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El calentamiento global está acabando con los peces de África

Desde 1940, las especies del lago Tanganica –el segundo más grande del mundo de agua dulce– han perdido 38 por ciento del hábitat apto para su existencia.

Los peces sufren las consecuencias del Antropoceno y del cambio climático en un sinnúmero de formas. Nuestros amigos acuáticos están ingiriendo plástico a un ritmo alarmante, mientras la sobrepesca está arrasando con la población de peces y el florecimiento de algas causado por el agua excepcionalmente caliente está desplazando, envenenando y matando de hambre a las especies marinas que adoramos comer.

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Sin embargo, no es solamente en nuestros océanos donde se resiente el calor: según un nuevo informe, los peces y otras especies acuáticas del lago más profundo de África están muriendo debido al cambio climático.

El lago Tanganica es un gran lago africano rodeado por la República Democrática del Congo, Burundi, Tanzania y Zambia. Es el segundo lago de agua dulce más grande del mundo, contiene alrededor del 18 por ciento del agua dulce sobre la superficie terrestre y es hogar de una fantástica diversidad de especies, muchas de las cuales solo se pueden encontrar ahí. Y gracias al calentamiento global, la población de esas especies está en descenso y, al mismo tiempo, el último eslabón de la cadena alimenticia se extingue. Las algas, alimento de los peces en el lago Tanganica, están desapareciendo mientras la temperatura del lago continúa elevándose.

"Algunas personas dicen que el problema respecto a la pesca en el lago Tanganica es que 'hay demasiados botes pesqueros', pero nuestro trabajo demuestra que la disminución de peces ha sido continua desde el siglo XIX", dijo Andrew S. Cohen, profesor de geociencias de la Universidad de Arizona, quien dirige el equipo de investigación internacional a cargo de estudiar la población de peces en el lago.

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El informe será publicado en internet por Proceedings of the National Academy of Sciences esta semana y sus hallazgos no se ven bien para los países colindantes, dependientes de esa fuente de alimentación. Los pescadores atrapan alrededor de 200,000 toneladas de pescado del lago cada año, y esos peces representan aproximadamente el 60 por ciento de la proteína animal de la región, dice el equipo de investigación.

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Los pescadores no están ayudando con la situación, pero los animales empezaron a morir mucho antes de que los pescadores comerciales llegaran en masa durante la década de 1950. El lago comenzó a calentarse a mediados de 1800, matando lentamente su reserva de algas.

Desde 1940, las especies del lago han perdido 38 por ciento del hábitat apto para su existencia. Mientras la superficie del lago se calienta, el agua cálida y oxigenada se mezcla cada vez menos con las aguas frías del fondo, donde los nutrientes abundan. Con menos nutrientes disponibles, es más difícil que las algas puedan crecer cerca de la superficie, lo cual se traduce en menos comida para los peces. Y la reducción gradual del oxígeno en el fondo afecta especies como los moluscos.

"Las aguas calientes de la superficie causan que grandes áreas del suelo del lago pierdan oxígeno, matando a los animales en el fondo, tales como los caracoles de agua dulce", comentó Cohen.

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Una flota comercial de barcos para jábega —o sea botes que usan redes de arrastre— operaba en el lago Tanganica hacia finales del siglo XX, pero cuando la población de peces disminuyó, dejó de valer la pena el esfuerzo por parte de los pescadores y cambiaron su transportación por catamaranes (embarcación de dos cascos unidos por un marco).

Otros lagos alrededor del mundo poseen una temperatura igualmente caliente y la evidencia presentada sobre la situación del Tanganica ofrece detalles acerca de la disminución en la población de peces y el alcance de los efectos del calentamiento global sobre la industria pesquera en aguas dulces.

"Demostramos que la creciente temperatura y la disminución de alimento para los peces tiene como resultado la producción mermada de peces; es decir, menos alimento para nuestro consumo. Es un descubrimiento de seguridad alimentaria", afirma Cohen. "Pensamos que el lago Tanganica es una buena referencia de este proceso".

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