​Futbol Sabatino y Teqball en Guadalajara

Este artículo es patrocinado por Gatorade.

Las familias se acomodan en las gradas, otros se paran alrededor de las canchas, entrelazando sus dedos en la reja, y unos incluso toman su lugar sobre el pasto mientras los primeros partidos comienzan. Hay poca gente en general y los gritos de ánimo e indicación de los padres y hermanos se escuchan con claridad. Apenas me acerco y recibo un "buenos días" de una mamá espectadora. El Parque Metropolitano de Guadalajara amanece con un aire fresco. No llovió pero hay un poco de rocío, o eso parece. Es sábado, hay futbol y ahora también hubo Teqball.

El área verde general se interrumpe con pistas para correr. A esta hora aún se escuchan las pisadas y los respiros de los corredores si pasa uno a tu lado. El parque se secciona con diferentes zonas para deportes específicos como beisbol y por supuesto, con varias canchas de futbol. Los primeros partidos son a las ocho de la mañana. Desde el otro lado, opuesto a las familias, se escuchan los gritos del director técnico parado en la banda dando indicaciones de marca y movimiento.

Hay veintidós adolescentes corriendo tras un balón. El futbol es competitivo pero también amistoso. Los goles se aplauden con tranquilidad, nada excesivo, y sobre todo celebran a los niños que juegan y no tanto el marcador a favor o en contra. El sol aún sigue saliendo, apenas atravesando las nubes y se generan notorios rayos de luz que alargan las sombras de los jugadores.

Estamos en un espacio llamado Metrogol dentro del Parque Bicentenario. Estamos rodeados de canchas y porterías, y en medio de todo hay cuatro mesas con un diseño particular. Cada orilla se curvea hacia el piso ligeramente y en medio hay una pequeña barrera transparente. Alrededor de las mesas hay una barrera azul delimitando el espacio: Gatorade Fierce Teqball.

Poco a poco se va llenando el espacio. Los primeros cuatro valientes toman el balón y se escucha la voz del juez de la mesa: "Tienes dos oportunidades de saque y el balón tiene que tocar la mesa pero rebasando la línea. Tienes un máximo de tres toques para regresar el balón y continuar el juego".

"Futbol sobre mesa", se lee en una de las barreras. Los adolescentes llegan en grupos, muchos aún portando sus uniformes recién salidos de las canchas que nos avecinan, buscando un reto nuevo. Uno contra uno, dos contra dos, una variante con rotación constante denominada ruleta en la que van girando los jugadores alrededor de la mesa tras cada jugada, y de repente las retas abundan sobre las cuatro mesas.

Entre la multitud de jóvenes está Israel, uno de los YouTubers más reconocidos con su canal Cínica de Futbol. Las retas le abundan y hay fila de espera. Lo interrumpen entre jugadas para pedirle fotos, selfies y autógrafos. Les concede y luego continúa dominando las retas con una sonrisa constante.

"Esta mesita te exige bastante técnica individual porque tienes que estar tocando constantemente el balón y viendo cómo rebota", me dice Israel, aunque con su dominio del balón lo hace ver tan sencillo.

"No es fácil. Sobretodo porque la mesa está encurvada hacia abajo entonces tienes que estar midiendo el bote y no pasarte. Algunas veces piensas que le pegaste bien y te pasaste. Te exige mucha técnica individual y concentración", continúa.

Del otro lado de la mesa, entran y salen retas que quieren enfrentarlo. En cuanto van tomando ritmo y entendimiento del juego los jóvenes ya simplemente brincan de esa mesa a otras para seguir las retas. La competitividad entre todos es notorio, exhalan algunos gritos con un toque fallido, pero las sonrisas abundan.

Las mesas de Teqball incitan una interacción constante entre los jugadores y le da frescura a los tiempos actuales en las que los aparatos móviles cada vez nos aíslan más.

"El futbol es un fenómeno social", me sigue platicando Israel. "Y esta mesita, que es corta, te permite estar aquí en constante movimiento, y eso hace que la gente se pueda divertir más. De hecho hay un nuevo método de jugar que se llama ruleta y puedes meterte girando alrededor de la mesa, y puedes meter diez, veinte chavos jugando, no sólo el uno contra uno o en parejas, así que todavía es más social de lo que creen".

Israel es uno de los voceros de Teqball que ha hecho presencia en los eventos que organizado Gatorade por el país e incluso con jugadores profesionales, así que le pregunto sobre la manera en la que se acercan las personas al juego. "Sinceramente, varios llegan con cara de 'qué hago aquí y qué voy a hacer con una mesa y jugar con un balón'. Primero llegan como un poco desconcertados. Pero ya que nos ven jugar y riéndonos, ya le entran, ya juegan, ya lo prueban y se dan cuenta que también te exige igual o hasta más que un partido de futbol".

Pasan las horas y sigue llegando gente. El sol deja de asomarse tímidamente entre las nubes y comienza a caer la luz con fuerza, pero nadie se aleja. Es sábado, hay futbol y ahora también hubo Teqball.