En Yucatán, al sureste de México, el puerco es el rey mientras que la res palidece junto a él. No hay día de la semana o celebración que esté exenta de su carne.En mercados y hogares, los lunes se consume religiosamente frijol con puerco (caldo de frijol negro trozos de cerdo, epazote y habanero asado). Los fines de semana la comida para llevar a casa y fomentar la convivencia familiar es la chicharra (botana taquera que incluye chicharrones, puyul [trocitos de carne frita] y castacán [carne suave de la parte del estómago del cerdo cubierta de piel crocante]). Y los domingos, la receta favorita en restaurantes y cantinas es el poc-chuc [tostar al carbón]: filete de cerdo marinado en naranja agria, tomillo, pimienta, orégano y finalmente asado al carbón.
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Tour porcino
Atravesamos una habitación en donde un par carniceros dormían en hamacas y llegamos a un patio habilitado como matadero. Sebastián, experto en regatear el precio de la vida de los animales, exigió kilos suficientes para poder abastecer la gran celebración. En un dos por tres el puerco que iba a morir fue elegido sin que eso lo perturbara. “Es la primera vez que conozco vivo al animal que me comeré”, pensé. Le tomé una foto y experimenté pena por su cercano sacrificio y por la hipocresía de mi postura.Cuando cayó la madrugada el animal estaba dispuesto en trozos. Sebastián subió la carne a su vehículo y se marchó solo a la selva, donde él y sus amigos, prepararían cochinita pibil, una de las recetas más tradicionales de la península yucateca y de México. Un platillo que en su nombre describe su forma de cocción: Pib significa “horno” en lengua maya, mientras que el adjetivo Pibil se refiere a “horneado bajo la tierra”. Una verdadera delicia.
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Rancho Xibil Wakax
Las entrañas de la tierra
Mientras la concurrencia comenzó a recibir su ración de comida se escuchó un pasodoble interpretado por un grupo de charanga (bombo, tambor y dos saxofones) que abrió su participación con una marcha típica de las corridas de toros. Muchas melodías y marchas después los comensales saciaron su apetito. La charanga calló. Un músico que conectó su teclado a varios acumuladores de auto (no había electricidad) tocó una enérgica cumbia que puso a una decena de parejas a bailar.La noche comenzó a abrir sus piernas y precipitó sobre nosotros una delicada lluvia. Todos reímos y nos movimos rítmicamente mientras nos mojábamos con un gozo irreprimible en el rostro. Estábamos participando de un bacanal que con tres elementos básicos de la gastronomía, cerdo, horno y cerveza, nos devolvió la felicidad a nuestros corazones. Si España conquistó nuestro territorio, la carne de cerdo y su espectacular sabor conquistó nuestros paladares.