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Comida

Estas son las típicas quejas de los chefs

Los clientes tenemos Yelp para desquitar nuestra furia contra un restaurante, pero rara vez escuchamos a la gente que tardó horas preparando nuestra comida. ¿Cuáles son sus quejas? MUNCHIES investigó.

Esta historia fue originalmente publicada en holandés en MUNCHIES NL en septiembre del 2016.

Nadie se queja tanto como los holandeses. Cuando llueve, todos están ocupados diciéndole a los demás lo mucho que les molesta. En cuanto el sol comienza a brillar de nuevo, también les molesta. Todo es molesto todo el tiempo. Afortunadamente, como estamos hablando de Holanda, las personas en general son bastante tolerantes con las quejas.

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Aquí disfrutan la buena vida —o por lo menos, eso es lo que se dicen a sí mismos— y les gusta salir a comer. Pero, como hemos dicho, la cultura de las quejas está muy extendida. Los sitios como IENS [el Yelp holandés] y TripAdvisor están inundados de reseñas enfocadas a todo lo que está mal en la comida que ordenaron. A veces no hay nada de malo con la comida, pero el cliente no pudo evitar darse cuenta de que "la comida de la mesa de junto se veía horrible".

Sorprendentemente, rara vez escuchamos a la gente que tardó horas, rompiéndose la espalda, para preparar estas comidas. ¿Cuáles son sus molestias? MUNCHIES investigó y recopiló una lista de las cosas que más molestan a los chefs.

Mitchell (27), ha sido chef por 12 años Por supuesto, el cliente es el rey. Siempre intentaré que su experiencia valga la pena, pero a veces la gente en verdad me molesta.

Por ejemplo, cuando no te dicen que tienen una alergia hasta el último momento. Está perfectamente bien ser alérgico a lo que sea y alterar los platillos me mantiene fresca, pero por favor avisa en cuanto antes, no esperes a que la comida esté casi servida. Algo que también resulta interesante es cuando la gente quiere crear sus propios platillos. Existe una razón para tener un menú. Requiere mucho trabajo extra [crear algo personalizado], pero haré mi mejor esfuerzo. Genuinamente quieres que la gente se vaya feliz a casa.

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Foto vía Flickr usuario Theen Moy.

Jay (21), ha sido chef por cuatro años ¿Cuánto tiempo tienes? Hay muchas cosas que me molestan. Quizá sería bueno decírselo a la gente para variar.

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Una de las cosas que realmente me molesta es la gente que ordenan algo fuera del menú, terminan de comer y deciden que no les gustó y esperan un platillo completamente nuevo. Es como pedir una entrada de cine gratis después de ver una película que no estuvo a la altura de tus expectativas.

Otra cosa: la gente que va a TripAdvisor para expresar sus quejas sobre mi restaurante. Si algo no te gustó, dímelo y haré lo mejor posible por corregirlo. Pero no digas que todo estuvo bien, solo para ir a internet a dar una mala crítica.

Tampoco me gusta cuando la gente me dice que me veo cansado o ebrio en mi día de descanso. Claro que me veo mal; estoy trabajando duro en la cocina para servir comida a personas más sanas y menos cansadas. Ah, y la gente que me pregunta si quiero convertirme en Gordon Ramsey: claro que no. No soy un idiota.

Stijn (27), ha sido chef por 12 años Las alergias inventadas son mi mayor problema. Sé honesto y di que no te gusta algo. Una vez, alguien dijo que era alérgico a las hierbas italianas y especialmente a la bruschetta. Otro cliente intentó convencerme de que era alérgico a las verduras poco comunes. Vamos, gente, fui a la escuela para dedicarme a esto. Sé que son alergias ridículas e inexistentes.

Realmente ésa es mi única queja. Amo mi profesión demasiado.

Sam (27), ha sido chef por nueve años Los grupos. Los grupos apestan. Y ni siquiera estoy hablando de grupos con reservaciones especiales, como bodas o algo así. Esos son divertidos; puedes crear algo especial y la gente está feliz. No, me refiero a los grupos de ocho o diez personas que llegan los viernes por la noche. El grupo de ocho que termina siendo de diez, o al revés. Nunca llegan a tiempo y aunque no especificaron sus preferencias al principio, siempre hay una persona a la que no le gusta el pescado. Es algo complicado en un restaurante de mariscos. Monopolizan un cierto número de mesas toda la noche, beben demasiado y eventualmente molestan a los demás clientes. Este grupo de ocho o diez personas convierte 'su' sección del restaurante en una zona a la que nadie quiere acercarse. Si bien ya casi no aceptamos reservaciones para grupos los viernes y sábados por la noche, siguen viniendo. Aprieto los dientes y trato de sacarlos por la puerta lo más rápido que puedo para tener tiempo de atender a los demás clientes.

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También hubo una mujer que vino en la tarde —tenía una reservación para esa misma noche— para revisar los aditivos alimentarios conmigo en la cocina. Supuestamente era alérgica a ellos. Fue muy difícil no reírme en su cara. Además de chorizo y un estabilizador en la crema, no encontramos ninguno.

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Foto vía Flickr usuario Jaume Escofet.

Eduardo (36), ha sido chef por 16 años Los clientes no me molestan seguido. Tengo mucha experiencia y soy lo suficiente creativo para lidiar con los imprevistos de último momento. Lo considero como un juego de azar, lo cual hace que mi trabajo sea más interesante y divertido.

Una cosa que sí me molesta de manera constante es la presión de ser chef. A veces un proveedor no contesta el teléfono después de que no han entregado el pedido un sábado por la tarde. Eso significa que la gente que vendrá al restaurante a comer algo muy específico tendrá que esperar, lo cual me provoca mucho estrés.

Asimismo me molestan otros chefs que no tienen la pasión para cocinar o que simplemente son flojos. Eso no me gusta para nada. Increíblemente, son los jóvenes quienes son muy fáciles de tratar en la cocina y la mayoría de gente mayor parece que ya no se divierten. Los chefs jóvenes son buenos siguiendo instrucciones y quieren probarse a sí mismos, así que trabajan duro. Los más viejos se vuelven descuidados después de una larga jornada, mientras nosotros seguimos ocupados cerrando contenedores y guardando cosas en el refrigerador, para asegurarnos de que la comida se mantenga fresca. Ha habido ocasiones en que durante la primera inspección del refrigerador parece ordenado, pero cuando miro más de cerca la parte de atrás es un desastre. Puede verse un trozo de pollo recién sacrificado en contacto con el corte de cordero. Eso puede contagiar bacterias y es muy peligroso. Tratar de ir por el camino fácil para poder ir por una cerveza y llegar temprano a casa, me vuelve loco.

Una última cosa: cuando los meseros no llegan a tiempo por los platos a la cocina y sirven la comida cuando ya está fría. Eso me hace sentir que hubiera sido mejor no cocinar nada.

Willem (35), ha sido chef por 19 años Mi mayor problema es cuando los meseros llegan tarde a la cocina por los platos. Tenemos una luz que enciendo cuando un plato está listo. A menudo, tarda mucho que vengan a recoger y servir los platos, así que la comida se enfría. Los clientes no van a estar contentos, por supuesto, y también a mí me hace sentir que estoy cocinando para nada.

Una molestia clásica: un grupo de cinco personas entra al restaurante a comer a las 9:55 PM, pero la cocina cierra a las 10 PM. Obviamente todos tendrán que quedarse más tarde y me parece que [la molestia] es más que nada psicológica: crees que ya casi vas a terminar, así que no estás listo para quedarte otros treinta minutos más (o incluso más que eso). Todas las personas que trabajan en restaurantes odian esas situaciones.