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Comida

Estos frijoles dilatarán tus pupilas

Si vives en la proximidad de uno de los deli’s originales o de un mercado que no ha rotado su mercancía desde la administración de Carter, tal vez hayas escuchado acerca de los frijoles lupini, una legumbre escabrosa que se come de aperitivo como si...
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Boca seca, mareos, muerte. Sí, esta es una historia acerca de los frijoles.

Si vives en la proximidad de uno de los deli's originales o de un mercado que no ha rotado su mercancía desde la administración de Carter, tal vez hayas escuchado acerca de los frijoles lupini, una legumbre escabrosa que se come de aperitivo como si fuera maníes de bar en Portugal, España, Malta, e Italia. En el Levant, le llaman tirmis los árabes de Siria y Líbano y en los enclaves de Israel. También los puedes encontrar mezclados en el ceviche y guisos en Ecuador, Perú y Bolivia.

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Sin embargo la mayoría de los americanos en edad de retiro, probablemente no hayan escuchado sobre ellos. Son poco conocidos.

Raw lupini beans. All photos by the author.

Y como están llenos de toxinas amargas, también tienen la habilidad de mandarte a la sala de emergencias. El ser venenosos no es un truco muy original – muchas legumbres contienen irritadores gástricos llamados lactinas, y los fans de

Breaking Bad

se acordarán del veneno de ricina que viene en los frijoles castor. Pero los frijoles lupini, no se convierten en digeribles e inofensivos con un poco de hervor. Aún luego de los muchos días de remojo en agua requeridos nunca se ponen del todo blandos, y todavía retienen un poco de la amargura que los mantiene a salvo de los animales en los lugares salvajes. Vienen de un género de hermosas plantas florales llamadas lupinus, relacionada a la palabra latina que significa "lobo," al parecer porque tanto los lupinis y los lobos tienen el hábito de matar ovejas. Qué lindos.

Aún cuando han sido comidos en el Mediterráneo por milenios, la literatura está dividida en si los lupinis eran importantes o simplemente tolerados por los antiguos griegos y romanos, que los cultivaban mayoritariamente para alimentar a los animales (los lupinis tienen una concentración muy alta de proteínas, superada solamente por la soja, y han sido usada como un "fertilizante verde" de crecimiento rápido.) En su Historia Natural, el anciano Pliny escribió que los lupinis son "compartidos por los hombres y los cuadrúpedos en común," y "cuando son ingeridos frecuentemente como comida, refrescan la complexión humana." Buena propaganda.

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Si los frijoles rojos son como los jeans de papá, los frijoles lupini son como los pantalones con el cinturón arriba del ombligo que usaba tu tatarabuelo.

También eran los favoritos de Diógenes, pero no porque refrescaran algo más que sus intestinos. Al líder de los Cínicos le gustaba demostrar su nihilismo cagando en un teatro o masturbándose en un mercado público. También comía lupinis en grandes cantidades para poder tirarse pedos mientras sus oponentes daban discursos. En su libro: Frijoles: Una historia., el experto en legumbres Ken Albala escribe, "Como la más denostada y básica de las comidas, son la dieta ideal para esos que se vuelven contra el mundo o sus propios cuerpos. Los frijoles amargos son perfectos para los monjes masoquistas cuyo premio por comerlos será la vida eterna."

El sabor amargo viene de los alcalinos de quinolizidina que causan una visión borrosa, dolor de cabeza, fotofobia, pupilas dilatadas, nausea y taquicardia – esencialmente los mismos síntomas de haber fumado demasiada marihuana. Hay un número de estudios de caso de sala de emergencias que involucran a personas que han comido frijoles que no han sido bien remojados o que se bebieron el agua donde reposaban, uno de ellos describió sentirse como "si tuviera el cerebro envuelto en algodón." Podrías, en teoría, drogarte de cierta forma al comer frijoles impropiamente preparados, pero no creo que quisieras hacerlo. Por lo menos tres niños han muerto al comerlos, en las vacas embarazadas una dieta de lupinis puede causar una deformidad llamada enfermedad del borrego torcido, lo que es tan horrible como suena.

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Aún si esto pareciera como tu tipo de fiesta, mucha suerte al intentar encontrarlos en tiendas o restaurantes. Incluso en Manhattan, no los encontraras entre los frijoles corona, las aceitunas gigantes o el

carciofi sott'olio

de Eataly, el Disney World de Batali-Bastianich de las importaciones italianas.

jar-of-lupini

Entre un montón de tiendas italianas que visité en la calle Mulberry, el refrán fue "nunca escuché sobre esos." Aún en Di Palo's, una tienda de especialidades, primero me miraron serios y luego me dijeron: "Solo los viejos los comen." Me cuenta un veterano llamado Sal, que años atrás los escapes de incendio de los edificios tenían bañeras –no para bañarse sino para remojar frijoles. Di Palo's los tiene ocasionalmente pero no hay mucho interés del público. ¿Qué turista va a querer volver a casa con un LeSportSac lleno de frijoles amargos y salados? Están mucho mejor con su frasco de pesto de $14 dólares."

Si puedes encontrar los frijoles lupini, te conviene prepararlos inmediatamente. Se salan en una salmuera y están disponibles en frascos o pequeñas bolsas, como lo hacen en Mario's Italian Lemonade de Chicago. Para los de frasco, necesitas enjuagar los frijoles en un par de cambios de agua, y condiméntalos con un poco de aceite de oliva y pimienta fresca. Sácales la piel como frijoles fava, y mándatelos de una a la parte de atrás de tu garganta, tal vez así eludas a algunos de los receptores de sabor de tu lengua

Oh, y si tus pupilas empiezan a salirse de orbita, tal vez deberías llamar a tu medico.