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Cultură

No, las galletas Oreos no son tan adictivas como la cocaína

Al menos no serán gordos, cocainómanos.

Ni las Oreo con sabores más extraños pueden causar adicción.

Si le das una galleta aun ratón, puedes pasar todo el día siguiéndolo por la casa mientras quiere hacer un montón de actividades tediosas. O puedes atraparlo y encerrarlo en una caja, seguir dándole galletas y después hacer la escandalosa declaración que las Oreo son tan adictivas como la cocaína.

Unos estudiantes de la Universidad de Connecticut optaron por la segunda opción, y las consecuencias resultaron mucho más molestas que poner a hacer manualidades al mentado ratón. Fox News reportó que "un estudio Universitario descubrió que las galletas Oreo son tan adictivas como las drogas", Forbes sacó una nota llamada "¿Por qué tu cerebro trata las Oreo como una droga?," y muchísimos otros sitios publicaron la historia también.

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Aquí reproducimos paso a paso trascendió este experimento que no ha sido revisado ni presentado aún. Los ratones fueron colocados en un laberinto, en un extremo se encontraba una Oreo y en el otro un pastel de arroz. Los ratones decidían comer la Oreo en lugar del pastel de arroz, probando de una vez por todas que los ratones prefieren las galletas a la comida sin sabor y con textura de hule.

"Igual que a los humanos, a las ratas les encanta comerlas", dijo uno de los investigadores en un comunicado de prensa. El mismo comunicado dice: “Los estudiantes de la Universidad de Connecticut y un profesor de neurociencia han descubierto que la galleta favorita de Estados Unidos es igual de adictiva que la cocaína”.

Para ser honesta, no sé si esos hallazgos fueron comunicados por los investigadores o los publicistas que redactaron el comunicado de prensa. He contactado a los equipos de comunicación de la Universidad de Connecticut y a los investigadores involucrados y actualizaré esa información en cuanto tenga respuesta.

Pero regresando al estudio: Como un control, hicieron el mismo experimento, sustituyendo esta vez la Oreo con una inyección de cocaína o morfina y el pastel de arroz con una solución salina. Sorprendentemente los ratones prefirieron la "droga”.

Si lo piensas por un segundo, la investigación puede ser descartada fácilmente. Los estudiantes universitarios, si quieren, pueden realizar experimentos como éstos. No hay nada implícitamente malo en realizar ese estudio, así como tampoco hay nada implícitamente malo en hablar sobre cómo los ratones se comieron las Oreo como si fuera importante. (Se comieron el relleno primero, por si se lo preguntan).

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Pero cuando el estudio es visto por los medios de comunicación más grandes del país, puede causar un gran daño, de acuerdo con Carl Erickson, director del Centro de Investigación y Educación sobre Adicciones de la Universidad de Texas.

"Creo que un estudio como éste puede ser devastador con respecto al entendimiento del público sobre lo que es o no es una adicción", dijo Erickson. "Antes que cualquier cosa, no hay una ciencia detrás de que la comida pueda ser adictiva sin importar lo que el público en general sienta. Algunos reporteros publican frecuentemente este tipo de sensacionalismo tratando de hacer creer a la gente que puedes ser adicto a la lencería, la comida, los teléfonos celulares, la cama bronceadora".

Hablando médicamente, la palabra "adicción" nunca se menciona en el Manual Estadístico y Diagnóstico de Desórdenes Mentales IV (que es el sistema de clasificación de salud mental más usado comúnmente).

"El DSM-IV nunca a usa la palabra adicción. Lo que hace es describir la dependencia química. Incluso la ludopatía no es llamados una adicción, se le llama desorden de apuestas compulsivas, pero no queda duda que hay gente que tiene problemas apostando", dijo Erickson. "No hay razón para llamarlo adicción".

¿Entonces qué? ¿La galleta Oreo activa más neuronas que la cocaína o la morfina? Ese hallazgo es como comparar manzanas y un línea de cocaína. Son diferentes mecanismos de acción y sólo porque algo “activa más neuronas” no significa que sea más adictivo. Puedes dejar de comer Oreo sin síntomas físicos. Es más, si no quieres la galleta Oreo puedes comerte una Chips Ahoy. Con el alcohol, no se pueda hacer eso, no tomas dos litros de vodka y al siguiente día decides que mejor tomarás dos litros de jugo de naranja.

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“La dependencia es esencialmente cuando no puedes dejar de usar la droga sin ayuda médica y psicológica. Preferir Oreo en lugar de un pastel de arroz no es un desorden mental”.

Claro, los estudiantes en la Universidad de Connecticut no son los culpables. Han existido decenas de estudios comparando la adicción de cosas al azar con aquella de la cocaína.

Es sensacionalista llamarle a las cosas “tan adictivo como la cocaína”, y es una gran manera para atraer atención a tu estudio. Pero los investigadores de adicciones están divididos para definir que tan “adictiva” es una sustancia. Esa es una de las razones por la que nunca ha sido clasificada en el Manual Estadístico y Diagnóstico de Desórdenes Mentales IV.

“¿De qué trata? ¿Cuánta gente consume la droga? ¿El porcentaje de gente con un habito? ¿Qué tan peligrosa es?”, dice Erickson.

Él ha desarrollado su propia vara para medir la situación: el porcentaje de las personas que han desarrollado un hábito de dependencia —basado en el Manual Estadístico y Diagnóstico de Desórdenes Mentales IV— al usar la droga. Con esa medida, los científicos quieren llegar a los titulares, estarán comparando la adicción de esa canción horrible o ese ramen delicioso a la que provoca la nicotina.

“Según eso, la nicotina es el químico adictivo más fuerte porque un tercio de la gente que la consume desarrollará una dependencia”, dijo. “El 20 por ciento de ellos se inclinará por la cocaína. Y 23 por ciento, por la heroína”.