los detalles de la cebra requirieron la utilización de un instrumento de grabado. Durante los dos meses antes del campeonato, Cha practicó religiosamente con más de 12.000 tazas de café.

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Un pavo real con sus alas abiertas

En su trabajo en Cafenatics, nos dice que le gusta jugar con diferentes diseños según el pedido. “Cada bebida tiene una cantidad de espuma diferente”, explica. “Prefiero los cisnes para cappuccinos y los tulipanes para lattes”.

Cuando no acaban siendo saboreadas por nadie, las creaciones de Cha acaban desperdiciadas en el fregadero, al igual como los mandalas de arena, son creaciones con una corta existencia. Quizás el objetivo del arte del latte sea recordarnos que no todas las cosas duran para siempre, empezándo por ese subidón de cafeína efímero.

Puedes ver otros preciosos lattes de Caleb Cha en Instagram.

Traducción de Rosa Gregori.

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