Los burros del Apá

Armando Fonseca (a.k.a El Apá) es un místico. Un hombre de conocimiento. Un mago de lo oculto. Noctambulólogo, sex symbol y aficionado al Santos. Una mezcla entre El Santo Niño Anacleto, El Profesor Cavan y Carlos Castaneda. Fixea los burritos más chingones del norte. Y nomás porque Anthony Bourdain nunca ha visitado La Laguna no lo ha sacado en su programa. Y por si les es leve, además es un twitstar.

De lunes a jueves, de 8:40 p.m. a 12:30 a.m., y viernes y sábado, de 9:30 p.m. a 5 a.m., aprox, porque es fan de la impuntualidad, vende burros de yelera en la colonia El Fresno, afuera de la farmacia Guadalajara del bulevar Independencia. Los fines de semana dileréa hasta 400. De papas verdes, huevo, picadillo, frijoles, deshebrada y sobre todo de chicharrón (producto artesanal por el cuál es candidato a la canonización). El costo por unidad es de 10 pesos. Gesto que refleja la generosidad del Apá. Quien se ha convertido en el guía espiritual de esta región. Puro Iron Burro power. Todas las noches se apelmazan alrededor de su Cooler chingonota los yonquis del burrito de yelera. Las noches que hay partido en el Territorio Santos Modelo se aperra. El negocio del Apá está ubicado con precisión de punto de venta de droga. Su posición conecta a la ciudad con la carretera a San Pedro. Todos los que regresan al centro tienen que pasar a güevo por ahí. Y se detienen a surtirse de burros. Se forma una hilera de carros más larga que la fila de las tortillas.

La fama del Apá ha trascendido las clases sociales. La clientela habitual está conformada por barfly's, trasnochados, familias con una madre que se niega a hacer de cenar, borrachos que quieren bajar avión, personajes salidos de las canciones de Tom Waits de la etapa del Blue Valentine, empleados de farmacias, Denny's o Tony Roma's, mariachis, etc. Pero también la banda fresa que se ajuarea de burros. Actorcetes, futbolistas y paladines del periodismo. Y hasta la clase política. El alcalde, el gobernador y el funcionario godín de a pie son fieles apóstoles del Apá. Existen ocasiones en que le caes a comprar burros y topas que la yelera no está. No, no es que El Apá no acudiera a la cita. No falta el loco que, pa salir de un apuro, no tiene cómo solventar un paryzón, alimentar una cuadrilla de empleados nocturnos o por qué no, revenderlos, se apersona para comprarle el contenido completo de la yelera. Es tal el éxito del Apá que muchos burreros se hacen pasar por él. Pero nel. El auténtico se asienta afuera de la farmacia Guadalajara de El Fresno.

Los concurrentes son atraídos por la calidad del producto. El mejor burro del norte. En una geografía tan vasta afirmar esto podría parecer una pedantería. Pero por un inextricable acto Dios proveyó a La Laguna de una de las tortillas de harina más portentosas del desierto. El 50 por ciento del burro. El otro 50 es el guiso. Los burros del Apá son tan sabrosos que si no fuera un atropello me atrevería a calificarlos de gourmet. Ostentan un tamaño respetable. Y son deslumbrantemente higiénicos. Pueden competir contra cualquier espécimen norteño. El sonorense, que en lo particular, y no faltará quién me desmienta. El regiomontano, que con perdón de mis hermanos, su tortilla de harina es poco afortunada. Ni el de Ciudad Juaréz, con toda su tradición, rivaliza con el Apá. Quizá sólo el de Villa Ahumada le discuta al mismo nivel.

Además de alimentar a la perrada, surte una cuenta de Twitter: @BurrosdelApa. Cuenta con más de once mil seguidores. Sus followers foráneos piensan que la cuenta es ficticia. Lo que dota a su figura de un carácter mítico. Se le reverencia como el aforista del burro de chica. Aquí cinco tuits que muestran sus habilidades como libre pensador:

• El día que el amor se convierta en vino, ese día me lo voy a tomar en serio.

• Si Diosito no quisiera que comiéramos animales no los hubiera hecho de barbacoa, chicharrón, tacos al pastor.

• A veces lo único que necesitas es correr para recordar lo hermoso que es estar sentado.

• Le diré a mi mamá que busque al amor de mi vida al fin que ella siempre me encuentra todo.

• Qué curioso que las mujeres detecten cualquier accesorio ficticio en otra mujer pero no detecten al pendejo que les va a joder la vida.

Si Borgetti tiene una estatua afuera del estadio, el futuro le tiene cantada la suya a El Apá afuera de la Guadalajara. Porque como todo mundo sabe, una buena peda no puede terminar sin unos burros de El Apá.