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México en los Grand Slam

Santiago González y la odisea del tenis mexicano en los torneos de Grand Slam

Desde John Doeg hasta Leo Lavalle, pasando por el Pelón Osuna y Raúl Ramírez, el paso del tenis mexicano por las finales de torneos de Grand Slam ha sido una odisea.

"Creo que desde los 90 no había un mexicano en la final de un Grand Slam. Ojalá que ayude al tenis mexicano a que cambien las cosas", dijo Santiago González entre la dicha de haberse clasificado a la final de dobles en Roland Garros, junto al estadounidense Donald Young. Si bien ya había llegado a una final en ese mismo torneo y dos veces en el US Open, siempre en modalidad mixta, valora más esta oportunidad. Santy sabe que al tenis de este país le faltan triunfos que celebrar y recordó que desde el 91, cuando Leonardo Lavalle alcanzó la final en Wimbledon, ningún otro mexicano había llegado a esa instancia.

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El primer mexicano que ganó un torneo de Grand Slam fue John Doeg, que aunque había nacido en La Colorada, Sonora, era hijo de padre británico y madre tenista estadounidense. Desde muy pequeño fue llevado a vivir a Estados Unidos donde inició en el tenis. Doeg ganó el campeonato de dobles en el U.S. National en 1929, y al año siguiente ganó tanto en singles como en dobles, en el torneo que hoy es llamado US Open. En 1930, Doeg también llegó a la final de dobles en Wimbledon. Es miembro del Salón de la Fama del tenis, pero aunque nació en México, a nivel internacional siempre representó a Estados Unidos. Sin embargo, cuando falleció pidió que sus cenizas fueran esparcidas en la costa de Ensenada.

Leer más: El enigma de John Doeg, el primer tenista mexicano que ganó un Grand Slam

Las memorias del que para muchos es el mejor tenista que ha tenido el país de acuerdo con sus éxitos deportivos, Rafael "Pelón" Osuna, viven en videos de baja calidad de la década de los 60, en blanco y negro, narrados en el idioma de origen de las transmisiones y de difícil acceso. En el 63 ganó su único título individual en el Abierto de Estados Unidos al derrotar al local Frank Froehling en tres sets, el impacto fue importante pero nada comparado a lo que sería ahora con un campeonato mexicano gracias a la tecnología.

En ese entonces, los Grand Slam no eran la cita deportiva que son para la afición mexicana que enciende la televisión o abre una liga en internet para seguir cualquier partido en donde sea que se dispute. La tecnología le falló a los más grandes. Las mejores exhibiciones de Osuna en dobles, junto al también mexicano Antonio Palafox, merecieron dos títulos: el US Open de 1962 y Wimbledon en 1963. Ambos serían parte de la selección que llegó a la final de la Copa Davis en 1962, un logro inigualable hasta ahora a pesar de la derrota ante el equipo australiano de Laver y Fraser.

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Los movimientos rápidos de Osuna en la cancha, una de las características que lo convirtieron primero en número uno del mundo en el ranking de la Federación Internacional de Tenis en el 63 y después, en leyenda, permanecen en los relatos de quienes fueron testigos de su talento, compañeros de dupla, familiares y expertos. Osuna falleció en un accidente aéreo antes de notar la importancia de sus logros: un título individual en el US Open de 1963 y tres en dobles en Wimbledon 1960, 1963 y US Open en 1962.

El que muchos consideran el mejor tenista que ha tenido México falleció en 1969 en un avionazo, y el vacío que dejó no se ha llenado porque nadie más se ha parado en la cima del podio individual, pero la aparición de Raúl Ramírez en el primer plano alivió de gran forma la necesidad de un referente que se echara al equipo al hombro de nuevo en una Copa Davis, como él lo hizo en dos victorias históricas ante Estados Unidos en la Ciudad de México y en California. Su fortaleza como tenista fue demostrada en pareja, pues permaneció como número uno durante 61 semanas y ganó 60 títulos, dos de ellos major junto al estadounidense Brian Gottfried: los de 1975 y 1977, ambos con Roland Garros como escenario, precisamente el sitio en donde este sábado Santiago González buscará seguir su camino.

Raúl Ramírez ganó además en la cita más emblemática de este deporte. En Wimbledon, en 1976, conquistó el campeonato en dobles de nuevo en dupla con Gottfried. Juntos obtuvieron 39 títulos, entre ellos, cuatro veces el Abierto de Italia, y fueron una de las parejas más temibles en el circuito. En el 79 se enfrentaron a dos estrellas: Peter Fleming y John McEnroe en Wimbledon, cayeron, y el siguiente año, en Roland Garros, disputaron nuevamente sin éxito una final. Las opiniones están divididas, a Ramírez también lo aclaman como el mejor tenista que ha tenido México.

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La distancia temporal de los sitios protagónicos del tenis internacional es enorme hasta Leonardo Lavalle, a quien recordamos este jueves tras el triunfo de Santy por ser el último mexicano que llegó a una final de Grand Slam, también lo hizo en dobles, pero en Wimbledon 1991, al lado de Javier Frana. Poco antes, Jorge Lozano destacó en la modalidad de dobles mixtos y ganó en Roland Garros en 1988 junto a la estadounidense Lori McNeil y en 1990, al lado de la española Arantxa Sánchez Vicario.

Después de ellos, muy poco, pero de Santiago González, trabajo y esfuerzo para posicionarse por cuarta vez en una final de Grand Slam, aunque él mismo considera que esta oportunidad es la mejor que ha tenido en su carrera. Con 34 años acumula tres intentos de conquista, lo buscó en 2012 en París con Klaudia Jans-Ignacik, de Polonia, pero fueron derrotados. En 2013, cayó en la final del US Open junto a Abigail Spears, con quien volvió a ser pareja al año siguiente y de nuevo perdieron el título.

Esta vez, Santy hace dupla con Donald Young, estadounidense de 27 años, colocado en la posición 51 de la ATP, sin experiencia en esta instancia ni en la conquista de títulos. Es apenas el segundo torneo que juegan juntos, sin embargo, la victoria en Cuartos de Final ante la pareja campeona de dos Grand Slam: Jamie Murray y Bruno Soares dejó muestra de lo que pueden hacer. Se encontrarán con el equipo formado por el estadounidense Ryan Harrison y el neozelandés nacido en Estados Unidos, Michael Venus.

Santiago es un tenista veterano, las oportunidades vienen a menos con el paso del tiempo y una vez que esté resuelto el partido, México tendrá que volver a preocuparse por la falta de referentes porque al momento no hay quien se perfile como sucesor de González en un camino complicado contra el abandono que sufre su deporte desde hace más de dos décadas. Los ídolos de la afición mexicana son europeos: Federer, Nadal, Djokovic, Murray, Wawrinka… quizás el triunfo de Santy signifique, como él espera, una victoria para el tenis mexicano, pero a largo plazo.