Al Presidente de China no le importan tus fotos de perritos

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Al Presidente de China no le importan tus fotos de perritos

Una petición pública busca que el Presidente de China prohíba el consumo de carne de perro en su país. Pero para esto tendría que arrancarle el bocado a miles de personas.

Hace unos meses, en la bella y folclórica ciudad de Tijuana, varios restaurantes de comida china fueron clausurados después de que se sorprendiera a un grupo de cocineros preparando un platillo con carne de perro. Según la norma mexicana, la carne canina no se contempla como alimento para consumo humano.

LEE: Este carnicero abraza a sus cerdos antes de matarlos.

Esta semana en la ciudad de Yulin, en el sureste de China, a miles de kilómetros de distancia de Tijuana, se celebra el festival del solsticio. Aquí, las familias y los amigos se reúnen a festejar la llegada de verano tomando alcohol de lichi y comiendo perro preparado de distintas formas: asado, frito, salteado o estofado, generalmente con muchas especias como jengibre, clavo, anís, chiles y laurel. Según ellos, esta combinación culinaria ayuda a aliviar el calor y la humedad inherentes a la época del año.

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Claramente, el consumo indiscriminado y masivo del mejor amigo del hombre es causa de una desmesurada indignación por parte de muchas personas en Occidente.

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Foto cortesía de VICE News.

La falta de regulación sanitaria y presencia de mataderos irregulares hacen que la indignación por el festival del solsticio de verano de Yulin aumente. Así, los perros son sacrificados con métodos inhumanos y el riesgo de contraer enfermedades por carne contaminada se incrementa. También hay mucha especulación sobre la procedencia de entre 10 mil y 15 mil perros para las festividades. Se cree que para satisfacer la demanda, miles de mascotas son robados de sus dueños, aunque, por supuesto, los vendedores de perro se definden diciendo que "no son mascotas, son perros criados para ser comidos".

Durante los últimos días he recibido de varios medios invitaciones a firmar una petición de change.org, dirigida, ni más ni menos, al Presidente de China. La intención detrás de la iniciativa es intentar convencer al mandatario chino a que detenga el festival y prohíba el consumo de carne de perro en su país.

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Los clientes comen carne de perro durante la celebración del festival de Yulin, el 21 de junio de 2015 (Imagen de Kim Kyung-Hoon/Reuters). Un niño mira un plato de carne de perro llevado por un camarero en un restaurante en Yulin, el 21 de junio de 2015 (Imagen por Kim Kyung-Hoon/Reuters).

La población local se siente especialmente ofendida con la ola de protestas que van en contra de su consumo de carne canina. Alegan que no hay ninguna diferencia entre la carne de perro contra el consumo de carne de vaca, sagrada en la India, o el pavo del día de Acción de Gracias, o los encantadores cuyos que se comen en el Perú. De hecho, algunos argumentan que "es peor comer carne de vaca porque ayuda a arar el campo, los perros no" o que "estamos construyendo una nación y para eso se necesita dinero y comida. Si vender y comer perro nos ayuda, no está mal".

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Para los habitantes de Yulin, esta costumbre es completamente normal y forma parte de su milenaria cultura.

Estoy seguro de que con la llegada del Internet, el amor por los perros ha ido en ascenso. ¿A quién no le encanta ver un video de un pug disfrazado de Yoda, un labrador en una cuatrimoto, o fotos de un shiba atendiendo un puesto de revistas en Japón? A mi sí. Me encantan los perros. Jamás me comería uno. Sin embargo, mi punto es otro.

A la par del enorme incremento en los videos de perritos adorables, el Internet también sirvió para que la gente pueda mostrar su inconformidad ante cualquier cosa con la que no esté de acuerdo. Así surgieron herramientas para intentar hacer un cambio, como lo es la amada y odiada change.org.

Tengo la absoluta certeza de que Xi Jinping, dirigente de su país, tiene cosas mucho más importantes de las que ocuparse antes de voltear a ver a los protectores de derechos de los animales de varios países de Occidente. Mi Facebook esta semana está repleto de fotos espeluznantes de perros atados y torturados para después ser servidos en los platos de cientos de chinos antojadizos.

Pero les quiero decir algo: a Xi Jinping no le importan sus fotos de perritos.

LEE: El chef que salvó a un cordero en vez de cocinarlo.

No le importan las adorables listas de los 10 perros teniendo un excelente día, o las miles de fotos de perros a punto de ser sacrificados para su consumo en países del lejano oriente.

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Este es el hombre que ha comenzado una ola de represión en su país que no se veía desde los años 90, según el organismo China Human Rights Defenders. Este mes se cumple el 25 aniversario de la masacre de Tiananmen, donde entre 300 y 800 estudiantes fueron asesinados por el ejército, y, al parecer, la situación de los derechos humanos en China no ha mejorado mucho desde entonces. Su presidente se ha dedicado sistemáticamente a limitar aún más los espacios de protesta y activismo. Y también, según millones de firmantes en change.org, a promover el consumo y la tortura de perros en un pueblo remoto en el sur de su país.

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Una mujer come carne de perro en una reunión con amigos en Yulin, el 21 de junio de 2015 (Imagen por Kim Kyung-Hoon/Reuters).

Al pie de la mencionada petición, Cristina Oliva, de Buenos Aires, nos deja un comentario sobre el cual hay mucho que reflexionar: "Detener la masacre de perros del Festival de Yulin!!!!!!!!!!!!!!!!!! STOPPPPPPPPPPPP BASTARDDDDDDDDSSSSSSSSSSSS CHINESESSSSSSSSSSSSS, STOPPPPPPPPPPPPPP, NO DEBEN ASESINAR PERROS NI GATOS. ESTO ES UN ASESINATO!!!!!!!!!!!!!!!POR FAVOR AUTORIDADES DE ESE PAÍS PROHIBAN ESTA MASACRE DE LOS BELLOS AMIGOS DEL HOMBRE QUE SON LOS PERROS,GATOS Y DEMAS ANIMALITOS!!!!!"

Desde mi personal punto de vista, me haría más feliz ver mi muro de Facebook con peticiones para que el gobierno chino libere a sus periodistas, a sus activistas de derechos humanos, a sus drogadictos, a sus feministas o a sus aristas.

Y sí, en un segundo plano, querido Xi Jinping, si te interesa tener una mejor relación con los países occidentales, no seas culero y empieza una campaña para que la gente deje de comer perros en verano.

MIRA: El festival de carne de perro en Yulin.