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O bien, equivale a lo que se destinará este año a los programas "Prevención y control de enfermedades" y "Salud materna, sexual y reproductiva", ambos para comunidades indígenas, que tienen acceso a menos centros de salud que el promedio y son atendidos por pasantes de medicina, situación diez veces más frecuente que la media. Además, solo hay 210 traductores para todos los centros médicos de un país con 364 variantes de lenguas indígenas en peligro de extinción. Afortunadamente el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas las preserva en un CD que contiene música en otomí, zapoteco, totonaco, paipai, tsotsil, zoque, maya, náhuatl, huichol, seri, mixteco y purépecha.Y si escuchamos carcajadas por aquello del uso discrecional, seguro más de uno mojará sus pantalones al leer que finalmente se gastó tres veces más: 155 millones de pesos. Es decir, 310 mil pesos por cada oficina de los 500 diputados. La cifra nomás es mayor al presupuesto anual del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED).
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El tema está en que nadie se entera. Esta vez por el chismoso de Clouthier. De hecho, la cuarta parte del presupuesto asignado a la Cámara en 2014 se diluyó en "subvenciones" y "subsidios". Entiéndase, no pueden comprobar cómo se gastó, según la propia Auditoria Superior de la Federación. Hablamos de 1.9 mil millones de pesos. Es lo que suman los presupuestos anuales de las comisiones Nacional de Derechos Humanos y Federal de Competencia Económica juntas.Y este año será igual, anticipó el auditor superior Juan Manuel Portal Martínez. "No vamos a poder tener la información disponible para poder ver a detalle en qué se gasta en las subvenciones".