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Un congresista nos explicó cómo hacen lobby las tabacaleras en Colombia

"Es gente joven. Mujeres muy elegantes, muy bien habladas. Con buenos dotes para las relaciones públicas".

El pasado martes, Óscar Ospina, representante a la Cámara por el departamento de Cauca, puso a totear al sistema de sonido del salón elíptico del Capitollio cuando, durante una sesión en la que la Plenaria del Congreso discutía un proyecto para aumentar el tamaño de las advertencias de salud en las cajetillas de cigarrillos, tomó la palabra para sacarse algo que hace tiempo tenía entre pecho y espalda:

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"Usted no es ningún parlamentario para estar en esta Plenaria", dijo mientras señalaba a alguien que estaba fuera de cámara, "volteando los votos de la gente en un proyecto que mejora la salud pública de los colombianos. No sea abusivo, usted representa la industria del tabaco".

Ospina se refería a un tal Andrés de la Ossa, quien, según el representante, se dedica a hacer lobby en el Congreso para la industria tabacalera.

Pero, aparte de una forma sofisticada de decir recepción, ¿qué es lobby, quiénes y cómo exactamente lo hacen, quién les paga por hacerlo y porque le sacaron la piedra al representante Ospina?

El miércoles en la tarde me senté justo a espaldas del podio en el que Ospina denunció a un supuesto lobbista para hablar con el representante acerca de cómo funciona el lobby en el Congreso de Colombia.

¿Representante, de que se trataba el debate que usted interrumpió para denunciar la presencia de un supuesto lobbista?

Estabamos debatiendo el proyecto de ley 007 de 2016 acerca de las advertencias sanitarias anti tabaco [esos avisos con enfermedades que aparecen en los paquetes de cigarrillos]. Hoy en día, ley dice que esas advertencias deben ocupar un 30% de la caja, aunque en realidad ocupan menos porque los fabricantes le ponen un borde negro que le quita espacio a la advertencia. Nosotros, el Partido Verde, presentamos un proyecto de ley para que las advertencias pasen a ocupar un 80%, y sin bordes.

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El proyecto ya lo habíamos presentado una vez el año pasado en la Comisión Séptima y no avanzó. Volvimos a presentarlo, y cuando estábamos en el primer debate, aparecen los lobbystas de la industria tabacalera.

¿Y cómo aparecen los lobbystas de la industria tabacalera?

Ellos primero trataron de contactarme directamente, pero nunca les di una cita. Entonces luego contactaron a otra colega del partido, la abordaron por fuera del Congreso y le dijeron: "vea, es que nosotros tenemos interés de hablar con el representante Ospina, que es el autor de un proyecto de ley. Queremos explicarle nuestra postura como industria , etcétera…".

Cuando ella me dice eso, yo le digo que no voy a hablar con ellos porque, en mi concepto, eso representaría un conflicto de interés. Además yo sé cómo operan ellos: a nivel internacional la industria tabacalera se ha dedicado a que estas leyes no pasen.

El día del primer debate, este señor Andrés de la Ossa aparece y comienza a hablar con los representantes y sacarlos del recinto, uno por uno. Ya estábamos listos para votar y el tipo lo que quería era romper el quórum.

¿Lo logró?

¡Casi lo logra! Nosotros en la Comisión somos 19 y el quórum decisorio es de 10. Ese día empezamos la sesión 17 parlamentarios y al final éramos solo los 10. Él alcanzó a sacar bastante gente, uno más y no podemos votar.

De ahí en adelante, ellos [los lobbistas], han seguido viniendo aquí y haciendo todo lo posible para dilatar el proyecto.

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¿Cómo lo han dilatado?

Ellos le apuestan a todo: tratan de que no pongan el proyecto en el orden del día, tratan de meter proposiciones, de todo. Por ejemplo, en mayo lograron meter una proposición para archivar este proyecto de ley

¿Y cómo logra un lobbista de una empresa privada meter una proposición en una Comisión de la Cámara de Representantes?

Ellos mismos redactan la proposición y luego pasan por el puesto de cada representante pidiendo que se la firmen. Esa vez consiguieron que tres les firmaran la proposición y la pasaron. Entre esos tres parlamentarios había una de mi partido. ¡De mi partido!

Que hayan metido la proposición significa que, antes de debatir el proyecto, tenemos que debatir y votar la proposición de archivarlo. Eso nos demora y hasta puede hundirlo.

Pero el martes los cogimos cansados: logramos meter el proyecto de primero en el orden del día y, cuando empezamos la sesión, ninguno de los tres autores de la proposición de archivo había llegado, entonces la proposición no se considera y podíamos debatir el proyecto.

Por eso ese día ese señor De la Ossa estaba aquí rodando por todo lado: hablando con unos, con otros, a ver si conseguía que aparecieran los autores de la proposición o que algún otro parlamentario se adhiriera.

No consiguió que llegaran, pero consiguió que un parlamentario, no voy a decir su nombr,e pero precisamente era uno de los que estuvo hablando con De la Ossa, se adhirió a la proposición. Lo cual es al menos sospechoso.

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¿Qué le puede ofrecer un lobbista de una industria como la del tabaco a un parlamentario para convencerlo de adherirse a una proposición o de salirse de una sesión?

Ofrecen de todo, de todo. Yo ahorita estoy detrás de una sospecha: que la industria tabacalera está ofreciendo viajes a Cancún para que no pasen los impuestos al tabaco que están en la reforma tributaria ni este proyecto de ley. Hasta ahora es una sospecha, pero estamos por corroborarlo.

¿Aparte de la industria tabacalera, cuáles otras hacen un lobby fuerte en el Congreso?

La farmaceútica, la de las comidas, todas las multinacionales, los del cigarrillos electrónico. El gobierno también hace lobby: en los ministerios hay una figura que se llama 'enlace', que en realidad es un lobbista del gobierno. Todo el mundo hace lobby. Vea a su alrededor, toda esa gente que esta caminando de curul en curul, todas esas personas que entran y salen del salón elíptico, todos esos son lobbistas.

¿Y tienen un perfil, estos lobbistas?

Claro. Es gente joven. Mujeres muy elegantes, muy bien habladas. Con buenos dotes para las relaciones públicas: simpáticas, sonrientes, respetuosas, aguantan el exgerado afecto de aquellos a los que se la va la mano, que se aguantan el abrazo, que le toquen la cabecita, el cacahetico. Todo eso.

Aunque no necesariamente tienen que se ser mujeres. Ayer, por ejemplo, vino una dupleta: hombre y mujer. Usualmente es así con la industria tabacalera.

Esto del lobby no es nuevo y sucede en todas parte. ¿Por qué cree que es un problema en Colombia hoy?

El Congreso tiene que avanzar en una reglamentación para el cabildeo, como lo llaman. Porque esto es un desorden. Esta gente entra aquí como Pedro por su casa: llaman, sacan gente, escriben proposiciones y ofrecen cosas.

Yo me pongo en la siguiente situación: si hay un impuesto que le van a meter a la industria de las gaseosas que les representa a los fabricantes pagar 500 mil millones de pesos al año, ¿cuánto puede sacar la industria de las bebidas para repartir aquí una platica y cerrarle el camino a un Proyecto de Ley? ¿Cuánto puede conseguir usted con sacar 100 mil millones de pesos aquí?