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Cultură

Le preguntamos a algunos maestros sobre las peores excusas que han escuchado de sus estudiantes

Si no eres buen estudiante, al menos sé creativo con las excusas.

Ilustraciones por Dan Evans.

Cuando la vida se interpone en el camino estudiar, los estudiante buscarán cualquier excusa para explicar por qué no pueden entregar un trabajo antes de aceptar que no quisieron hacerlo. Tristemente algunos han inventado que su niñera murió para evitar un examen y aunque piensen que es algo innovador, sus maestros ya han escuchado de todo.

Quería escuchar lo peor de lo peor, así que busqué a unos cuantos maestros de universidad y les pedí que me compartieran algunas de las malos pretextos que han tenido que pretender creer durante sus años como profesores. Traté de mantener el género balanceado pero supongo que las maestras están más ocupadas que los hombres por lo que ninguna de ellas habló conmigo.

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El ataque de las abejas

David Liddle*, Maestro en la Universidad de Swinburne

En mi primer año como profesor tuve una estudiante que debía hacer el trabajo final para su clase de metodología. Todos sus compañeros pasaron a presentarlo excepto ella. Más tarde me envió un correo diciendo "Lo siento, no pude llegar a la clase porque mi casa estaba rodeada por un montón de abejas y no podía salir". Así que le dije "Fotos o no pasó". Pero por supuesto que ella no tenía ninguna fotografía de evidencia porque no sucedió nada de eso. Era su proyecto final, significaba que de eso dependía si pasaba o reprobaba la materia, es por eso que su excusa me dio mucha risa. Al final dejé que lo presentara la siguiente semana, a pesar de que se suponía no debía dejar que alguien hiciera eso, pero lo hice porque su excusa fue una muy chistosa.


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Soy muy relajado cuando se trata de pretextos. De hecho, le digo a mis alumnos al principio del semestre que si van a entregar algo tarde es mejor que me den una muy buena excusa. Así podré darles una extensión de tiempo. Si no me dan una razón válida, no puedo hacer nada por ellos.

No recuerdo si la chica de las abejas obtuvo una buena calificación en esa materia pero sé que no sacó buenas notas en el resto de las clases, no era en particular lo que se podría llamar una buena estudiante pero al menos era creativa.

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La historia fallida del autobús

Richard Burton. Profesor en la Universidad de la Ciudad de Londres

Tuve una estudiante hace algún tiempo que mandó a su amiga a decirme su excusa. La chica no se presentó a clase y su amiga se acercó a mí y dijo que la niña estaba muy apenada pero que tomó el autobús incorrecto para venir a clase. Me dijo que se sentía tonta por que se subió al incorrecto por error. Así que le dije a su amiga "Es muy gracioso porque yo también estaba en el autobús incorrecto, el cual me dejo aquí enfrente". La estudiante que estaba en el camión incorrecto no se dio cuenta de que se sentó justo delante de mí durante todo el trayecto. Creo que dije algo como "No tengo duda de que ambos estaremos tomando el tren correcto y cuando lleguemos ella esté en el lugar incorrecto de nuevo". Hice un escándalo con lo que ella había hecho la siguiente semana, así que obtuve mi venganza.

La aguja misteriosa

Richard Burton. Profesor en la Universidad de la Ciudad de Londres (De nuevo)

Tuve un chavo que dijo haberse despertado un par de horas antes de la clase en la mitad de algún camino con una aguja a un lado. Mencionó que no estaba seguro de cómo había llegado a ese lugar pero que debía ir a revisarse. No supe realmente qué decirle.

Sobredosis de Red Bull

Edmundo Bracho. Maestro en la Universidad de Westminster

Tuve un estudiante que contó que no podía entregar el trabajo final porque había tenido una sobredosis de Red Bull mientras lo estaba haciendo el fin de semana. Le pregunté si lo habían llevado al hospital y me respondió "Bueno, usted sabe, sentí que me iba a dar un infarto, tomé mucho Red Bull y simplemente colapsé". Así que le pedí que me trajera pruebas, algún testigo que pudiera decir que lo vio en el piso cuando tenía el ataque o lo que fuera, sin embargo él no me dio ninguna evidencia.

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Tres días después estaba caminando por la biblioteca de la universidad y escuché que unos de sus compañeros estaban hablando de su reputación como organizador de fiestas masivas, así que estaba claro en qué estuvo ocupado. Al final del día él debía enviar su trabajo. Trato de ayudar a los alumnos, aún cuando sean unos mentirosos. La tarea que les dejé tenía gran peso, valía el 60 o 70 por ciento del módulo. Si enviaban algo tarde sólo obtenían el 40. Si en verdad hubiera tenido una sobredosis de Red Bull y lo hubieran llevado al hospital, o si alguien que lo auxilió hubiera dado testimonio de lo ocurrido, hubiera sido una historia muy diferente. Supe que estaba mintiendo, lo pude ver en sus ojos cuando estaba hablando conmigo, me di cuenta de que seguía bajo la influencia de lo que fuera que se metió el fin de semana.

*Los nombres fueron cambiados