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Cultură

Hicimos que nuestras becarias en Londres reseñaran algunos strip clubs

Hasta probaron suerte en el tubo, con tal de que no cierren los congales.

Las reglas de la casa en The Nag's Head: no fotos ;), ni ropa manchada ;(

Primero que nada, si eres chica y nunca has ido a un strip club, ve a uno. Hace una semana nunca había ido a uno. Ahora conozco nueve.

Todo empezó cuando descubrimos que mi barrio, Tower Hamlets en Londres, propondría que se prohibiera la apertura de nuevos “establecimientos sexuales”, y el cierre de los existentes. Las comunidades religiosas del vecindario se enfrentan a unas seis mil personas que laboran en la industria stripper local.

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Las cosas se están calentando bastante, en el sentido burocrático. Pero yo amo, no peleo, y tampoco soy abogada de delitos sexuales, así que mi amiga Henrietta Hitchcock y yo decidimos ignorar la guerra moral y salimos a visitar los locales de strippers en Tower Hamlets para ver cuáles merecían permanecer abiertos por puro mérito.

Por desgracia, sólo nos permitieron tomar fotos en uno de los clubs. Sin embargo, platicamos largo y tendido sobre los pros y contras de la industria, e incluso probamos suerte en uno de los tubos.

THE WHITE HORSE EN BLUSH

The White Horse fue nuestra primera parada. Al entrar, escuchamos la canción de Jessie J “I't's not about the money, money, money" en el fondo mientras una mujer se quitaba la tanga. No me excitó en lo absoluto, pero sí se me paró tan duro como se le puede para a una chica.

Atmósfera: Básicamente un pub para mayores, pero con mujeres desnudas haciendo piruetas. Una vibra amigable y alegre.

Clientes: Los raritos solitarios de cajón, pero principalmente grupos de trabajadores que acaban de salir del trabajo, una mezcla de Godínez y obreros. Éramos las únicas mujeres.

Número de anillos de matrimonio: Nueve.

Bailarinas: Un fino equilibrio entre “Está bien, aquí están mis tetas, mira cómo las agito”, y una habilidad realmente impresionante con el tubo. Sin embargo tienes un problema de limpieza; cada stripper tiene que usar Windex para limpiar el tubo después de la bailarina anterior… frente a todos. No es muy excitante ver cómo una mujer vestida con Lycra limpia el tubo metálico por el que se deslizó el culo de otra.

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Vibra general: Bastante tranquilo. Las chicas la pasan bien, y no se sintió sucio, al menos no como me imaginaba que eran los strip clubs antes de este experimento. Éste no es el lugar para venir si lo que quieres son esos pechos falsos y enormes, aunque sí vi algunos culos impresionantes.

THE NAG’S HEAD The Nag’s Head dejó claro que el problema que enfrentan estos establecimientos no es su cierre generalizado sino la falta de una profunda reflexión sobre su selección musical. No quiero ver cómo una mujer se desviste al ritmo de “Zombie” de los Cranberries. O quizá sí. No estoy segura.

Atmósfera: Es un espacio muy pequeño. Realmente pequeño. La mesa de las strippers, la nuestra y la de los dos viejos del otro lado (sí, los viejos viven en estos lugares), eran casi todo lo que había, eso a pesar de que la mujeres bailaban por sólo cinco libras, iuuu.

Clientes: Más toqueteo de lo normal. Un banquero con cara de cerdo pervertido se nos acercó para preguntarnos si estábamos “disfrutando el espectáculo”, antes de sugerir que lo acompañáramos a su mesa. No lo hicimos.

Bailarinas: Todas se veían aburridas, pero tenían el clásico buen cuerpo de stripper: tetas faltas, bronceadas y tacones.

Número de veces que nos preguntaron “¿Entonces para qué están tomando notas?”: Una.

Vibra general: Un poco sucio, pero con promociones increíbles. ¡Lapdance con tu comida! Prepara tu propio sándwich.

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WHITE’S GENTLEMEN’S CLUB

En mi opinión (y estás leyendo esto, así que seguro te interesa) el baño de mujeres es el lugar más interesante en un club de strippers. Éstas somos nosotras bien vestidas y pasando un buen rato en el baño:

Platicamos con un montón de trabajadores de White’s en el baño. Tenían un muy buen sentido del humor, bromeaban con los clientes, nos compartieron sus consejos de maquillaje y resaltaron los beneficios de un trabajo con bajo estrés y altos ingresos. Como buenas mujeres jóvenes y escritoras, escuchamos todo esto con un nivel de atención que seguro molestaría a nuestros padres.

Atmósfera: Una fiesta ridícula y un poco sexy. Para nuestro alivio, descubrimos que en este lugar sólo se quitan el top, y para ver un poco de labia tendríamos que sacar los billetes y pagar por un show privado (no lo hicimos, a estas alturas ya habíamos visto más vaginas que un amish adolescente que acaba de conectarse a internet por primera vez).

Clientes: Güeyes tetos que acaban de salir de trabajar; algunos hicieron su propia fiesta y comenzaron a bailar entre ellos, olvidándose por completo de las strippers. Claro, había una buena cantidad de bailes privados y demás, pero: ¡Awww, muchachos!

Bailarinas: Estas chicas saben cómo moverse. Una mezcla de sorprendentes acrobacias y el clásico video musical para agitar el culo. Esto llevó a un poco de sexteo a nuestras respectivas medias naranjas.

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Número de cuartos temáticos: Cuatro. Hay un (nuevo) "lounge de champaña", la “habitación del tigre”, la habitación “moulin rouge” y un candente "cuarto colegial”. Alrededor de las 3am nos dejaron tomar fotos de la habitación del tigre, que supongo debo incluir por razones periodísticas. Repito, eran las 3am:

Vibra: Buena fiesta.

CLUB OOPS…!

Para empezar: bien por el nombre de este lugar. Pero fuera de eso, un club de strippers como cualquier otro. En lo personal, creo que las listas musicales no deben incluir música hecha por güeyes demasiado jóvenes para entrar a uno de estos lugares. Me dolió en lo profundo de mi ser ver cómo las chicas bailaban desnudas al ritmo de Justin Bieber y Miley Cyrus :(

Atmósfera: Se aprecia la sección de fumadores.

Clientes: En el lugar había unas cuantas mujeres además de las strippers. Nos volteamos a ver con curiosidad, como diciendo: “¿También están escribiendo sobre las implicaciones de imponer juicios morales en un vecindario londinense? Si la respuesta es sí, ¿están facturando sus bebidas? ¿Nos invitan algunas?

Bailarinas: Culos grandes, zapatos grandes, mucho pelo. Mojar, enjuagar, repetir.

Número de tragos: Dos.

Vibra: Más o menos lo que te imaginas de un strip club pero con una vibra de lounge de aeropuerto.

BJ’s EN WHITE SWAN

Uhhh… Tower Hamlets está intentando cerrar este lugar, ¿pero sabrán que este lugar es como un bar gay cualquiera? Tienen noche de karaoke los jueves, y muchas noches ni siquiera tienen tema. En el lugar nos informaron que las noches de miércoles tienen un concurso de strippers amateurs. Lamentablemente, ese día no había nadie quitándose la ropa, así que no lo pudimos calificar. Lo cual fue una lástima, porque realmente nos habría gustado ver a algunas novatas, sólo para tener algo de variedad.

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Este lugar no es un strip club. Supéralo, Tower Hamlets.

También bajo amenaza: SECRETS (costoso), METROPOLIS ("baile en la regadera "), IMAGES (conciertos ocasionales), MAJINGO’S (sumamente art deco).

PARA TERMINAR CON LA PARTE LIGERAMENTE SERIA

Sacar a estos lugares del vecindario sólo hará que se muden a Soho o que se vuelvan más underground, donde no estarán bajo regulación alguna y probablemente se conviertan en lugares de crimen y pecado. Entiendo que este tipo de lugares pueden dar un giro amargo y terminar en explotación, además de facilitar la misoginia y otras cosas que NO me ponen caliente, pero los clubs que visitamos eran limpios y operaban en plena vista, y permitían el acceso a pervertidos y críticos por igual. Cualquiera que tuviera un problema podía hablar con el gerente o con las chicas (todas mujeres), y para nosotras, eso tuvo cierto atractivo.

Nuestra primera impresión fue: “No había estado rodeada de tantas erecciones disimuladas desde mi clase de educación sexual en secundaria”, y “¿En serio lo enseñan todo? ¿Piernas abiertas, vagina abierta?” Podrán llamarme inocente, pero esperaba más tangas diminutas y trajes de policía sexy. Algunos de estos espectáculos podrían haber servido como material para un clase de ginecología.

Sin embargo, dejando mis prejuicios de lado, pasamos un buen rato, tuvimos que reflexionar sobre muchos de nuestros prejuicios, nos excitamos un poco, y, Tower Hamlets, más les vale no cerrar ninguno de estos lugares.

También le prometí a mi novio (quien nunca ha estado en un strip club, sí claro) que lo llevaría a White’s la próxima vez que me visitara.

Sigue a Monica: @monicaheisey y Henrietta: @henriettach en Twitter.